Soldado calma Mestalla

Hubo dos jugadores magn¨ªficos en Mestalla y los dos merecieron un buen premio. Uno fue Muniain, autor de un gol que lanzar¨¢ su carrera. Rodeado de defensas, los fue salvando hasta ajustar el punto de mira y colocar la pelota en la escuadra de Guaita. Justo cuando el Athletic parec¨ªa sin recursos ofensivos, privado de Llorente y dominado por un Valencia creciente, Muniain tom¨® Mestalla. Y el p¨²blico, que hab¨ªa perdonado a su equipo por su indudable esfuerzo, se qued¨® fr¨ªo, sin respuesta. Al menos hasta que Ever Banega, el otro protagonista de la tarde, envi¨® el en¨¦simo pase a Soldado, ya en el descuento, cuando el delantero valenciano regate¨® a Iraizoz antes de marcar. Un empate que supone una tregua entre la hinchada y el conjunto de Emery, muy castigado por los nervios de algunos jugadores, sobre todo Pablo, que hab¨ªa fallado el pase del que sac¨® provecho Muniain.

Mientras Canales abandonaba en camilla el campo (afectaci¨®n del menisco externo de la rodilla derecha), Llorente cabece¨® poderoso al poste izquierdo. El rechace golpe¨® en la espalda de Guaita y se pase¨® silencioso por la l¨ªnea de gol antes de salirse. La acci¨®n marc¨® el punto ¨¢lgido de la pujanza rojiblanca, imponiendo la presi¨®n y el f¨ªsico ante un rival intimidado por su propio p¨²blico. Sometido a sus nervios a la hora de sacar el bal¨®n jugado desde atr¨¢s, sin la paciencia de un p¨²blico que no le perdona el fiasco del mi¨¦rcoles en Leverkusen. Y con un Athletic impetuoso y ambicioso que poco a poco iba empujando al Valencia hacia su propia ¨¢rea.

El cambio, curiosamente, le dio aire al cuadro de Emery, pues la presencia de Piatti cambi¨® la fisonom¨ªa de su juego, mucho m¨¢s imprevisible por los desmarques de ruptura del peque?o y veloz extremo. Al igual que al principio del choque, eEl Valencia recuper¨® la autoestima y se puso a los pies de Ever Banega, el ¨²nico que, con sus quiebros y culazos, escapaba a la fuerza rojiblanca. Nadie pudo tumbarlo. Hizo sufrir al Athletic. Y el ca?o que le tir¨® a De Marcos, a de 10 a 10, simboliz¨® el cambio en la hegemon¨ªa del partido. Y la chuler¨ªa, claro, del mediocentro argentino.En esa din¨¢mica, los apuros de Iraizoz en un despeje los transform¨® Jonas en un toque cruzado, desde el carril del ocho, camino del gol, con el suspense de un putt de golf, hasta rebotar en el poste y en el portero, golpeado a su vez contra el hierro..

Sorprendentemente, Bielsa dej¨® en la ducha a Iraola y Llorente en el descanso. Gurpegui ocup¨® el lateral derecho y Toquero qued¨® como ¨²nico referente en ataque. El Valencia comenz¨® la segunda parte con otro remate pifiado de Jonas; Emery respondi¨® mandando calentar a Aduriz.El Valencia crey¨® haber encontrado un fil¨®n en su ataquepor la izquierda hasta que otra lesi¨®n con muy mala pinta, la de Gurpegui, reestructur¨® esta vez al Athletic. Bielsa dio paso a Ander Herrera y retras¨® a De Marcos al lateral derecho. Banega sigui¨® siendo el hombre del partido, con regates que resultan hasta humillantes para el contrario. El argentino meti¨® a sus compa?eros en el choque y tambi¨¦n al p¨²blico. Sobre todo cuando el ¨¢rbitro obvi¨® un agarr¨®n de Amorebieta a Soldado dentro del ¨¢rea.

Mestalla estaba ya tan identificada con su equipo que ovacion¨® a Feghouli cuando el joven franc¨¦s se march¨® a toda prisa al banquillo para serfue sustituido. Por Pablo, que tuvo la negra. Err¨® en un pase cuando el Valencia trataba de salir jugando y el bal¨®n cay¨® en pies de Muniain, autor de estupendo. Fue esquivando rivales y buscando el hueco desde la frontal. Lo encontr¨® con el permiso de Ricardo Costa, marcador a distancia, y desde all¨ª coloc¨® el bal¨®n de rosca a la escuadra. La gente se iba de Mestalla cuando Banega encontr¨® la recompensa con ese pase del que por fin sac¨® provecho Soldado.

Valencia 1 - Athletic 1