El mejor equipo gana la mejor Liga
El Barcelona golea al Valladolid y consigue su 20? campeonato con un f¨²tbol m¨¢s seductor que el Madrid en un torneo peleado entre los dos gigantes hasta el final
?Alir¨®n, alir¨®n, el Bar?a campe¨®n! La Liga cay¨® rendida finalmente a brazos del Barcelona , m¨¢s seductor que el Madrid, v¨ªctima del drama de S¨ªsifo, derrotado despu¨¦s de un esfuerzo hom¨¦rico. Los azulgrana no han abandonado la cumbre desde que la alcanzaron el a?o pasado con la conquista de seis trofeos. En la ¨²ltima jornada, renovaron el t¨ªtulo de un campeonato que han gobernado de forma extraordinaria desde el inicio, sin concesiones, siempre convencidos de su suerte y de su f¨²tbol, superiores colectivamente y en el mano a mano.
Al fin y al cabo, el Bar?a nunca jug¨® con el retrovisor sino que compiti¨® de cara, desde la afirmaci¨®n, con la suavidad y elegancia de un Rolls Royce, alejado del ruido de los Ferrari del Madrid. Han vivido los madridistas pendientes de un error del Barcelona que no se ha dado y se han puesto reiteradamente en manos de los personajes m¨¢s rocambolescos del torneo, desde Canales a Pochettino, sin que la t¨¢ctica tampoco les haya dado resultado. Los azulgrana respondieron ayer a su condici¨®n de favoritos con una actuaci¨®n solemne, hasta cierto punto habitual y corriente, muy natural.
BARCELONA 4 - VALLADOLID 0
Barcelona: Vald¨¦s; Alves (Ibrahimovic, m. 80), Piqu¨¦, Puyol, Abidal; Tour¨¦, Busquets, Keita; Bojan (Henry, m. 77), Messi y Pedro (Iniesta, m. 86). No utilizados: Pinto; M¨¢rquez, Milito y Thiago.
Valladolid: Jacobo; Pedro L¨®pez, Luis Prieto (Nauzet, m. 46), Navas, Sereno, Barrag¨¢n; Baraja, Pel¨¦; Manucho (Keko, m. 78), Diego Costa y Sesma (H¨¦ctor Font, m. 62). No utilizados: Villar; Marcos, Bueno y Arzo.
Goles: 1-0. M. 27. Pedro centra y Luis Prieto cuela el bal¨®n en su porter¨ªa. 2-0. M. 31. Pedro resuelve delante de Jacobo. 3-0. M. 61. Messi aprovecha un pase de Tour¨¦. 4-0. M. 75. Messi, desde el ¨¢rea peque?a.
?rbitro: P¨¦rez Lasa. Amonest¨® a Barrag¨¢n, Manucho, Baraja y Alves.
Camp Nou: 98.083 espectadores.
Aunque ya sab¨ªa que sin Xavi las cosas son m¨¢s dif¨ªciles, la afici¨®n azulgrana se hab¨ªa pedido un partido f¨¢cil para descansar y disfrutar de un torneo que ha resultado tan largo y excitante como estresante por la chapa que ha dado un fenomenal Madrid. Ayer, por una vez, no ten¨ªa que estar pendiente del resultado del equipo de Florentino y Ronaldo, como cuando la suerte del dream team estaba ligada a los resultados de Tenerife y A Coru?a. Anoche le bastaba con ganar en el Camp Nou y poner la radio simplemente para acompa?ar, nunca para sufrir, signo de los tiempos de mejora del equipo y del club, que ya cuenta 20 Ligas, la mitad en los ¨²ltimos veinte a?os. Y el triunfo azulgrana nunca se discuti¨® salvo un ratito muy en el inicio del partido.
Al Bar?a le llev¨® un tiempo entrar en juego ante un adversario que se plant¨® con una defensa de cinco en el Camp Nou. A los azulgrana les disgustan los partidos que exigen un cierto control emocional como el de ayer, y m¨¢s cuando les faltan futbolistas que marcan estilo como Xavi u ofrecen un punto de pausa y lucidez, virtudes de Iniesta. Ausentes ambos, Guardiola apost¨® por Tour¨¦ y Keita como volantes y el equipo tuvo m¨¢s tiro exterior y fuerza, y de salida tambi¨¦n menos control de partido. Aturullados, los azulgrana concedieron nada m¨¢s empezar dos ocasiones al Valladolid, sobre todo una a Manucho, cuyo remate sac¨® Puyol cuando estaba batido Vald¨¦s. Fall¨® el meta, que combin¨® malamente y de forma reiterada con Piqu¨¦, como si uno y otro no se conocieran de nada en la vida, y no atinaron los delanteros pucelanos cuando ten¨ªan franca la porter¨ªa.
Al equipo azulgrana le temblaba el pulso, le faltaba cintura y no encontraba la manera de darle ritmo y continuidad al juego. No daba con Messi. La Pulga reapareci¨® a tiempo, pasado el cuarto de hora, y tuvo el gol muy cerca. Le fall¨® tambi¨¦n la punter¨ªa cuando s¨®lo ten¨ªa que colocar la pelota y retard¨® un poco m¨¢s la victoria azulgrana, anunciada en cuanto los volantes agarraron el sitio en la cancha y la recuperaci¨®n y anticipaci¨®n se impuso a la elaboraci¨®n. El tanto cay¨® como fruta madura por gentileza de Luis Prieto. El central puso el pie a un centro de Pedro y sorprendi¨® a su portero. El segundo gol ya fue otra cosa, una nueva historia, la expresi¨®n de que el Barcelona le hab¨ªa cogido el gusto al encuentro: Messi baj¨® a la medular, regate¨® un par de veces, se apoy¨® en Tour¨¦ y habilit¨® a Pedro para que marcara.
El gol fue tan bello, tan sereno y exacto, que parec¨ªa no admitir una copia de su equipo ni una r¨¦plica del rival. Falsa impresi¨®n. Aparecido Messi como hilo conductor y muy puesto Tour¨¦, convertido en centrocampista universal, la ¨²nica duda estaba en saber si la Pulga igualar¨ªa el registro de goleador de Ronaldo (34). Y Messi empat¨® al brasile?o con dos tantos de museo. Tour¨¦ se arranc¨® en el 3-0 con un ca?o, como si fuera Iniesta, profundiz¨® con la potencia de Keita y la puso para la llegada de Messi con la precisi¨®n de Xavi. Y despu¨¦s, el propio Tour¨¦, le entreg¨® de nuevo el bal¨®n al argentino, que se marc¨® una jugada excepcional y tambi¨¦n muy suya: dos quiebros, dos zagueros eliminados y dos goles en su cuenta: 4-0.
Nada pudo hacer Clemente, al que siempre le gust¨® llevar la contraria, por m¨¢s que le pidiera a su equipo que embistiera como un toro. El problema para los pucelanos es que el Bar?a es Jos¨¦ Tom¨¢s. Ambos se superan a diario desde el riesgo y la emoci¨®n, a partir de la ¨¦tica y la t¨¦cnica, igual de expuestos ante el enemigo, prohibido dar un paso atr¨¢s, convencidos de que si no se superan a s¨ª mismos en cada actuaci¨®n ser¨¢n acusados de decepcionar. As¨ª las cosas, los azulgrana no pararon de jugar hasta el final para suerte de una hinchada muy festiva desde el descanso, feliz por el ¨¦xito de su equipo.
Tan dulce se puso la noche que Guardiola dio salida a Ibrahimovic, a Henry y a Iniesta. Nunca un partido de la presente Liga, siempre exigente y pesada, hab¨ªa resultado tan pl¨¢cido y emotivo en un Camp Nou entregado de nuevo a Messi, a la Masia, al m¨¦s que un club, a un l¨ªder en 28 de las 38 jornadas, al trofeo Zamora (Vald¨¦s), al Pichichi (Messi), al mejor campe¨®n de la Liga por puntos. Nadie ha ganado la Liga con tanta autoridad y rotundidad como el Bar?a. No por esperada, result¨® menos bonita, as¨ª que largamente festejada por la gent blaugrana.
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