Agon¨ªa en Los C¨¢rmenes

Fall¨® dos penaltis, mand¨® dos balones al palo y tuvo que llegar a la tanda final, a la 12? pena m¨¢xima, para eliminar al Celta en la pelea por llegar a Primera con Roberto, el meta, como pe¨®n decisivo: marc¨® y par¨®. El Granada result¨® vencedor en una eliminatoria ag¨®nica de la que est¨¢ por ver su repercusi¨®n en una locura que tendr¨¢ continuidad el mi¨¦rcoles con la ida de la final por el ascenso contra el vencedor del duelo Elche-Valladolid (hoy: 21.00, Canal+; 0-1 en la ida).

El Granada timorato y r¨¢cano del mi¨¦rcoles comenz¨® como un torrente por el flanco izquierdo y la presi¨®n. Emergieron Siqueira y Ben¨ªtez, henchidos de potencia y decisi¨®n, incisivos, a ratos acelerados. Entre los dos desequilibraron todo el entramado tejido por Paco Herrera, que hab¨ªa recurrido de nuevo a la defensa de tres centrales, pero que tuvo que corregir en cuanto se vio en desventaja.

El Celta sufri¨®, prisionero en su campo, mucho m¨¢s inc¨®modo de lo que lo estuvo el Granada en Bala¨ªdos, sin opciones de jugar la pelota porque no dejaba de correr tras ella y, cuando la recuperaba, la perd¨ªa. Tan atr¨¢s se meti¨® que cada combinaci¨®n local presagiaba zozobra. Un control de Orellana acab¨® con un disparo al larguero.

Lleg¨® el gol, nada inesperado, en una acci¨®n que mostr¨® los riesgos de jugar con dos laterales largos y mucho que tapar. Mallo se adelant¨® y dej¨® la espalda libre para que Ben¨ªtez encontrara espacio para sacar un centro monumental que Orellana cabece¨® adelant¨¢ndose a Catal¨¢. Fue el premio a la codicia y el castigo a la inferioridad.

Sin capacidad para dar cuatro pases seguidos, desconectado de un tridente que, por m¨¢s alternativo que sea, carec¨ªa de un futbolista del nivel de Trashorras, el Celta hall¨® varios alivios puntuales. Por una parte, se vali¨® de la escasa aportaci¨®n de Ighalo, que ni por asomo ofreci¨® la producci¨®n, el juego de espaldas a la meta y la punter¨ªa de Geijo; por otro, asom¨® la cabeza en cuanto Herrera recuper¨® la zaga de cuatro, coloc¨® a Vila en la medular por delante de la zaga y no solo pobl¨® el campo de manera m¨¢s racional ante lo que le propon¨ªa el rival, sino que, por fin, empez¨® a combinar. Fue ese nuevo orden el que propici¨® una jugada Abalo, en el tramo final de la primera mitad, puso en apuros a Roberto e incluso marc¨® un tanto, anulado por falta previa de Michu.

En el descanso, Herrera insisti¨® en esa idea, que despreci¨® cualquier atisbo de llegada por fuera, pero dio mayor presencia al Celta. Devolvi¨® a Vila a la zaga, pero retir¨® a Ortega por L¨®pez, un centrocampista. Pero el Granada es un equipo de oleadas. La del primer cuarto de hora de la segunda parte fue demoledora y culmin¨® con un penalti a Ighalo que Ben¨ªtez envi¨® al palo. Agotado por el esfuerzo, por tanta agresividad y desgaste, quiz¨¢ descorazonado por el error, el Granada dio un paso atr¨¢s. Coincidi¨® adem¨¢s que entraron Trashorras y De Lucas, frescos y amenazantes. El mediapunta hizo un trabajo excelente. As¨ª, dej¨® a Aspas, que no defini¨®, solo ante Roberto.

Pero era tiempo de agon¨ªa, de calores y temores. Trashorras tuvo la victoria. Tambi¨¦n Orellana, que envi¨® otro centro de Ben¨ªtez, una aut¨¦ntica joya ayer sin fortuna, al palo. Fue justo antes de una pr¨®rroga a cara o cruz que se abri¨® con otro error del Granada desde los 11 pasos, conoci¨® dos disparos de Trashorras al larguero y la expulsi¨®n de Lago y desemboc¨® en una tanda de penaltis en una noche ag¨®nica.

Granada 1 - Celta 0