Nadal hila fino en Miami
El n¨²mero uno volver¨¢ a encontrarse con Federer en semifinales tras reconducir su complicado choque con Berdych, que se sald¨® a favor del espa?ol con un 6-2, 3-6 y 6-3
El final de los trabajos es lo que cuenta, pero demasiadas veces los peque?os detalles del camino son importantes. Rafael Nadal ejerci¨® de n¨²mero uno mundial para sacar adelante un complicado partido de cuartos de final en el torneo de Miami, por 6-2, 3-6 y 6-3. Nadal se volver¨¢ a enfrentar en semifinales a Roger Federer, que pas¨® de puntillas por la misma ronda gracias a la retirada del franc¨¦s Gilles Simon. Ser¨¢ el 23 enfrentamiento entre ambos, con clara ventaja para el espa?ol, 14-8, pero en esta ocasi¨®n con clara diferencia de desgaste.
El checo Tomas Berdych, al que Nadal hab¨ªa derrotado nueve veces en sus 12 enfrentamientos, las ¨²ltimas ocho consecutivas, pareci¨® de nuevo una pieza f¨¢cil en los comienzos del choque, pero fue un espejismo. El n¨²mero 7 de la lista siempre es un rival peligroso y no dio ocpi¨®n a Nadal en cuanto ajust¨® su saque y abri¨® ¨¢ngulos con sus potentes golpes a las esquinas. De una manga que presagiaba una excursi¨®n en el partido para el espa?ol se pas¨® a otra con un checo crecido, a veces imparable. Nadal tuvo que centrarse y pasar por encima de su juego irregular, con un buen porcentaje esta vez de primeros servicios (69%), incluso de aces (8), pero con demasiados errores. Agazapado, como un cazador de piezas dif¨ªciles, templ¨®, mand¨® y quit¨® el saque de Berdych en el momento clave del ¨²ltimo set para rematar la faena. Era una tarea dif¨ªcil ayer, pero surgi¨® el aroma de campe¨®n, el de los elegidos como el mallorqu¨ªn.
Nadal necesit¨® 2 horas y 17 minutos para imponerse, frente a los escasos 10 de Federer, que incluso jug¨® tres horas antes. Gajes del oficio. Previamente disputar¨¢n la otra semifinal el intratable esta temporada Novak Djokovic y el superviviente inesperado local, Mardy Fish, verdugo de un desconocido David Ferrer.
El vendaval que azot¨® de d¨ªa Miami amain¨® por la noche. Pero Nadal, cuando empez¨® el partido a la ca¨ªda de la tarde, pareci¨® convertirse en el viento del sur que por momentos hab¨ªa soplado en rachas superiores a los 30 kil¨®metros por hora. Fue un torbellino ante un est¨¢tico Berdych que perdi¨® su saque ya en el primer juego y tambi¨¦n en el tercero. Parec¨ªa sentenciado. Extra?amente para su potencia, no resist¨ªa los peloteos largos y a¨²n no hab¨ªa puesto en marcha su feroz maquinaria del saque. Incluso lleg¨® a botar la pelota en una de sus zapatillas y perderla como un principiante nervioso. Cuando quiso darse cuenta ante un Nadal revolucionado, a su estilo, perd¨ªa ya por 4-0. Gan¨® al menos su tercer servicio y el quinto, pero el espa?ol, muy firme esta vez con su saque termin¨® incluso el set con un ace.
Todo parec¨ªa encarrilado para no desgastarse demasiado con vistas a Federer. El comienzo de la segunda manga as¨ª lo confirm¨®. Nadal lleg¨® a tener otras dos bolas de rotura de servicio, pero un gran saque de Berdych y la serie de errores de Nadal cambiaron el rumbo del partido. El checo hizo ocho puntos seguidos y hasta el mallorqu¨ªn lo empeor¨® con una doble falta. Perdi¨® su saque y se fue del partido.
Berdych se mostr¨® ya intratable en el saque y el 3-0 ser¨ªa una losa imposible de levantar. Nadal incluso se quej¨® se un problema en el hombro, pero qued¨® en una falsa alarma, de momento. Todo pintaba mal y los ca?onazos del checo no pararon ya pese a que Nadal gan¨® un extraordinario sexto juego y puso el 4-2 en el marcador. Pero ya no pudo quitarle el servicio. Luch¨® por remontar el set, sin darlo por perdido, pero ni los detalles bastaron.
Debi¨® venirle muy bien el trozo de pl¨¢tano que se comi¨® para encarar la manga decisiva. Recuper¨® potasio y mucho m¨¢s. Empez¨® sacando muy bien otra vez, hasta con tres espl¨¦ndidos aces seguidos, y aunque le cost¨® m¨¢s mantener sus saques que a Berdych (11 aces y hasta el 75% de puntos ganados con su primer servicio) ya s¨®lo esper¨® su ocasi¨®n para saltar sobre la presa. Fue en el octavo juego. Se repiti¨® la historia de las roturas del primer set. Aprovechando que baj¨® un poco el bombardeo de aces y servicios potentes, Nadal forz¨® los peloteos largos con bolas altas, liftadas y molestas, y nuevamente llegaron los errores de Berdych como fruta madura. El 5-3 lo puso al borde del precipicio
La operaci¨®n de Nadal fue muy sutil, casi imperceptible, cuando todo parec¨ªa destinado a que el tie break resolviera un asunto tan complejo. Pero el n¨²mero uno acab¨® con la habilidad de un cirujano y la potencia de un herrero. Su ¨²ltimo servicio fue s¨®lido y resisti¨® con seguridad el intercambio de golpes hasta terminar con el juego en blanco.
Cansado, pero contento tras convertir la irregularidad en precisi¨®n. En el fondo, buen entrenamiento antes de Federer.
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