San Mam¨¦s entrona al Madrid
El equipo madridista conquista el t¨ªtulo con otra exhibici¨®n de pegada ante un Athletic muy disminuido por las bajas Higua¨ªn, ?zil y Cristiano lanzan al campe¨®n
Urgido por las ganas, m¨¢s que por la necesidad; llevado por el hambre de victorias, por coronarse rey en un escenario apropiado, el Madrid se aplic¨® a la tarea de ser campe¨®n de Liga sin que promediase ninguna duda. Antes de pensar en el juego, pens¨® en la red, crey¨® en el gol y factur¨® el partido en el primer paquete que sali¨® por la cinta transportadora. Quiso firmar el ¨¦xito de la forma en la que lo ha conseguido: por la v¨ªa r¨¢pida, por el servicio de urgencias sin necesidad, por la combinaci¨®n ultraligera. El Madrid se sent¨® ayer en el trono de la Liga como lo encar¨® en la temporada: con el brillo de su pegada y con el tr¨¢mite cotidiano. Fue el campe¨®n esperado aunque su rival tuviera urgencias inesperadas que le limaron las defensas.
ATHLETIC, 0 - R. MADRID, 3
Athletic: Iraizoz; Javi Mart¨ªnez, Ekiza, San Jos¨¦ (Iraola, m. 46), Aurtenetxe; ??igo P¨¦rez; Susaeta, Toquero, De Marcos, Ibai G¨®mez; y Llorente. No utilizados: Ra¨²l; David L¨®pez, Gabilondo, Ramalho y Ruiz de Galarreta.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Coentr?o; Xabi Alonso, Khedira; Callej¨®n (Marcelo, m. 86), ?zil (Granero, m. 78), Cristiano; e Higua¨ªn (Benzema, m. 75). No utilizados: Ad¨¢n; Kak¨¢, Albiol y Varane.
Goles: 0-1. M. 16. Higua¨ªn. 0-2. M. 19. ?zil. 0-3. M. 50. Cristiano.
?rbitro: Jos¨¦ Antonio Teixeira Vitienes. Expuls¨® a Javi Mart¨ªnez (m. 72) y amonest¨® a Coentr?o, San Jos¨¦, Ibai G¨®mez, ?zil, Xabi Alonso y Arbeloa.
Unos 39.000 espectadores en San Mam¨¦s.
El partido lo despein¨® el Madrid con dos vientecillos leves. Con dos golpes de peine ante un Athletic tan desmelenado como desordenado. Nada mejor que la anarqu¨ªa del rival para que el Madrid corra por la pradera para cazar a su presa. Ni siquiera tuvo que construir la jugada para llegar al ¨¢rea saboreando el final de la jugada. Esperaba el error del rival para salir a pasear con esa velocidad de piernas que le hace plantarse en el ¨¢rea con el cuchillo entre los dientes. Tante¨® el territorio con un penalti por mano de Javi Mart¨ªnez que le hizo feliz a Iraizoz: no solo par¨® su segundo penalti de la temporada sino que fue a Cristiano, que gast¨® una bala en su pelea con Messi, trigoleador en el Camp Nou. Tras el tanteo, se asom¨® por segunda vez al ¨¢rea e Higua¨ªn culmin¨® una contra de esas que vienen en todos los manuales: si al Madrid no le paras en el arc¨¦n del ¨¢rea, el riesgo de descarrilamiento es absoluto. E Higua¨ªn no descarrila. Tampoco Ozil, que tres minutos despu¨¦s llevo a la red un pase magn¨ªfico, sublime, de CR. Fue el pase del rey que es capaz de sobreponerse a la abdicaci¨®n moment¨¢nea del penalti fallado. Al efecto abrumador de su error ante el Bayern, a su pelea con Messi.
Bien es cierto que el Athletic estaba disminuido. Ni Herrera ni Iturraspe (sancionados) ni Muniain ni Amorebieta ni Iraola (lesionados). Demasiadas bajas en un grupo tan fuerte como poco numeroso que oblig¨® a Bielsa a colocar a Javi Mart¨ªnez de lateral derecho, quiz¨¢s una posici¨®n in¨²til y confiar todo el poder a un chico joven, ??igo P¨¦rez, con buenas trazas pero a¨²n con el pa?o sin pulir. Tanto asumi¨® su responsabilidad de consejero del centro del campo que por agradar se jug¨® un pase imposible que le anim¨® al Madrid a conseguir el segundo gol en la contra subsiguiente.
Nada mejor que la anarqu¨ªa del rival para que el Madrid corra
Si de algo no va a abdicar el Athletic es de sus principios, con conviven de forma natural con el riesgo y con la invectiva aunque a veces no sea la mejor opci¨®n. Y con la adversidad de sufrir que el ¨¢rbitro no vea una mano de Arbeloa en el ¨¢rea, a tiro de Susaeta, y que en la consiguiente acci¨®n encaje un gol.
Era un Madrid b¨¢sico frente a un Athletic mermado. La diferencia, entonces pod¨ªa resultar abrumadora sin necesidad de que nadie se saliera del mapa de San Mam¨¦s que hasta se olvid¨® de Florentino P¨¦rez, con el que empez¨® su c¨¢ntico, y prefiri¨® pensar en Bucarest y en lo que le queda por conseguir.
Mourinho volvi¨® a apostar por Coentr?o, al que Susaeta le busc¨® las cosquillas tanto que le convirti¨® en un actor secundario al que solo se le vio cuando fue amonestado. La presencia de Callej¨®n, en lugar de Di Mar¨ªa, fue m¨¢s laboriosa que talentosa, pero le sirvi¨® lo justo al Madrid para tener un punto de partida por su costado. No era un genio, pero tampoco la bruja aver¨ªas. Era el laborante que en un partido terso siempre plancha con destreza.
Cristiano fall¨® un penalti y se rehizo con un pase sublime para el gol de ?zil
El Athletic sin Herrera y sin Muniain es un pantano en sequ¨ªa. La sed la padeci¨® Llorente, ayer con la garganta m¨¢s seca que nunca, m¨¢s abandonado que nunca, m¨¢s solo que nunca. Sin Iturraspe por detr¨¢s, los centrales, m¨¢s poderosos que r¨¢pidos, sufr¨ªan como tropas abandonadas. Apenas se hilvan¨® una ocasi¨®n de gol. Apenas se fragu¨® una jugada de esas que levantan del asiento aunque vaya fuera. Era m¨¢s un ejercicio de voluntad que de acierto. Quiz¨¢s por eso el p¨²blico empez¨® a animar pensando en Bucarest, pensando en el otro Madrid, pensando en el futuro cuando el presente parece un ayer tard¨ªo.
Y al final Cristiano encontr¨® su recompensa a la antigua. Marc¨® un gol de cabeza en un saque de esquina, al modo de San Mam¨¦s, al modo de siempre. El resto fue un juego de relojeros. El ¨¢rbitro reclamando su presencia en las cr¨®nicas del campeonato (expuls¨® a Javi Mart¨ªnez por una mano de espaldas), el p¨²blico celebrando los errores de Ronaldo (nunca San Mam¨¦s fue tan de Messi) y el Madrid esperando en el sof¨¢ que el reloj le diera lo que hab¨ªa conseguido. Y lo hall¨®.
Ya es campe¨®n. Un gran campe¨®n.
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