Del Piero retrata al Madrid
El veterano capit¨¢n del Juventus somete al equipo de Schuster, que sigue sin un plan t¨¢ctico
A sus 33 a?os y con muchos costurones encima, Del Piero a¨²n es capaz de someter a aquellos equipos poco aplicados. Uno de ellos es este Madrid, incapaz de enhebrarse, con una plantilla desequilibrada y un alineador, Bernd Schuster, que no da con el puzzle. El Madrid no es un equipo arm¨®nico. Tampoco le etiqueta el orden, sino que vive de la pegada y de incendiar los partidos a base de impulsos y arreones. Se dir¨¢ que a la Juvele bastaron dos remates, pero siempre tuvo mejor apariencia, mayor empaque. Alej¨® la defensa de su portero y se encomend¨® a Del Piero. Suficientes para haber despe?ado por dos veces al Madrid. Mala se?al.
Schuster no tiene un plan, salvo cuando se descara en p¨²blico. En la pizarra, nada, salvo su idea de buscar extremos donde no los tiene, ya sea por su incomunicaci¨®n con Mijatovic o por el absentismo de ambos. Robben, el ¨²nico regateador de la plantilla, es tan fr¨¢gil que ni siquiera resiste un calentamiento. Le ocurri¨® anoche y el t¨¦cnico, que deb¨ªa haber rebobinado el partido de Tur¨ªn, donde el extremo holand¨¦s fue el ¨²nico en aupar al Madrid con sus envites por el costado, improvis¨® un plan de emergencia: Drenthe. En el banquillo, Higua¨ªn, el delantero m¨¢s en forma del equipo. A cambio, Drenthe, una secuela imposible de Robben, y mucho menos de Higua¨ªn.
Real Madrid 0 - Juventus 2
Real Madrid : Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze (Saviola, m.81), Marcelo; Diarra, Guti, Sneijder (Higua¨ªn, m.64); Drenthe, Ra¨²l y Van Nistelrooy (Van der Vaart, m.81).
Juventus : Manninger; Mellberg, Legrottaglie, Chiellini, Molinaro; Marchionni, Sissoko, Tiago, Nedved; Del Piero (De Ceglie, m.91) y Amauri (Iaquinta, m.82).
Goles : 0-1, m.17: Del Piero. 0-2, m.67: Del Piero.
?rbitro : Pieter Vink (HOL). Mostr¨® cartulinas amarillas a Drenthe (30), Guti (35) y Van Nistelrooy (50) por el Real Madrid, y a Sissoko (27), Legrottaglie (34) y Mellberg (77) por el Juventus.
Encuentro correspondiente a la cuarta jornada de Liga de Campeones, Grupo H, disputado en el estadio Santiago Bernab¨¦u ante la presencia de 79.000 espectadores. Presenci¨® el partido en el palco de honor Diego Armando Maradona, nuevo seleccionador de Argentina, y Carlos Bilardo, ayudante t¨¦cnico.
En Drenthe se adivina a un velocista. Es su ¨²nico talento, pero lo administra mal, apenas esprinta sin la pelota para ganar la espalda a los contrarios. Es un futbolista mal esculpido que ha llegado a la ¨¦lite sin haberse escolarizado y con la pelota en el pie se hace un nudo. En el Madrid, dos temporadas despu¨¦s de su llegada a¨²n parece un intruso. Frente al Juventus, el protagonismo de Drenthe retrat¨® al Madrid, que, una vez m¨¢s, no encontr¨® otro dictado que el de Guti. S¨®lo ¨¦l maquilla la ramploner¨ªa general del equipo, por mucho que haya quien le recrimine el gol de Del Piero. Para Guti siempre hay una penitencia. Otros, caso de Cannavaro, siempre encuentran la redenci¨®n. El err¨¢tico pase de Guti a Sneijder dej¨® la pelota a pies del capit¨¢n juventino, un jugador al que s¨®lo le queda pase y tiro, ya no maneja otras suertes. En su avance, su ex compa?ero Cannavaro, en vez de obligarle al regate, recul¨®, con lo que le concedi¨® la posibilidad de explotar una de sus dos virtudes. Del Piero, como ya hiciera en el Comunale, eligi¨® el disparo, esta vez con la izquierda y muy ajustado al poste derecho del portero madridista.
Como toda la vida, para el Juventus o cualquier equipo italiano, un gol es mucho m¨¢s que un tesoro, pero no les inmuta. Y el equipo de Ranieri, al que no le sobra nada, no fue una excepci¨®n. El acierto de su estrella no hizo que corrigiera un mil¨ªmetro su gui¨®n. Desde el inicio estrangul¨® al Madrid al obligarle a jugar muy lejos del horizonte. En cuanto el equipo de Schuster maniobraba en su campo, el Juventus, siempre con sus diez futbolistas por detr¨¢s del bal¨®n, fijaba su l¨ªnea defensiva casi en el c¨ªrculo central. No hab¨ªa rendijas para el Madrid, carente de futbolistas capaces de burlar a un rival en el mano a mano. Con Sneijder en el anonimato, s¨®lo Guti era capaz de filtrar la pelota entre la trinchera italiana. Confuso y enredado Drenthe, el Madrid estaba anulado por la izquierda. Por la derecha, desde hace una eternidad, Sergio Ramos tiene una autopista por la que ha pagado un peaje inmerecido. No hay otro trazo en un club que cuando no pudo importar a Cristiano Ronaldo recurri¨® a otro interior, Van der Vaart, ayer tan suplente como Higua¨ªn, aunque no estuviera Robben. Sin extremos, a Schuster no le queda otra v¨ªa que explotar la veta de sus interiores y dar carrete a un auxiliar de Van Nistelrooy que est¨¦ capacitado para descolgarse por las orillas y escoltar a los laterales. Pero el entrenador alem¨¢n no encuentra la partitura adecuada. El equipo no est¨¢ trabajado. Schuster alinea a unos y otros, y el Madrid sigue sin un proyecto futbol¨ªstico. La pegada le distingue en muchas ocasiones y su mejor argumento es agitar los partidos, aumentar los decibelios. Lo hizo en el inicio del segundo tramo ante el Juventus. Sin f¨²tbol, y con el partido abrigado por el escuadra italiana, que no necesit¨® de estridencias para anestesiar al Madrid, el equipo espa?ol toc¨® la corneta. Pero esta vez le falt¨® p¨®lvora. Con Sissoko como sost¨¦n juventino, el conjunto de Ranieri esper¨® a Del Piero. Cannavaro atropell¨® a Sissoko y el capit¨¢n blanquinegro sell¨® su estropicio al Madrid. Le ayud¨® Casillas, que no puso cemento en la barrera. Una pica para el Madrid, tan incapaz en Ir¨²n como en Almer¨ªa o ante una Juve de rebajas. Schuster necesita con urgencia fijar el rumbo. En la Liga quiz¨¢ le alcance con ir golpe a golpe; en Europa, no es suficiente y este Madrid bien sabe lo que es capitular antes de tiempo.
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