Tropiezo en la misma piedra
Dinamarca condena a Espa?a a luchar por el bronce, como en el Mundial.- La selecci¨®n de Rivera tendr¨¢ que ganarse ir a Londres en el torneo preol¨ªmpico de abril en Alicante
La primera semifinal del Campeonato de Europa se convirti¨® en una aut¨¦ntica locura de la que Espa?a sali¨® malparada. Imbatida hasta ayer y habiendo realizado el mejor balonmano del torneo, la selecci¨®n que dirige Valero Rivera no logr¨® encontrar la forma de superar la agresiva defensa de Dinamarca y la efectividad de su portero Landin, y volvi¨® a sucumbir frente al mismo equipo que le hab¨ªa apartado ya de la final en el Mundial de 2011, en Suecia.
Espa?a deber¨¢ luchar ahora por la medalla de bronce y buscar su clasificaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres en el torneo preol¨ªmpico que se disputar¨¢ en Alicante entre el 6 y el 8 de abril. Dos de los cuatro participantes en ¨¦l lograr¨¢n el pasaporte -se disputan adem¨¢s otros dos torneos preol¨ªmpicos-.
Espa?a, 24 - Dinamarca, 25
ESPA?A: Sierra (Hombrados), Gurbindo (1), R. Entrerr¨ªos (3), Sarmiento (2), Roberto (1), Juan¨ªn (1), Morros (1) -siete inicial-. A. Entrerr¨ªos, Maqueda (4), Tom¨¢s (2), Aguinagalde (5), Ugalde (2), Iker (2 de penalti), Ca?ellas y Guardiola.
DINAMARCA: Landin (Cleverly), L. Christiansen (1), Spellerberg, Lindberg (1), R. Toft (4), Sondergaard, M. Hansen (4) -siete inicial-. Mogensen (3), M. Christiansen, Markussen, Eggert (3), Svan (1), H. Toft (2) y Nielsen, Lauge (6).
Marcador cada cinco minutos: 1-2, 4-3, 7-4, 10-8, 10-9, 10-12 (descanso). 11-14, 13-17, 16-18, 19-19, 21-23 y 24-25.
?rbitros: Krstic y Ljubic (Eslovenia).
Unos 10.000 espectadores en el Belgrado Arena. Semifinal del Europeo.
El partido naci¨® trabado y acab¨® de la misma forma. Para Espa?a fue un tormento porque la defensa tan presionante de Dinamarca le obligaba a realizar las circulaciones del bal¨®n en los 11 y los 12 metros y la falta de lanzamiento exterior obligaba a moverlo m¨¢s hasta encontrar el hueco o el pase a los extremos. Ello provoc¨® m¨¢s de un juego pasivo. Por otra parte, la rapidez de los daneses en el saque de gol obligaba a un repliegue tan veloz que apenas quedaba tiempo para pensar. Todo iba muy deprisa, demasiado deprisa. Ello generaba un c¨²mulo importante de dificultades a?adidas.
Valero intentaba buscar soluciones, pero todos los intentos se frustraban en la l¨ªnea defensiva rival. Adem¨¢s, ah¨ª estaba una y otra vez Landin, que amarg¨® a Espa?a la semifinal del pasado Mundial y, como ahora, le oblig¨® a conformarse con el bronce. Ni siquiera las entradas de Alberto Entrerr¨ªos y Joan Ca?ellas aligeraron el proceso. Les costaba demasiado encontrar buenas posiciones para el lanzamiento a puerta. En el fondo, Espa?a estaba siendo v¨ªctima de sus propias armas.
El problema no era la defensa porque el 6-0 planteado por Rivera, con salidas hasta los 12 metros, buscando profundidad para impedir un buen posicionamiento de los lanzadores daneses, estaba funcionando. Sin embargo, costaba recuperar balones. Y la diferencia en el marcador iba creciendo: 12-17 a los nueve minutos de la segunda parte. Hab¨ªa que hacer algo arriesgado porque el partido se estaba escapando. Rivera opt¨® por una defensa tan agresiva que se acercaba a la individual. Aquello y la entrada de Iker Romero en el ataque, buscando algo m¨¢s de tiro exterior y usando el factor sorpresa, gener¨® cierto desconcierto en el ataque dan¨¦s y permiti¨® a Espa?a una remontada espectacular hasta empatar (19-19).
Todo el planteamiento de Espa?a se basaba en evitar el lanzamiento de Hansen y Lauge, que hab¨ªa cogido el liderazgo de Dinamarca, y en robar balones para armar contraataques. Cuando lo consigui¨®, el partido se igual¨®. La espiral de locura en la que hab¨ªa entrado el duelo ya no se par¨® hasta el final. Espa?a sigui¨® luchando con todo lo que ten¨ªa, pero, cuando logr¨® serenarse un poco, Dinamarca volvi¨® a poner tres goles de diferencia (20-23) en el marcador y aquello ya result¨® insuperable.
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