La huella de Ronaldo
Los excompa?eros del 'Fen¨®meno' en el Barcelona recuerdan el tanto estratosf¨¦rico al Compostela, hace exactamente 15 a?os
A Sir Bobby Robson pareci¨® quemarle el asiento, hasta el punto de que se levant¨® en d¨¦cimas de segundo al tiempo que se tir¨® los brazos a la cabeza, tan sorprendido como fascinado. Imagen imborrable sobre la pista de atletismo que rodeaba el c¨¦sped del Multiusos San L¨¢zaro, estadio del Compostela. Por detr¨¢s, en el banquillo, Guillermo Amor se code¨® con Roger Garc¨ªa, y desde el palco se pusieron todos en pie para aplaudir a un genio. Ronaldo Luis Nazario de Lima (R¨ªo de Janeiro, Brasil; 1976) la hab¨ªa vuelto a liar. Un gol antol¨®gico. Una jugada resumida en 11 segundos y 48 metros, 14 toques del bal¨®n -11 con el pie derecho; tres con el izquierdo-, descontados cinco rivales. "Me recuerda a Pel¨¦ de joven", se atrevi¨® a decir el ya fallecido Robson. De la diana han pasado exactamente 15 a?os, pero sus compa?eros de equipo la recuerdan como si fuera hoy. "Hay goles que no se pueden borrar", sintetizan todos. "Como para olvidarlo", remacha Abelardo.
Tildado el Bar?a actual como un equipo en may¨²sculas, que entiende el pase como el arma definitiva, el conjunto de Robson era definido como el de Ronaldo porque todos defend¨ªan y el 9 atacaba. Una complejidad que no le pesaba al delantero de 20 a?os, ya referencia universal por su explosividad, vertiginosidad, quiebro y definici¨®n. Parec¨ªa imposible detenerlo por la v¨ªa legal. "Con lo f¨¢cil que hubiese sido darle una patada o agarrarle de la camiseta...", se mofaba a?os despu¨¦s el exazulgrana ?ngel Cu¨¦llar a sus amigos Lekunberri y Jos¨¦ Ram¨®n, con quien coincidi¨® en el Levante y Monta?eros respectivamente. "A ese", siempre le respondieron; "ni a tortas se le paraba". Interviene Julen Lopetegui: "Y eso que nada m¨¢s llegar, pens¨¢bamos que era muy bueno pero que aparec¨ªa poco. Pero luego... ?ya ves!". Ronaldo dej¨® su huella.
Gica Popescu pele¨® el bal¨®n con Mauro y Passi, y el cuero acab¨® en las botas de Ronaldo, en campo propio. "Cuando cog¨ªa el bal¨®n, como siempre marcaba las diferencias y era tan superior al resto, pensabas: 'A ver con qu¨¦ te sorprende esta vez", recuerda Albert Celades. "Pero creo que ni ¨¦l mismo se cre¨ªa que la jugada pod¨ªa acabar en gol hasta que se acerc¨® al ¨¢rea, hasta que super¨® uno a uno a los rivales", agrega Sergi Barjuan. As¨ª, Ronaldo arranc¨® trastabillado por el agarr¨®n de Chiba, se marc¨® un eslalon repetido sobre ¨¦l y Jos¨¦ Ram¨®n, tir¨® un regate ante la entrada de William, amag¨® ante la ayuda de Bellido y, ya en el punto de penalti rival, cay¨¦ndose, remat¨® raso a la red ante la incredulidad del portero Fernando. "Aunque todos sab¨ªamos que pod¨ªa hacer eso y m¨¢s. Era un portento f¨ªsico y estaba en un momento brillante", argumenta Guillermo Amor. "Es que era tan bueno, que lleg¨® un momento donde lo que hac¨ªa era sorprendente hasta cierto punto. Era incre¨ªble, el mejor Ronaldo", apunta Lopetegui. Y concede Celades: "S¨ª, dejaba de sorprenderte".
Lo sabe Popescu, que en los entrenamientos se jugaba 60 euros con el delantero a que no marcaba durante el partidillo. "Siempre perd¨ªa. Por m¨¢s que le diera hostias, era imposible pararlo... Era un avi¨®n", se?ala; "lo aclar¨® en Compostela". Robson lo defini¨® en su d¨ªa: "No se encuentran tipos como Ronaldo, que siempre saben cu¨¢ndo chutar o pasar, que es capaz de bajar 40 metros, coger la pelota y hacer un agujero al rival con una carrera". El vestuario se deshace en elogios por lo vivido en San L¨¢zaro. "Ese tanto es de los mejores porque re¨²ne t¨¦cnica, fuerza, explosividad, regate... Todo en una sola persona", conviene Sergi. "Agrupa fuerza, calidad, velocidad, talento...", a?ade Celades. "Fue la maravilla de la temporada", remarca Cu¨¦llar. "Son de esos goles que se han visto muy pocos y que se celebran como ninguno", ampl¨ªa Roger. Tanto, que 15 a?os no parecen nada.
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