Escalar el Everest no es tarea f¨¢cil, pero s¨ª una forma de ganarse la vida
A pesar de su cifra r¨¦cord en ascensiones a la cima del Everest, Apa Sherpa vive modestamente y hace de gu¨ªa para turistas ricos
El comedor del hotel de Apa Sherpa, el Everest Summiteer Lodge, es un testimonio de sus triunfos en el Himalaya. Hay una fotocopia de la p¨¢gina que le proclama due?o del r¨¦cord de ascensiones con ¨¦xito al Everest, cosa que ha hecho nada menos que 14 veces. Hay im¨¢genes de ¨¦l con dignatarios como la juez Sandra Day O'Connor, del Tribunal Supremo de Estados Unidos, y Sir Edmund Hillary, que escal¨® por primera vez el Everest en 1953 con el alpinista nepal¨ª Tenzing Norgay.
Pero hay tambi¨¦n un aire de desilusi¨®n. Su albergue de siete dormitorios rara vez est¨¢ lleno. Aunque rico para los est¨¢ndares de este pobre pa¨ªs, sigue siendo pr¨¢cticamente un pordiosero comparado con los adinerados clientes estadounidenses que ¨¦l gu¨ªa hasta la cumbre. A pesar de la magnitud de su proeza, su fama apenas se acerca a la de Sir Edmund. "En otros pa¨ªses, una persona que ha escalado la monta?a m¨¢s alta 14 veces recibir¨ªa grandes elogios y aplausos", dice aqu¨ª en su aldea natal, un grupo de 45 casas de piedra posadas sobre una pintoresca meseta rodeada de sobrecogedoras monta?as de 7.000 metros de altura.
Ahora, con sus m¨¢s de 40 a?os, Apa Sherpa, un paquete de m¨²sculos y tendones de 1,65 de altura y 54 kilos de peso, sigue escalando, tanto para mantener su r¨¦cord como para vivir. [Se est¨¢ preparando para su ascenso n¨²mero 15 el 11 de mayo]. Aunque escalar el Everest se ha convertido en un deporte de aventura lucrativo, Apa y otros gu¨ªas sherpa, muchos de los cuales utilizan su grupo ¨¦tnico como apellido, dicen que no reciben la parte justa que les corresponde. Desde que comenzaron las expediciones comerciales a principios de los a?os noventa, los clientes adinerados han hecho cola para pagar hasta 50.000 euros a empresas que organizan expediciones.
Los sherpas pueden ganar entre 1.500 y 2.300 euros en los dos meses de la temporada de escalada, asegurando escaleras y cuerdas y cargando con el equipo de los clientes. Los escaladores sherpa de ¨¦lite, como Apa, hacen mucho m¨¢s que esto, guiando cuidadosamente hasta la cumbre a occidentales que con frecuencia tienen escasa experiencia como alpinistas y cuyas vidas pueden depender de ¨¦l. Apa y otros escaladores sherpa, aunque indefectiblemente corteses y leales, empiezan a exigir gradualmente una parte mayor de los beneficios y est¨¢n hablando m¨¢s alto a la hora de pedir el reconocimiento que creen merecer.
En un art¨ªculo de 2003 que conmemoraba el 50 aniversario de la primera subida al Everest, Tashi Tenzing explicaba que su abuelo, Tenzing Norgay, hab¨ªa hecho siete intentos en 18 a?os por alcanzar la cima. (Sir Edmund, en cambio, hizo solamente tres en tres a?os). Hac¨ªa un llamamiento al mundo del alpinismo para que dejase de considerar a los sherpas como "meros porteadores de carga y catalizadores an¨®nimos del ¨¦xito occidental".
Desde aquel primer ascenso, 1.584 personas han escalado el Everest, seg¨²n Elizabeth Hawley, una periodista estadounidense establecida en Katmand¨² que ha hecho la cr¨®nica del alpinismo en el Himalaya. Aproximadamente 180 personas han muerto. Hawley dice que para la mayor¨ªa de los sherpas, la escalada sigue siendo la mejor forma de ganarse la vida fuera de la econom¨ªa de subsistencia de alta monta?a del cultivo de la patata y el pastoreo del yak. "Es solamente un empleo", explica. "Son poqu¨ªsimos los que lo hacen porque disfrutan con ello".
Apa Sherpa cuenta que escalar el Everest no se ha vuelto m¨¢s f¨¢cil con el tiempo. Cada ascenso y descenso supone una prueba f¨ªsica y psicol¨®gicamente extenuante. Durante el ascenso, se acumulan los temores de una ca¨ªda o de que aparezca de pronto una tormenta. La oraci¨®n y la paciencia le llevan monta?a arriba, dice. Estar en la cumbre es algo exquisito y le hace sentirse "m¨¢s cerca de Dios", explica con el rostro encendido. "Es un sentimiento delicioso", a?ade. Compara escalar la monta?a con volar en un helic¨®ptero. "S¨®lo te sientes seguro cuando est¨¢s en tierra".
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