Haimar Zubeldia corona su Tour y derrota un problema de coraz¨®n
El espa?ol mejor clasificado debi¨® pasar en reposo todo el mes de abril para superar una arritmia
El Tour ha terminado, o casi. Es s¨¢bado por la noche y Yaroslav Popovich, vientre liso como una tabla se acerca a la barra del bar del hotel en que se aloja el RadioShack, con un vaso vac¨ªo de tama?o XXL, un litro m¨¢s o menos, y pide ¡°otra cerveza¡±; en una mesa en la terraza ¨Ct¨¦rmino ambicioso, pues el hotel est¨¢ situado en un pol¨ªgono comercial-, los miembros del Garmin empiezan a descorchar una botella de clarete. En una mesa en la cafeter¨ªa, despu¨¦s de rechazar saltarse a¨²n las normas diet¨¦ticas de todo ciclista en el Tour ¨C¡°la etapa de Par¨ªs, parece que no, pero despu¨¦s del comienzo festivo se pone seria y acaba siendo dura¡±, alega-, siempre disciplinado y comedido, Haimar Zubeldia empieza a aclarar el verdadero alcance de la lesi¨®n ¡°muscular¡± que le tuvo parado, en reposo absoluto, pr¨¢cticamente todo el mes de abril: se trataba de un problema de un m¨²sculo, en efecto, pero de un m¨²sculo especial, el coraz¨®n, que por la propia idiosincrasia del organismo del ciclista, sin raz¨®n aparente, se dispar¨®.
¡°En realidad¡±, dice el guipuzcoano, de 35 a?os, el espa?ol mejor clasificado, sexto, del Tour, ¡°el problema que he tenido ha sido un asunto del coraz¨®n. Los m¨¦dicos lo llaman fibrilaci¨®n auricular persistente (FAP), pero es lo que toda la vida se ha conocido como arritmia¡±.
Pens¨¦ que tendr¨ªa que dejar el ciclismo
Todo ocurri¨® a finales de marzo. Zubeldia estaba entren¨¢ndose en Gran Canaria acompa?ado de la familia cuando un d¨ªa not¨® que el coraz¨®n se le aceleraba ¨C¡°m¨¢s de 200 pulsaciones por minuto me marcaba el display del puls¨®metro¡±, dice el corredor¡ªy que le faltaba aire. ¡°Estuve dos d¨ªas parado y al tercero volv¨ª a salir, y se me volvi¨® a disparar el pulso¡±, contin¨²a Zubeldia. ¡°Y ya se me qued¨® as¨ª. Llam¨¦ a Pedro Celaya, que es mi amigo y tambi¨¦n el m¨¦dico del equipo y me dijo que fuera a Urgencias. Ya con el diagn¨®stico volv¨ª r¨¢pidamente a la pen¨ªnsula¡±. En Bilbao, el especialista en arritmias Andr¨¦s Bodegas le desfibril¨® inmediatamente el coraz¨®n, que volvi¨® a recuperar su ritmo, le recet¨® un anticoagulante y medicamentos contra la arritmia y le impuso cuatro semanas de reposo absoluto. ¡°Me diagnostic¨® enseguida y me dej¨® como nuevo¡±, dice Zubeldia. ¡°Y quiero agradec¨¦rselo mucho, porque pens¨¦ que tendr¨ªa que dejar el ciclismo y ¨¦l me devolvi¨® al deporte. Y tambi¨¦n a Celaya, a mi familia y a mi director, Johan Bruyneel, que me apoy¨® en todo momento¡±.
Cuando volv¨ª, ten¨ªa miedo. Tem¨ªa que volviera a reproducirse el problema
Aunque una FAP en una persona joven no pone en peligro su vida, s¨ª que asusta. ¡°Pasadas las cuatro semanas estuve 48 horas con un Holter y me dieron en mayo el OK para volver a entrenar y competir¡±, dice Zubeldia, quien en las etapas m¨¢s duras del Tour, en el que su resistencia ante el desaliento le permiti¨® terminar sexto, superando a corredores que no aguantaron, volvi¨® a poner a su coraz¨®n a 200. ¡°Pero cuando regres¨¦ segu¨ªa con el miedo en la cabeza, tem¨ªa que se me reprodujera, pero con el tiempo se me ha olvidado que lo hubiera pasado siquiera. Volv¨ª y volv¨ª a sentirme el mismo que antes, incluso un poco mejor porque estoy seguro de que el par¨®n de abril me ha beneficiado para hacer un Tour mejor¡±. A Haimar no se le ha reproducido la FAP en tres meses, con lo que se considera pr¨¢cticamente imposible que vuelva a repetirse. Si ello ocurriera, tendr¨ªa que someterse a un tratamiento m¨¢s complicado, una delicada ablaci¨®n de las venas pulmonares, una cirug¨ªa pejiguera.
¡°Quiero pedir tambi¨¦n disculpas en cierta forma por no haber dicho antes lo que me hab¨ªa pasado¡±, concluye el corredor de Usurbil. ¡°Lo cuento ahora, cuando he terminado el Tour perfectamente, porque estos tres ¨²ltimos meses no ten¨ªa ni moral ni ganas de profundizar en ello, de tener que estar contestando a preguntas todo el tiempo, de que me miraran con cara de conmiseraci¨®n¡¡±.
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