Messi est¨¢ en todo
Con una asistencia de gol y otros dos tantos, Leo catapulta al Bar?a y desarticula a Osasuna, que propuso sin ¨¦xito un sinf¨ªn de trampas t¨¢cticas
No hay contratiempo ni rival que detenga al Bar?a. Entumecido por un viaje precipitado en tren y autob¨²s, destemplado porque el calentamiento se redujo a 15 minutos, malmirado porque el Reyno de Navarra le calific¨® de burgu¨¦s al no entender por qu¨¦ no cogieron el AVE por la ma?ana y maniatado buena parte del encuentro porque Osasuna present¨® una ristra de trampas sugerentes, el Bar?a tir¨® de Messi para resolver los entuertos. Leo no entiende de contrariedades. Pide el bal¨®n y aclara el campo. Juega, marca y gana.
Camacho escudri?¨® al dedillo al Bar?a para anestesiar su juego, para instalar un sinf¨ªn de minas sobre el c¨¦sped. Argucias t¨¢cticas para contrarrestar el pie azulgrana. Pero si bien desactivo el juego pl¨¢stico del Bar?a, no pudo contener su pegada y eficacia de cara a puerta. Sobre todo del equipo que escogi¨® Guardiola ?por primera vez en sus 144 partidos repiti¨® alineaci¨®n de forma consecutiva?, que suma cuatro duelos este a?o con un saldo de 18 goles a favor por uno en contra. Messi, siempre como enganche y futbolista de entre l¨ªneas, fue el detonante.
OSASUNA 0 - BARCELONA 3
Osasuna: Ricardo; Nelson, Sergio, Miguel Fla?o, Monreal; Pu?al (Lolo, m.77), Nekounam; Juanfran, Soriano (Lekic, m.61), Masoud; y Camu?as (Pandiani, m.41).
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Piqu¨¦, Puyol, Abidal; Xavi (Keita, m.82), Busquets, Iniesta; Villa (Bojan, m.88), Messi y Pedro (Jeffren, m.88).
Goles: 0-1, m.26: Pedro. 0-2, m.65: Messi. 0-3, m.83: Messi, de penalti.
?rbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comit¨¦ C¨¢ntabro). Amonest¨® a Soriano (m.48), Pu?al (m.71) y Lolo (m.85), de Osasuna.
Incidencias: Encuentro de la decimocuarta jornada de Liga celebrado en el estadio Reyno de Navarra ante 18.043 espectadores. El partido comenz¨® con 48 minutos de retraso por la tardanza del Barcelona
Osasuna expres¨® su voluntad de antisistema azulgrana desde el arranque, sin ning¨²n delantero centro ?all¨ª actu¨® Soriano, medio centro por definici¨®n y media punta desde hace dos cursos? en la n¨®mina de titulares, sin ning¨²n futbolista que pudiera hacerse el remol¨®n a la hora de ejecutar la presi¨®n. Siempre adelantada, con la ¨²nica idea de evitar la salida de la pelota limpia del rival. Lo padeci¨® Puyol, que no atin¨® a conectar con la siguiente l¨ªnea, y desconcert¨® a Vald¨¦s, que ejecut¨® dos pases tan imprecisos como inciertos que le costaron un susto y por poco no se convirtieron en gol. Puyol salv¨® uno y Soriano err¨® el otro al intentar una virguer¨ªa, una vaselina con la zurda, pierna que peor gobierna.
El invento rojillo, en cualquier caso, dur¨® poco. Antes de alcanzar el entreacto, Pandiani hac¨ªa acto de presencia en la punta de ataque. Antes de finiquitar el duelo, hab¨ªa dos arietes. El entramado guerrillero de Osasuna era, sin embargo, m¨¢s complejo. Desde instigar un partido de ida y vuelta ?con el juego directo para evitar del mismo modo la presi¨®n avanzada del Bar?a? a situar dos jugadores cerca del bander¨ªn de c¨®rner para evitar los saques de esquina en corto, como siempre propone el equipo de Guardiola. Desde la intensidad absoluta en cada parcela del campo, a atar en corto a Xavi e Iniesta para que no removieran el esf¨¦rico a su antojo. Aunque los dispositivos incomodaron al juego coral y pl¨¢stico del Bar?a, no resultaron fruct¨ªferos para poner en entredicho al adversario. Y menos desde que Messi, bien secundado por sus compa?eros, encontr¨® la mejor de las recetas: el juego veloz e interior.
Sin poder cocinar excesivamente las jugadas porque el contrincante encasquill¨® el f¨²tbol, Sergio Busquets result¨® capital. El medio centro ayud¨® en la salida a Piqu¨¦ y, cuando super¨® la primera l¨ªnea de presi¨®n, atendi¨® a los desmarques de Messi, toda vez que Iniesta y Xavi no se sacud¨ªan de encima a sus lapas. La Pulga, revoltoso y como pez en el agua en los espacios cortos, rehus¨® la punta de ataque para moverse en la zona de tres cuartos, para encontrar los agujeros de entre l¨ªneas. Absorbido el bal¨®n, Leo se las ingeni¨® para tirar pases interiores. Como ese que le ofreci¨® a Villa, que remat¨® con la bota torcida; como ese que le regal¨® a Pedro ?previa asistencia de Busquets?, que finaliz¨® de primeras para batir a Ricardo. Fue un gol de toque, de finura entre tanto m¨²sculo.
No se repuso Osasuna del tanto, sin otra artima?a en su hoja de ruta, demasiado pendiente de coser la retaguardia. Tampoco le facilit¨® las cosas la cabeza de Piqu¨¦, que rechaz¨® todo el juego a¨¦reo que merodeaba por el ¨¢rea de Vald¨¦s, y menos le ayud¨® el exigido baj¨®n f¨ªsico, siempre corriendo tras la pelota. Fue entonces cuando se present¨® el mejor Bar?a, el de pie refinado, que elabora las jugadas con paciencia infinita, que no entrega el cuero al rival ni por casualidad y que finaliza las jugadas en el ¨¢rea opuesta. Pedro, activo desde el costado, otorg¨® tanta profundidad como peligro hasta el punto de que le regal¨® un pase mortal a Messi al hueco que no se cobr¨® el gol de chiripa, escupido el bal¨®n por el poste.
Pero Leo, inconformista y de afilada punter¨ªa, se resarci¨®. Villa se puso el traje de Messi al lanzar un pase al hueco e interior sensacional, que La Pulga aprovech¨® para dar poco m¨¢s de una asistencia a la red. Despu¨¦s marc¨® de pena m¨¢xima, en un penalti que logr¨® tras ser derribado por Sergio. Una asistencia y dos goles de Messi, que desarticul¨® a Osasuna y a?ade otra muesca a su lista infinita de v¨ªctimas.
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