El Bar?a golpea primero

Un Bar?a de manual, con un soberano Sergei Rutenka en el lateral izquierdo, se llev¨® el primer t¨ªtulo de la temporada en un partido at¨ªpico. Un encuentro en el que ambos equipos evidenciaron la falta de rodaje, sobre todo el Atl¨¦tico, impreciso a rabiar, que poco pudo hacer ante un rival que, aunque con caras nuevas, est¨¢ much¨ªsimo m¨¢s hecho, lo suficiente para alzarse con el trofeo.

Tiene trabajo por delante Talant Dujshebaev, que deber¨¢ afinar las teclas de un equipo completamente renovado, con siete caras nuevas, con bajas importantes como la de Didier Dinart o Alberto Entrerr¨ªos. Necesita muchas horas de entrenamiento el t¨¦cnico rojiblanco, que siempre ha maldecido los a?os posteriores a unos Juegos Ol¨ªmpicos por el poco tiempo que tiene para preparar a sus equipos. Se not¨® esa carencia, sobre todo mediada la primera parte cuando el Atl¨¦tico estanc¨® su casillero en siete goles y el Bar?a le dobl¨® en el marcador (7-14). Una diferencia que nunca m¨¢s pudo atajar.

Si los errores en balonmano se pagan, los errores consecutivos, como los que encaden¨® el cuadro madrile?o en ese parcial de 10 minutos. pueden sentenciar un partido, a pesar de que trat¨® de atarse a ¨¦l de la mano de Joan Ca?ellas y, c¨®mo no, Ivano Balic. A sus 33 a?os, probablemente no estar¨¢ para echarse el equipo encima, pero la sola presencia del mago de Split en la cancha mete miedo al rival, sabedor de que puede sufrir un roto en un santiam¨¦n.

Y si en un lado de la cancha estaba plantado un equipo por hacer, en el otro, se vio a un combinado m¨¢s solido, con la base que le hizo campe¨®n de Liga intacta. La defensa numantina del franc¨¦s Sorhaindo y el sueco Jernemyr sell¨® el inofensivo ataque rojiblanco de los primeros compases. Y por si hab¨ªa duda de que el Bar?a iba a echar de menos el tiro exterior de Laszlo Nagy, que probablemente lo har¨¢ en algunos encuentros, ah¨ª estaba el brazo armado de Rutenka para callar muchos comentarios. Disfruta como pocos el bielorruso perforando la porter¨ªa de los que un d¨ªa fueron sus compa?eros.

M¨¢s igualada fue la segunda parte. Salieron entonados los rojiblancos, seguramente aleccionados por Dujshebaev, que no iba a consentir que la p¨¢jara de la primera parte se prolongara mucho m¨¢s tiempo. Subi¨® la intensidad de la defensa el Atl¨¦tico, pero el Bar?a fue demasiado, la ventaja era ya inalcanzable. Y Rutenka segu¨ªa a lo suyo, infalible, una y otra vez, una y otra vez, y otra m¨¢s...

Parec¨ªa encajar ya todo en los segundos 30 minutos. Se ve¨ªa un duelo de los de siempre, un ir y venir constante, con la intensidad que se espera de estos dos enormes equipos. Por si faltase algo, aparecieron los porteros. En realidad, surgi¨® Daniel Saric. Otra vez Saras amarg¨® al Atl¨¦tico en un partido que no fue especialmente brillante, pero s¨ª lo suficiente para no necesitar de la ayuda de Arpad Sterbik, sobre el que se posaban todas las miradas y todos insultos del Palacio de Vistalegre, y que por no aparecer no lo hizo, para no encender m¨¢s los ¨¢nimos, ni en el corrillo con el que los jugadores azulgrana celebraron el t¨ªtulo. Un trofeo que, como dec¨ªa el capit¨¢n azulgrana, V¨ªctor Tom¨¢s, es maldito de cara a la Liga: los ¨²ltimos cinco vencedores han acabado segundos al final de la temporada.