El Madrid se grad¨²a en el Palau
Gracias a los misiles de Sergio Rodr¨ªguez, el equipo de Laso se impone al Bar?a (69-75) e iguala a uno la eliminatoria
El Real Madrid se ha hecho mayor y ning¨²n sitio mejor para reivindicar su mayor¨ªa de edad que el Palau Blaugrana. En las peores condiciones posibles, 48 horas despu¨¦s de llevarse un disgusto may¨²sculo y con el Barcelona aplic¨¢ndole lo mejor de su repertorio defensivo, sac¨® lo mejor de s¨ª mismo para dar la vuelta a un partido y a una final que parec¨ªa decantada.
Casi un cuarto de hora con su productividad ofensiva bajo m¨ªnimos le hab¨ªan colocado al Madrid al borde del abismo. No solo por la diferencia en el marcador (65-56) y por lo poco que quedaba, seis minutos, sino porque la defensa azulgrana le hab¨ªa desenfocado totalmente. En estas estaba cuando apareci¨® su ¨¢ngel salvador, de nombre Sergio Rodr¨ªguez. Lo del canario en estos playoffs lleva camino de congraciarle definitivamente con el baloncesto y recuperarle para la causa. Sin haber perdido esa capacidad para dinamizar los partidos, encontrar huecos donde no parece haberlos o dar pases que solo ¨¦l es capaz de ver, ha a?adido a su repertorio un acierto en los triples de tirador de primer orden. Cuando m¨¢s atascado estaba el Madrid, cuando las pocas canastas que lograban costaban un mundo, meti¨® dos misiles que no solo metieron a los blancos en el partido, sino que impactaron en la l¨ªnea de flotaci¨®n an¨ªmica del hasta ese momento s¨®lido Barcelona, que se puso a temblar.
BARCELONA, 69 - R. MADRID, 75
Barcelona Regal: Huertas (10), Eidson (-), Mickeal (10), Lorbek (22) y V¨¢zquez (11) -quinteto inicial-; Navarro (11), Sada (-), C. J. Wallace (1), Ingles (2), Ndong (-) y Rabaseda (2).
Real Madrid: Llull (5), Su¨¢rez (3), Syngler (8), Velickovic (5) y Tomic (12) -quinteto inicial-; Pocius (2), Reyes (6), Rodr¨ªguez (14), Carroll (10), Mirotic (10) y Begic (-).
Parciales: 21-20; 19-20; 16-9; y 13-26.
Arbitros: Hierrezuelo, P¨¦rez y Jim¨¦nez.
Palau Blaugrana: 7.151 espectadores. Resultado global: 1-1. Tercer partido, en Madrid: lunes d¨ªa 11 (20.00, TVE-1).
El toque de trompeta de Sergio Rodr¨ªguez fue se secundado por Carroll y Mirotic, al que encontr¨® el tinerfe?o en una esquina, y otros dos triples consecutivos sellaron un inaudito parcial (1-14) y colocaron al segundo acto donde ya estuvo el primero. Solo que esta vez no hubo tiempo para un milagro tipo Huertas. La forma y manera en la que el Madrid ha igualado la final no dejaba de tener su l¨®gica, pues si algo le mantuvo vivo fue su acierto en los triples, mina de la que lleva sacando r¨¦ditos desde hace tiempo.
Por lo que parece, esta serie no da la impresi¨®n de estar por la labor de premiar la regularidad, sino la contundencia. Si nos atenemos al tiempo de dominio del juego, el Madrid mereci¨® m¨¢s en el partido inaugural, como el Barcelona en el segundo, donde sin duda fue mucho m¨¢s reconocible. Liberado por el triple de Huertas, los azulgrana tuvieron otro pulso desde el inicio. Precisamente el brasile?o fue uno de los m¨¢s activos, y cuando Huertas se mueve, el Bar?a se mueve. Aunque Navarro siga algo p¨¢lido. Pero est¨¢ Lorbek, que hizo un partido soberbio. Le jug¨® a su ritmo al Madrid durante los dos primeros cuartos (40-40) y cerr¨® todas las v¨ªas hacia su canasta a partir del tercer cuarto.
El equipo blanco ha demostrado un poder de gesti¨®n que definitivamente le coloca a la altura de sus grandes rivales
Al fin y al cabo, si hay algo donde ha cimentado el Barcelona su dominio del baloncesto espa?ol en los ¨²ltimos a?os, ha sido con su eficacia defensiva. Con el Madrid atasc¨¢ndose cada vez m¨¢s, fueron construyendo una ventaja que era m¨¢s ostensible en la sensaciones que en el marcador, pues nunca super¨® los 10 puntos. Hasta que Sergio Rodr¨ªguez decidi¨® cargarse al equipo a la espalda y silenciar un ruidoso Palau.
La final adquiere una nueva dimensi¨®n. El lunes se reanuda en Madrid con la sensaci¨®n que llegar¨¢n grandes emociones. Los madridistas han hecho los deberes y pueden resolver ante su p¨²blico, objetivo fundamental del viaje a Barcelona. Curiosamente, perdieron cuando jugaron muy bien y ganaron con una versi¨®n menos lujosa. Pero tanto un d¨ªa como otro, han demostrado una madurez, un saber estar, un poder de gesti¨®n que definitivamente le colocan a la altura de sus grandes rivales.
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