Sam Warburton, el valor de un veterano de 23 a?os

Mientras la Federaci¨®n inglesa de rugby hace una encuesta acerca del comportamiento de sus jugadores en el Mundial, donde han protagonizado esc¨¢ndalos de todo tipo, en el 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro brit¨¢nico, ondea la bandera de Pa¨ªs de Gales, con motivo del enfrentamiento de semifinales del Mundial entre los Dragones Rojos y Francia (s¨¢bado, 10.00; C+ Deportes; Australia y Nueva Zelanda disputan el domingo la otra semifinal). Los galeses son el equipo revelaci¨®n del torneo, con una mezcla entre veteran¨ªa y juventud, en la que destaca su capit¨¢n, el m¨¢s joven de la historia de los Mundiales, Sam Warburton (Cardiff; 1988). Cumpli¨® 23 a?os durante el torneo, pero su juego y su actitud parecen la de alguien curtido.

Pese a que el rugby es el deporte rey en el pa¨ªs de la costa occidental de Gran Breta?a y que el equipo gal¨¦s de los a?os 70 sigue siendo considerado uno de los mejores de todos los tiempos, los Dragrones Rojos solo han llegado a unas semifinales en un Mundial. Fue en la primera edici¨®n del torneo, precisamente en Nueva Zelanda, donde cayeron derrotados por los anfitriones por un contundente 49-6. Pero pese a esa derrota, para Warren Gatland, el seleccionador gal¨¦s, es bueno haber llegado al Mundial con el equipo m¨¢s joven del torneo, junto a Australia (25,6 a?os de media): "Muchos de los nuestros no hab¨ªan ni nacido en 1987 o eran muy peque?os, por eso juegan sin el peso de la historia". Un ejemplo de estos jugadores j¨®venes que juegan sin complejos es Warburton, que recibi¨® la capitan¨ªa despu¨¦s de que una lesi¨®n de cuello dejara sin Mundial a Matthew Rees. El de Cardiff a¨²na en su persona la tranquilidad de un veterano y la ambici¨®n que da la juventud. "Es una sensaci¨®n magn¨ªfica", afirm¨® nada m¨¢s derrotar a Irlanda en cuartos el s¨¢bado pasado; "pero, tenemos que tener los pies en el suelo. No hemos conseguido nada y la semana que viene tenemos el partido m¨¢s importante de nuestras vidas". El capit¨¢n gal¨¦s, pese a no haber vivido las ¨²ltimas semifinales que jugaron los Dragones Rojos, es plenamente consciente de lo que significa para el pa¨ªs jugar ese partido.

Warburton, que comparti¨® pupitre y vestuario con el futbolista Gareth Bale,el lateral izquierdo del Tottenham, destaca por su visi¨®n de juego y su f¨ªsico. "A parte de ser muy fuerte y ¨¢gil, destaca su gran percepci¨®n del juego", asegura Justin Burnell, su entrenador de delanteros en su club, los Cardiff Blues, y que le conoce desde los 16 a?os; "su visi¨®n de juego le permite estar en la l¨ªnea de apoyo correcta y parece que el bal¨®n siempre acaba en sus manos". Por eso no le sorprende que fuese elegido el mejor jugador en el primer partido del Mundial contra la vigente campeona, Sud¨¢frica: "Nosotros ya estamos acostumbrado a que juegue as¨ª".

Burnell relativiza la sorpresa de que le nombraran capit¨¢n del equipo, pese a que solo hab¨ªa jugado 22 partidos y tres cuartas partes de sus compa?eros sean mayores que ¨¦l: "Al principio s¨ª me extra?¨®, pero lo entend¨ª, es un l¨ªder natural". Para Burnell, Warburton compensa su menor experiencia con arrojo. "Mientras que los jugadores m¨¢s veteranos aportan su experiencia y conocimiento del juego, ¨¦l ejerce el liderazgo desde adelante. Se pone al frente de sus compa?eros y les dice por d¨®nde ir", explica el t¨¦cnico; "habla en el campo".

La capitan¨ªa en un equipo de rugby es un puesto fundamental. Dentro del campo, el capit¨¢n es el ¨²nico que habla con el ¨¢rbitro, quien tiene que poner orden cuando el colegiado llama la atenci¨®n ante una persistente violaci¨®n del reglamento, de un jugador o de todo el equipo, y adem¨¢s es el hombre de confianza de un entrenador. Fuera del campo, es el ejemplo a seguir, el portavoz del grupo y hay tambi¨¦n destaca. Lejos del t¨ªpico jugador de rugby amante de la cerveza y el tercer tiempo, Warbuton es un tipo tranquilo. "Es la persona m¨¢s hogare?a que te puedes encontrar, es muy educado y serio", afirma Brunell, que entre risas apostilla; "No es un fiestero, ni alguien que se tire al mar desde un Ferry [como hizo Manu Tuilagi, jugador de Inglaterra, el d¨ªa siguiente de la eliminaci¨®n de su equipo]". Para ejercer este papel es necesario el respeto del ¨¢rbitro, pero sobre todo de los compa?eros. El entrenador de delanteros del combinado rojo confirma lo explicado por Brunell: "Algunos jugadores cambian cuando se les otorga la capitan¨ªa y sienten la necesidad de tener que decir algo siempre. Sam no habla mucho en las reuniones de equipo, pero cuando lo hace todo el mundo escucha".

En la concentraci¨®n de casi seis meses previa al Mundial, que para el seleccionador Gatland ha sido esencial, los jugadores se sometieron a un entrenamiento extremo que inclu¨ªa sesiones a -120?C. Warburton volvi¨® a sacar su dualidad de joven veterano, viendo el lado positivo del sufrimiento y, a la vez, apoy¨® a su t¨¦cnico: "Mentir¨ªa si no dijera que es salvaje. Pero lo cierto es que nos permite entrenarnos con una intensidad mayor que en condiciones normales". Los resultados est¨¢n ah¨ª: Warburton y Gales luchar¨¢n por un puesto en la final.