El Mirand¨¦s, sin 'jet lag'

La nube y la tierra. El cielo y el suelo. El Mirand¨¦s, el equipo de todos (menos del que jugaba contra ellos) en la Copa del Rey lleg¨® a Lezama, las instalaciones del Athletic a enfrentarse al Bilbao Athletic en su liga, Segunda B, en su mundo. Gan¨® 2-3. Sigue l¨ªder. ¡°Siempre tuvimos claro que lo que hac¨ªamos en la Copa era jugar amistosos entre semana, recuerda su t¨¦cnico Carlos Pouso. Tan ver¨ªdica es la vuelta a la realidad que Pablo Infante, el calvo del Mirand¨¦s, el figura, ahora apenas puede atender a los medios de comunicaci¨®n, pero no por los periodistas, sino por los impositores o las negociaciones bancarias en su despacho de director de la sucursal de una caja de ahorros en Quincoces de Yuso (Burgos). Pouso tampoco ha cambiado los h¨¢bitos: ¡°Hoy no puedo, porque tengo partida con los colegas y luego quiero ver al Athletic con el Lokomotiv. Ma?ana despu¨¦s de la sesi¨®n de v¨ªdeo hablamos¡±. Y habla Pouso de que no ha tenido que hacer "nada para bajar de la nube al equipo, porque desde el principio sab¨ªamos que ¨ªbamos a ser eliminados. Lo l¨®gico era caer con el Villarreal, con el Racing, con el Espanyol, con el Athletic. El tema es que llegamos hasta el Athletic, hasta semifinales, pero siempre supimos que ¨ªbamos a caer¡±.

No exist¨ªa el miedo a caer en picado, a ver los focos apagados, a sentir la falta de entrevistas, a volver al banco y a la sala min¨²scula de prensa donde se atiende a los medios locales que siguen la Segunda B. ¡°Estoy casi (e insisti¨® en el casi) tan nervioso como con el partido contra el Guadalajara¡±, dec¨ªa un directivo del Mirand¨¦s, antes de jugar contra el Athletic. La obsesi¨®n, el nervio, estaba en el ascenso a Segunda A, el verdadero objetivo, el del Mirand¨¦s que se dej¨® la pasada temporada el ascenso en un saque de banda. ¡°Ten¨ªamos muy claro cu¨¢l es nuestro objetivo. El destino no era San Mam¨¦s, sino Lezma. Sab¨ªamos, antes y despu¨¦s, que nuestro lugar estaba en La Albericia, en San Joan de Esp¨ª y no en El Sardinero o en Cornell¨¢-El Prat. Eso estaba claro. Cada paso que d¨¢bamos eran dos adelante, pero sabiendo lo que hab¨ªa detr¨¢s¡±.

Detr¨¢s estaba Lezama, ante los cachorros del Athletic, a los que ganaron tirando de experiencia, como hab¨ªan hecho antes frente a otros de Segunda B. Nada de jet lag, de Primera a Segunda B. El mismo avi¨®n, como si fuera un planeador. ¡°Siempre pensamos, cuando nos toc¨® el Villarreal, que nos ¨ªbamos a la calle. Era lo l¨®gico, pero el f¨²tbol es as¨ª. Y ahora nos toca pelear donde realmente nos hab¨ªa tocado para defender nuestra posici¨®n de cara al ascenso de categor¨ªa¡±, dice Pouso.

De aquellos oros quedan pocos lodos. Siguen yendo los fieles a Anduva, un m¨ªnimo de 3.500 y un m¨¢ximo de 5.000 cuando vienen rivales fronterizos. En el club se venden r¨¦plicas de la Copa con los colores del Mirand¨¦s y sudaderas que explican su andadura en la competici¨®n. Es el ¨²nico reclamo de mercadotecnia en una ciudad de 40.000 habitantes que no sabe cu¨¢ndo pas¨® algo parecido ni cu¨¢ndo volver¨¢ a pasar. Ha quedado poco de aquellas semanas. Algunas cajas sobradas en las cafeter¨ªas, un lugar en el mapa, m¨¢s all¨¢ del cruce ferroviario, y sobre todo la ilusi¨®n de alcanzar la Segunda Divisi¨®n. Los futbolistas hicieron caja (la mitad de las taquillas era suya), y la ciudad hizo caja (tres jueves especiales no es mal negocio) y sobre todo, el equipo entr¨® en el mapa futbol¨ªstico. Ahora, fuera de la geograf¨ªa del ¨¦xito, busca el triunfo. Desde que fue eliminado por el Athletic, en San Mam¨¦s, en semifinales, no ha conocido la derrota, sigue gan¨¢ndolo todo. ¡°Porque siempre supimos que nuestra guerra era del otro mundo, del nuestro, no del suyo, que ya nos lo ponen bastante dif¨ªcil por calidad y por las condiciones de los partidos¡±, afirma Carlos Pouso, antes de irse a disputar su partida de mus, con todos los deberes hechos, con los v¨ªdeos analizados. Y con la esperanza en el futuro, no en el pasado.