As¨ª ha sido el pulso final entre Bar?a y Madrid
El equipo de Guardiola, que suma su 20? cetro liguero, funde al Valladolid de un plumazo y diluye al Real Madrid en M¨¢laga
Se resolvi¨® el enigma. El muro planteado por Clemente en el Camp Nou se resquebraj¨® en menos de media hora y el Bar?a cabalg¨® con decisi¨®n a por el t¨ªtulo de Liga, su 20? cetro , que finiquita uno de los pulsos m¨¢s memorables que se recuerdan entre el equipo azulgrana y el Real Madrid en la historia del campeonato. Los de Pellegrini, que deb¨ªan vencer al M¨¢laga y esperar un tropiezo de su rival, no pudieron doblegar al M¨¢laga y sucumbieron ante la contundencia y la abrumadora regularidad del Bar?a, que sella la temporada con una cifra descomunal en su casillero: 99 puntos.
En el Camp Nou, la tarde comenz¨® con algunas dudas. Una mala cesi¨®n de Piqu¨¦ comprometi¨® a Vald¨¦s, que envi¨® el esf¨¦rico a los pies de Manucho. El portugu¨¦s, at¨®nito, se durmi¨® y su disparo fue desviado bajo palos por el omnipresente Puyol. La grada se estremeci¨®, y sin tiempo para reponerse todav¨ªa tuvo que contener otra vez el aliento ante una nueva acometida del Valladolid. Baraja err¨® y ah¨ª muri¨® el encuentro.
Por si fuera poco, al gui¨®n de Guardiola se uni¨® la inesperada aportaci¨®n de Prieto, que meti¨® la pierna a un centro de Pedro e introdujo el bal¨®n en su propia porter¨ªa. La muralla cay¨®, el Bar?a comenz¨® a gustarse y la renta creci¨® con un nuevo tanto de Pedro. Ya en la segunda mitad, entre los v¨ªtores de la hinchada, Tour¨¦ se marc¨® un eslalon vertiginoso que propici¨® el gol de Messi. La Pulga, insaciable, ampli¨® su registro en el segundo acto y firm¨® su 34? diana en la Liga, con la que iguala la astron¨®mica marca de Ronaldo en la campa?a 1996-1997.
Mientras, el Madrid se resignaba en La Rosaleda. El equipo de Pellegrini, pendiente del transistor, tuvo que hacer frente a un M¨¢laga muy combativo que le plante¨® batalla desde el inicio. Cuando todav¨ªa no se hab¨ªan cumplido diez minutos, Duda perfor¨® la red de Casillas. El sobresalto y las noticias procedentes de Barcelona encallaron el juego de los blancos, muy espesos y aferrados a la inspiraci¨®n de Cristiano Ronaldo. Con el agua al cuello y CR9 maniatado, el Madrid tir¨® de la pegada de Van der Vaart, que resolvi¨® de forma certera desde el interior del ¨¢rea.
De ah¨ª al final, la funci¨®n no vari¨® un ¨¢pice. Mientras, en el Camp Nou, Iniesta tuvo unos minutos para llevarse la c¨¢lida ovaci¨®n de sus seguidores, al igual que Pedro, la gran revelaci¨®n. El Bar?a, demoledor, excelso, conquistaba el cetro tras un a?o sublime en el que adem¨¢s de la corona dom¨¦stica se alz¨® con la Supercopa de Europa, la de Espa?a y el Mundial de Clubes en Abu Dabi, uno de los pocos t¨ªtulos que faltaban en las vitrinas del club.
De esta forma, el modelo azulgrana se impon¨ªa al multimillonario planteamiento de Florentino P¨¦rez, que el pasado verano sac¨® a pasear su chequera y reclut¨® grandes estrellas para desafiar al juego coral y la productiva pedrera de su oponente. Dos propuestas antag¨®nicas, dos paradigmas muy dispares, pero igualmente v¨¢lidas. El Real Madrid, con 102 goles (a s¨®lo cinco del r¨¦cord de Toshack) y la friolera de 96 puntos, fue un dign¨ªsimo adversario, el mejor subcampe¨®n de la historia. El Bar?a suma ya diez t¨ªtulos en los ¨²ltimos veinte a?os y Guardiola contin¨²a con su legado.
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