Al Madrid le queda alma
A pesar de un exc¨¦ntrico ¨¢rbitro que expuls¨® a Albiol, Higua¨ªn responde con firmeza ante un p¨¢lido Getafe
Chamart¨ªn es una plaza grande, de categor¨ªa especial. Algunos faenan a favor de obra, otros ven la oportunidad de su vida de dejar huella. Un tal Mateu Lahoz, un ¨¢rbitro espa?ol, sin m¨¢s, igual de malo que casi todos, otro de ¨¦sos que se da jab¨®n con la ¨²nica etiqueta de sus dos apellidos, sufri¨® un cortocircuito y, en un ataque de importancia, expuls¨® a Albiol mediado el primer tiempo. ?l sabr¨¢ por qu¨¦. Pudo pitar falta de Soldado, r¨¦plica del ex valencianista o nada, que es lo que requer¨ªa la jugada, con el ex madridista forcejeando de espaldas, a dos lunas de Casillas. Nada, resulta que al chico de luto le dio por la tarjeta roja. Pudo hundir al Madrid, pero su arbitrario estropicio tuvo un efecto vigorizante para un equipo al borde de un ataque de nervios : una coartada perfecta y un incentivo imprevisto tras una semana tan tortuosa. Con uno menos casi desde el calentamiento, el Madrid se rearm¨®. Era el argumento perfecto para, a falta de juego, apelar a la casta.
Real Madrid 2 - Getafe 0
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Ra¨²l Albiol, Arbeloa; ''Lass'', Xabi Alonso, Marcelo, Kak¨¢ (Van der Vaart, m.82); Higua¨ªn (Ra¨²l, m.77) y Benzema (Gago, m.61).
Getafe: Ustari; Miguel Torres, "Cata" D¨ªaz, Mario, Man¨¦; Celestini, Boateng (Alb¨ªn, m.52); Pedro Le¨®n, Parejo (Adri¨¢n, m.68), Manu del Moral (Gavil¨¢n, m.60) y Soldado.
Goles: 1-0, m.53: Higua¨ªn. 2-0, m.56: Higua¨ªn.
?rbitro: Mateu Lahoz (Comit¨¦ Valenciano). Amonest¨® a Marcelo (30), Xabi Alonso (31) por el Real Madrid, y a Mario (68) por el Getafe. Expuls¨® por roja directa a Ra¨²l Albiol en el minuto 28.
Incidencias: encuentro correspondiente a la novena jornada de Liga de Primera divisi¨®n, disputado en el estadio Santiago Bernab¨¦u ante la presencia de 79.000 espectadores.
Fue el mejor gui¨®n posible para el Madrid, un club con la gen¨¦tica predispuesta a las gestas, por mucha aristocracia de la que presuman en el palco sus rectores. Ante el precipicio, nadie como el Madrid. No el Madrid de Florentino P¨¦rez, sino desde la memoria de Santiago Bernab¨¦u. Con la hinchada m¨¢s sensible de lo habitual y la cr¨ªtica con la artiller¨ªa a punto, resurgi¨® el Madrid que jam¨¢s se rinde, el que se crece ante las adversidades, el que revierte la angustia en su favor. Al frente de todos, Higua¨ªn, ese chico llegado en un mercado invernal de rebajas, lejos del atrezo de presidentes que lo mismo disfrutan con los ¨¢lbumes estivales que con los torneos oficiales. El caso de Higua¨ªn resulta sintom¨¢tico: se dijo que no ten¨ªa gol, apestaba a Maradona y le ningunea Florentino P¨¦rez. Nunca lo tuvo f¨¢cil. Tampoco Pellegrini, otro que no seduce en el elitista catering presidencial.
A la espera de Higua¨ªn, el Madrid tuvo m¨¢s agallas que juego. La jornada demandaba la victoria. No era d¨ªa para los arabescos, si es que existen en este equipo, que arranc¨® con goleadas a expensas de tiempos para la excelencia y de repente se qued¨® a la intemperie. Con ese pre¨¢mbulo, el Madrid empez¨® p¨¢lido, con una nueva apuesta: Kak¨¢ y Marcelo de interiores, Ra¨²l de rotaci¨®n y Lass de nuevo como acompa?ante de Xabi Alonso. Sin goyescas, el Madrid siempre, en plenitud y rajado por el ¨¢rbitro, estuvo por encima del Getafe, que mostr¨® su cara m¨¢s abstracta, sin chicha, sin el vuelo de sus secuelas precedentes. Una birria, por mucho que M¨ªchel, su t¨¦cnico, diera vuelta y vuelta al calcet¨ªn. El Getafe nunca intimid¨® a un rival que con un apret¨®n de mand¨ªbula supo sobreponerse al disparate arbitral. El grupo de M¨ªchel no tuvo argumentos f¨ªsicos ni t¨¢cticos. Su adversario, al menos, tuvo remango, cuajo, apetito. Todo un m¨¦rito en estos d¨ªas borrascosos.
Sin otro recurso ofensivo que alguna escaramuza del ap¨¢tico Benzema, que amenaza con ser un caso Holmes, el Madrid se hizo un mosquetero delante de Casillas sin perder de vista cualquier rendija getafense. Tan d¨¦bil fue el vecino que hasta Marcelo hizo de asistente. Un pase suyo burl¨® a Mario, que salt¨® al vac¨ªo antes de tiempo, e Higua¨ªn, el chico de los momentos l¨ªmite, el que sabe como pocos jugar en el alambre, descorch¨® la pelota con el pecho y super¨® a Ustari. ?se es Higua¨ªn, un matador silencioso al que la l¨ªrica del f¨²tbol le niega los altavoces, un suplente meritorio para Pellegrini y sus asesores. Poco despu¨¦s, con el Getafe sin sacudirse su aire angelical, el propio delantero argentino emboc¨® un servicio de Benzema. Las dianas de Higua¨ªn complican el jerogl¨ªfico de Pellegrini, que espera a Cristiano y tiene desnortado a Kak¨¢ mientras la suplencia de Ra¨²l, con aires de entrenador motivante tras el biombo, no parece m¨¢s que circunstancial. A falta de soluciones, nada m¨¢s terap¨¦utico que una victoria sedante por las bravas, con la estulticia de un ¨¢rbitro con ambiciones y el sistema neur¨®tico alterado por los ¨²ltimos tropezones. A Higua¨ªn y al tal Mateu Lahoz debe el Madrid unos d¨ªas de respiro. Un par¨¦ntesis hasta la visita al Milan del martes. Hasta entonces nadie est¨¢ a salvo. Este club es un avispero, pero la heroica a¨²n le funciona. Para eso no ha dejado de ser aut¨¦ntico.
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