El Madrid se gusta solo
El equipo blanco arrolla a un Dinamo en la inopia y suplentes como Callej¨®n dan un paso al frente
El Madrid de estos d¨ªas gusta y se gusta. Es un tiro, irresistible para casi todos y m¨¢s para un equipo como el Dinamo de Zagreb, que lleg¨® al Bernab¨¦u exactamente retratado por las estad¨ªsticas: cuatro derrotas y sin un gol a favor en su tr¨¢nsito por la Liga de Campeones, en la que solo ha dejado huella en un tobillo de Cristiano Ronaldo, anoche a resguardo por si alg¨²n croata afilaba de nuevo los tacos con lija. En Chamart¨ªn, al Dinamo no le dio tiempo ni a calzarse las botas. Entonces ya estaba hecho a?icos con cuatro goles en contra en 20 minutos.
Este Madrid, lanzado como va, no entiende de teloneros. Como es habitual, afront¨® el partido sin demora, con la mecha prendida desde el calentamiento, y pill¨® al Dinamo en la inopia. El Madrid desat¨® una tormenta desde el primer segundo, con toda la tropa volcada sobre la meta de Kelava, que no olvidar¨¢ en a?os su paso por el Bernab¨¦u. Los cuatro primeros goles evidenciaron el infinito repertorio del equipo de Mourinho. Benzema anot¨® tras un minuto hipn¨®tico para su adversario, con la pelota acariciada a cada toque. Callej¨®n defini¨® como un ¨¢ngel en el segundo, de trazo largo: ?zil, ese prestidigitador, puso en ¨®rbita al exjugador del Espanyol, que, tras una trenza con Benzema, hizo diana. Otra suerte del f¨²tbol es el do de pecho, cuando un futbolista se basta por s¨ª mismo para inventarse un gol. As¨ª fue el tercero, de Higua¨ªn, embriagador al tumbar a un central y superar al meta con un remate pict¨®rico, delicado y preciso. Por si faltaba algo, abdicado el Dinamo, el cuarto tuvo su origen en la alta presi¨®n madridista. Encapsulado el rival, Higua¨ªn birl¨® la pelota a un defensa, Kelava desvi¨® su disparo y al rechace lleg¨® ?zil, camuflado como delantero. En plenitud f¨ªsica, el alem¨¢n es lo que quiera ser.
REAL MADRID, 6 - DINAMO DE ZAGREB, 2
Real Madrid: Ad¨¢n; Lass, Sergio Ramos (Albiol, m. 46), Varane, Coentr?o; Xabi Alonso (Altintop, m. 46), Sahin; Callej¨®n, ?zil (Granero, m. 46), Benzema; e Higua¨ªn. No utilizados: Casillas; Pepe, Khedira y Cristiano.
Dinamo de Zagreb: Kelava; Vida (Ademi, m. 63), Tonel, Cufr¨¦, Ib¨¢?ez; Alispahic (Leko, m. 46), Calello, Badelj, Kovacic, Sammir (Tomecak, m. 81) y Beqiraj. No utilizados: Loncaric; Vrsaljko, Pokrivac, Krstanovic y Rukavina.
Goles: 1-0. M. 2. Benzema. 2-0. M. 6. Callej¨®n. 3-0. M. 9. Higua¨ªn. 4-0. M. 20. ?zil. 5-0. M. 49. Callej¨®n. 6-0. M. 66. Benzema. 6-1. M. 81. Beqiraj. 6-2. M. 90. Tomecak.
?rbitro: Alan Kelly (Irl.). Sin amonestados.
Unos 70.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
M¨¢s all¨¢ de los cuatro goles panor¨¢micos y pese a la extrema debilidad del Dinamo, amplificada por el poder¨ªo local, el Madrid fue meritorio por un aspecto que nada tuvo que ver con su pardillo contrario. Ante tal cartel, el grupo pudo hacer inventario y darse un masaje. Algo, por otra parte, muy com¨²n en este tipo de faenas de ali?o. Tras las espinas de Mestalla y con un derbi y un cl¨¢sico a la vista, nadie se lo habr¨ªa podido reprochar. Sin embargo, es voraz, comprometido en cualquier reto. Con un t¨¦cnico m¨¢s distendido, al equipo se le nota m¨¢s feliz, goza con el juego, disfruta. T¨¢cticamente, tambi¨¦n ha roto algunas cadenas de la pasada temporada. Por ahora, no se ve permanentemente inducido hacia las barricadas, antes, durante y despu¨¦s de los partidos, como ocurr¨ªa en el curso anterior. Mourinho toca las teclas con m¨¢s mimo y, a la espera de las grandes cumbres, no se vislumbran disidentes. A cada uno, en funci¨®n de su papel, le llega el momento.
Anoche fue el turno principal de Sahin, la ¨²nica pieza que le faltaba al equipo para dar relevo a Xabi Alonso como sat¨¦lite. Mou junt¨® a los dos y Sahin, con ese ir y venir pausado que le caracteriza y la zurda a punto para dar carrete al juego, casi siempre en corto, se ocup¨® de no equivocarse. Se despleg¨® con la prudencia de un joven de 23 a?os que acaba de llegar a un club con semejante pasarela. Sahin no es Alonso. Es m¨¢s di¨¦sel, tiene otra marcha y tendr¨¢ que ponerla a punto.
La noche dej¨® otras pistas. Por ejemplo, la conmovedora actuaci¨®n de Higua¨ªn y Benzema, sublimes en el sexto tanto, juntos de principio a fin, sin bajar el pist¨®n hasta el final. Y que Varane est¨¢ por delante de Albiol o que Granero tendr¨¢ m¨¢s problemas para salir en invierno -al jugar ante el Dinamo, ya no podr¨¢ disputar la Champions con otro equipo.
Callej¨®n fue un episodio aparte. Formado en la escuela madridista, era un goleador consumado hasta que emigr¨® a Barcelona y se hizo un jugador de costa a costa. Tiene mucha movilidad y le queda memoria para el gol. Anoche defini¨® en dos ocasiones con la contundencia de los buenos arietes. Buenas noticias, en general, para el Madrid, aunque relativizadas por su esquel¨¦tico rival, que mitig¨® la zurra cuando el encuentro ya era un tr¨¢mite.
Los croatas ponen la m¨²sica
Cae una lluvia fina sobre el Bernab¨¦u. La multitud que apoya al equipo local asiste al 4-0 casi en silencio. Solo se escucha un rumor en las tribunas inferiores. En el anillo superior es diferente. All¨ª se concentran 5.000 croatas cantores. Infatigables. No paran de gritar: "?Dinamo de Zagreb!". No les importa que su equipo se desintegre por momentos. Ellos ponen la m¨²sica. Siguen inundando la atm¨®sfera con sus c¨¢nticos a pesar de que sus centrales, Tonel y Cufr¨¦, acaban de quedarse de piedra ante ?zil, que juega en una baldosa, enga?a, hace un peque?o recorte y marca con un toque m¨¢gico.
El griter¨ªo croata tiene un tinte ir¨®nico. Cuando Calello, Tonel y Badelj se dan tres pases seguidos, comienzan a celebrar: "?Oool¨¦...! ?Oool¨¦!". El asunto parece despertar a la afici¨®n madridista. Desde el fondo norte surgen voces indignadas.
El ¨²nico croata enfadado es el entrenador. Kuroslav Jurcic manda prepararse a Leko con un adem¨¢n airado apenas marca ?zil. Despu¨¦s se dedica a pedir atenci¨®n a Tonel y reclama a Vida que no deje ni un metro a Benzema. Se golpea las manos: tac, tac, tac. El 5-0 hab¨ªa taponado las gargantas croatas cuando Beqiraj logra algo hist¨®rico: un gol. El 6-1. El primero del Dinamo en la Champions esta temporada y el primero que recibe el Madrid en la misma competici¨®n. Todos contentos.
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