El Madrid controla hasta las expulsiones

Los equipos suelen tardar m¨¢s tiempo en tener un estilo. Este Madrid ya tiene rasgos que lo definen. Opera de un modo particular, apretando arriba o abajo, desde que suena el pitido del arranque, al toque de Alonso y al paso fren¨¦tico de Cristiano, que sale disparado como un jugador de f¨²tbol americano y encara como avisando a la hinchada y los defensas de que cada minuto contendr¨¢ una disputa. Esto es lo que pas¨® ayer. Desde la primera jugada hasta la ¨²ltima. El Madrid empuj¨® y el Ajax aguant¨® mientras las piernas no le fallaron de tanto ir y volver sin encontrar el camino. No le qued¨® ni el resuello para reponerse. Al Madrid le dio tiempo a meter cuatro goles, asegurarse el liderato del grupo y gestionar de paso dos expulsiones estrat¨¦gicas: Xabi Alonso y Sergio Ramos se hicieron echar para limpiar algo su expediente pensando en la siguiente ronda. Fueron dos acciones muy evidentes, ambas provocadas por los futbolistas por perder tiempo. Primero fue Alonso, que, ya con una amonestaci¨®n, se demor¨® intencionadamente en el saque de una falta. Vio as¨ª la segunda tarjeta amarilla y la consiguiente roja. Era el minuto 87 y apenas protest¨®. Cuatro despu¨¦s, en el 91, Ramos repiti¨® la acci¨®n, esta vez en un saque de puerta. El defensa perdi¨® tiempo subi¨¦ndose las medias y retras¨¢ndolo mientras el estadio protestaba hasta que el ¨¢rbitro tambi¨¦n le mostr¨® la segunda cartulina amarilla y luego la roja. Camino del vestuario, Ramos dio la mano al colegiado.

Ambas acciones sucedieron poco despu¨¦s de una curiosa transmisi¨®n de informaci¨®n entre Mourinho y los jugadores . Cuando faltaba poco m¨¢s de un cuarto de hora para el final, el t¨¦cnico habl¨® en el banquillo con el delegado, Chendo, y el portero suplente, Dudek. Este se march¨® luego hasta la porter¨ªa de Casillas para pasar la informaci¨®n al meta, quien a continuaci¨®n dijo algo a Ramos. El defensa y Alonso fueron expulsados. La UEFA deber¨¢ decidir ahora si toma o no cartas en el asunto.

El Ajax no tuvo tiempo de concretar sus ideas. Es un equipo joven en el que predomina la clase de 1989. Salvo Stekelenburg y Emanuelson, los que saltaron al campo solo hab¨ªan disputado esta Champions. Ten¨ªan energ¨ªa y buena disposici¨®n, achicaban, se permutaban correctamente y sus intentos cada vez que ten¨ªan la pelota resultaban siempre razonables y hasta valientes. Pero el Madrid funcion¨® demasiado bien en la defensa. La l¨ªnea de cuatro solo hab¨ªa coincidido en la Copa esta temporada, pero sus componentes son gente experta, se saben bien los mecanismos y no concedieron ni un metro. Por dentro, De Jong se encontr¨® con Lass y Alonso. Por fuera, Marcelo frustr¨® las aventuras de Su¨¢rez, el h¨¦roe local, que acab¨® la primera parte quej¨¢ndose de sus compa?eros, sin completar un control decente, sin dar un pase, sin fabricarse un regate. El Ajax no tard¨® en jugar hacia atr¨¢s con sus centrales, que adelantaron la l¨ªnea y se expusieron al desastre. Cada bal¨®n que recibi¨® Alonso tuvo un destino prioritario: Cristiano. Pase largo y carrera. Una y otra vez. Tortura para la defensa local. Alderweireld debi¨® meter la tibia en ¨²ltima instancia para evitar el remate del portugu¨¦s. Fue el primer tiro a puerta. El comienzo de la andanada.

Con espacios para correr, Cristiano se transforma. A este hombre quemar calor¨ªas le proporciona un placer ciego y en campo contrario, bajo una buena pitada, la satisfacci¨®n se multiplica. De modo que, dadas las condiciones, se entreg¨® a la fiesta contra medio Ajax. Buscando de vez en cuando la complicidad de ?zil y Benzema, muy activos por todo el frente de ataque, acompa?ando al luso. El trabajo de la defensa del Ajax se hizo cada vez m¨¢s insoportable.

Una falta contra Pedro Le¨®n en el medio de la cancha origin¨® la jugada que abri¨® el marcador. Fue un gol fabuloso. Alonso meti¨® un pase de 30 metros, templado, tanto que la pelota fue por el aire como si la hubieran arrojado con la mano, lentamente. Le dio tiempo a ?zil, bien cogido por Anita en el ¨¢rea, a girar el cuello, mirar y poner el tac¨®n. Como ven¨ªa. El taconazo de ?zil prolong¨® la obra maestra y dej¨® el bal¨®n muerto para que Benzema, que lleg¨® desde atr¨¢s, lo enviara a la escuadra.

Otra falta, esta vez m¨¢s cerca del ¨¢rea, acab¨® por hundir al Ajax. Le peg¨® Cristiano contra la barrera y el rechace lo cogi¨® Arbeloa, que pesc¨® de rebote y golpe¨® plano enviando el bal¨®n como un tiro otra vez por la escuadra. As¨ª termin¨® el primer tiempo.

El partido continu¨® amold¨¢ndose a la propuesta del Madrid, que se solt¨® con algunos lujos. Marcelo se permiti¨® licencias en el ataque y Mourinho cambi¨® a Pedro Le¨®n en una decisi¨®n con lectura de castigo. Entr¨® Di Mar¨ªa, que inmediatamente demostr¨® por qu¨¦ Pedro Le¨®n tiene menos minutos. Las conexiones del argentino con Cristiano redoblaron la profundidad y el v¨¦rtigo de las incursiones. Fueron minutos incontenibles y culminaron con el tercer gol. Di Mar¨ªa coron¨® la maniobra con uno de esos pases que ya tienen su patente: exterior del pie izquierdo, efecto hacia dentro y encuentro con el rematador, es decir, con el incansable Cristiano, que meti¨® ese y otro m¨¢s, de penalti, para despedirse de Holanda con el doblete. El Madrid se march¨® con la primera posici¨®n de grupo en el bolsillo, pero tambi¨¦n con dos expulsiones muy pol¨¦micas.