Verbruggen SA: Dr¨¢cula al frente de un banco de sangre
El cuarto y ¨²ltimo d¨ªa de la conferencia se centr¨® en la gobernanza, la transparencia y honestidad en el deporte
El ¨²ltimo d¨ªa de la conferencia Play the Game, en Colonia, Alemania, se centr¨® en el tema de la gobernanza (concepto pol¨ªtico que hace referencia a lo que podr¨ªa llamarse normas de buen gobierno), la honestidad y la transparencia en el deporte. Despu¨¦s del debate final del grupo de expertos, la conferencia lleg¨® a un acuerdo plasmado en el documento 'El consenso de Colonia: hacia una ley global para la gobernanza en el deporte'. El 'Consenso' establece que los problemas ligados a la mala gesti¨®n y a la corrupci¨®n en el deporte son graves y est¨¢n extendidos y pide al Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) que ponga en marcha un proceso encaminado a preparar un C¨®digo Global de Gobernanza en el Deporte. En el grupo expertos, formado por profesores universitarios, y dirigentes del deporte y de la lucha contra la corrupci¨®n, figuraban el miembro del COI Dick Pound y el jefe de la secci¨®n Honestidad en el deporte de la organizaci¨®n Sport Accord, que agrupa a las federaciones internacionales, la abogada neozelandesa Ingrid Beutler. Pound ha sido presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y antes condujo la investigaci¨®n sobre la escandalosa adjudicaci¨®n por el COI de los Juegos de Invierno de 2002 a Salt Lake City. Beutler, por su parte, hab¨ªa trabajado en el departamento de deporte, desarrollo y paz de Naciones Unidas.
En una de sus conferencias en Colonia, Pound habl¨® de la end¨¦mica crisis de corrupci¨®n en el deporte, seg¨²n ¨¦l, obvia durante mucho tiempo. Pound subray¨® que hasta el momento ninguna organizaci¨®n deportiva, ni gobierno ni patrocinadores ni los medios ni los deportistas hab¨ªan hecho nada efectivo para acabar con la corrupci¨®n, y concluy¨® de ello que el deporte en s¨ª mismo no puede tratar contra una corrupci¨®n que necesita de dirigentes y deportistas para producirse. El problema, reflexion¨®, es que mientras estamos rodeados de un desmoronamiento total de la buena gobernanza en el deporte, y en la sociedad, el deporte sigue resisti¨¦ndose a un escrutinio exterior de sus finanzas y sus actividades. Par Pound a¨²n es pronto para decidir si debe crearse una agencia mundial anticorrupci¨®n, siguiendo el modelo de la AMA, pero argument¨® con fuerza a favor de una acci¨®n decidida para salvaguardar la honestidad de la administraci¨®n deportiva en el futuro, y al deporte en s¨ª.
Ingrid Beutler, en apariencia una mujer inteligente, honrada y decidida, dirige la Unidad de Honestidad de Sport Accord, una organizaci¨®n internacional formada por las federaciones internacionales ol¨ªmpicas y no ol¨ªmpicas. La tarea de Beutler es, pues, acabar con la corrupci¨®n en el deporte y llevar buena gobernanza y honestidad a la administraci¨®n del deporte. Comenz¨® su charla recordando que no podr¨ªa decir todo lo que quisiera debido a lo delicado de su posici¨®n. Mantuvo alta la guardia con el lenguaje refinado de un diplom¨¢tico de la ONU y la determinaci¨®n de un veterano abogado. No parece que asuma su tarea con ingenuidad. Sabe d¨®nde est¨¢. Lo que tiene entre manos. Su primer objetivo ser¨¢ el ama?o de partidos y el las apuestas ilegales antes de enfrentarse a materias m¨¢s duras y complicadas.
El objetivo de Sport Accord es mantener e incrementar la confianza de todos los agentes del deporte y proteger la tradicional autonom¨ªa del deporte de la intervenci¨®n de los gobiernos nacionales. El jefe de Beutler y presidente de Sport Accord es DON Hein Verbruggen, el padrino del ciclismo internacional y, aparte de expresidente de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) y exmiembro del COI, el patr¨®n de muchos. Para describir la situaci¨®n, Beutler dijo que la buena gobernanza en el deporte "es un caos". "Hay mucho trabajo por delante", dijo. "El deporte no entiende lo que buena gobernanza es". Y al decirlo es como si describiera a su propio patr¨®n, a Verbruggen, al mismo Verbruggen que, muchos dicen, tiene su dedo en muchos pasteles financieros y v¨ªnculos de negocios que, como poco, suponen un grave conflicto de intereses. El mismo Verbruggen que est¨¢ implicado una investigaci¨®n en marcha en Estados Unidos sobre Lance Armstrong, por, supuestamente, aceptar cheques del tejano para tapar alg¨²n caso de dopaje. El mismo Verbruggen que ahora, en su nuevo avatar, lidera la carga contra la corrupci¨®n en el deporte.
Dr¨¢cula al frente de un banco de sangre, la zorra a cargo del gallinero. El nuevo orden mundial de buena gobernanza en el deporte ofrecido por gentileza de Verbruggen. El asunto solo podr¨ªa ser m¨¢s surrealista si Blatter tuviera ese trabajo. La iron¨ªa, la iron¨ªa, Conrad podr¨ªa haber dicho.
Durante la ¨²ltima sesi¨®n de Play the Game se pregunt¨® al panel cu¨¢nta fe se pod¨ªa tener en que limpiara la gobernanza del deporte una organizaci¨®n de federaciones deportivas liderada por Verbruggen. La respuesta fue el silencio, solo roto por Dick Pound. "Creo que el silencio del panel significa que compartimos tu confianza", dijo. Beutler intervino, asumi¨® el historial de Verbruggen y el hecho de que es humano, pero aparte de eso se mostr¨® optimista respecto a la carta blanca que hab¨ªa recibido. Si Sport Accord debe restaurar la honestidad de la gobernanza deportiva, lo primero que necesita es lograr que se conf¨ªe en ellos encontrando, por ejemplo, un presidente capaz de engendrar mayor confianza y no nos deje pensando que, a pesar de la determinaci¨®n de Beutler, esto no es m¨¢s que otra cortina de humo.
Puede que Pound hubiera puesto el dedo en la llaga cuando dijo, otro d¨ªa: "He sufrido la censura del COI sencillamente por emitir juicios desfavorables sobre Lance Armstrong, lo que obviamente es un delito mucho m¨¢s grave que la corrupci¨®n en el deporte".
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