Almagro doma a Isner
El murciano necesita 4h16m, cinco sets y cuatro puntos de partido para tumbar al estadounidense Con la victoria de Ferrer sobre Querrey, Espa?a est¨¢ a un punto de la final
La selecci¨®n se adelanta en Gij¨®n (Espa?a, 2; Estados Unidos, 0), pero sufre porque a¨²n compite en Nueva York. Son las semifinales de la Copa Davis, y Nicol¨¢s Almagro pena del sol a las sombras, apurando todas las horas del d¨ªa hasta que tumba 6-4, 4-6, 6-4, 3-6 y 7-5 a John Isner, el tenista inabordable. Queda un punto para que Espa?a llegue al cruce definitivo contra el vencedor del Argentina-Rep¨²blica Checa (1-1), pero para que eso sea posible antes tiene que remontar 4-6, 6-2, 6-2 y 6-4 David Ferrer a Sam Querrey en el primer duelo de la jornada. Pasa todo en el gijon¨¦s Parque de los hermanos Castro, donde hoy (14.00, Teledeporte) el dobles de Marc L¨®pez y Marcel Granollers puede cerrar el cruce ante los hermanos Bryan, pero el guion, la trama y el desenlace tienen su ra¨ªz en Nueva York, a miles de kil¨®metros de distancia.
El gigante salva 16 bolas de 'break' y tira 24 'aces'. A ¨¦l le ganan, no pierde
Ah¨ª, en la Gran Manzana, est¨¢ el origen de los sufrimientos y los altibajos de los espa?oles. A Ferrer, semifinalista el s¨¢bado pasado en el ¨²ltimo grande del curso, le pesa a¨²n el cemento en las zapatillas, le atenaza las piernas el cambio horario, va justo de fondo y ofuscado de ideas. Al murciano, octavofinalista en el Abierto de Estados Unidos, le ocurre lo contrario: su rival cay¨® en la tercera ronda de Nueva York, y tan tempranera derrota le permite competir en Gij¨®n con la frescura que da el descanso, como demuestra que levante 16 bolas de break, que dispare 24 aces sobre tierra y que aproveche con precisi¨®n de cirujano todas las malas decisiones con las que Almagro le entrega las dos mangas cedidas.
Esto le pasa al n¨²mero 12 frente al n¨²mero 10. En la segunda y la cuarta manga, que pierde, Almagro tiene mil y una oportunidades de rotura. Resta estupendamente, acierta en la mezcla necesaria de agresividad y paciencia, a veces se luce. Llegan entonces las pelotas decisivas, y todas son de Isner, que aprovecha las malas elecciones del n¨²mero 12 del mundo: el murciano entrega en esas dos mangas su servicio en un momento cr¨ªtico, cuando Isner resta para hacer suyos los parciales, y sin que medie hombrada del estadounidense, con errores de bulto. No es el n¨²mero 10 un competidor que necesite de mucho para hacer suyos los partidos. Este es el gigante que este mismo a?o pudo con el suizo Roger Federer sobre arcilla. Esta es la desgarbada figura del tenista que tumb¨® al franc¨¦s Jo-Wilfried Tsonga en otra aventura a domicilio. Isner cree en la magia de la Davis, y la Davis en la inspiraci¨®n del saque de Isner.Abonado a los maratones ¡ªvenci¨®, por ejemplo, en Wimbledon 2010 el partido m¨¢s largo de la historia, 10h 5m; perdi¨® tras 5h 41m este a?o en Roland Garros¡ª, Isner nunca pierde, en todo caso le derrotan. El n¨²mero uno de los visitantes sale de la pista con los pies por delante, antes en camilla, sin un gramo de energ¨ªa, que andando cabizbajo. As¨ª, en Gij¨®n tiene que ser Almagro el que d¨¦ el paso al frente, el que luche con u?as y dientes, el que tire, pegue y grite, porque Isner se va muerto o con la victoria: salva tres puntos de partido y busca el premio a su orgullo buscando el triunfo por la v¨ªa de los ganadores (63 por 95 errores no forzados), antes de inclinarse por puro agotamiento: es dif¨ªcil mover sobre arcilla 2,06m y 111 kilos durante 4h 16m.
A Ferrer, semifinalista en Nueva York, a¨²n le pesa el cemento en las zapatillas
Espa?a est¨¢ a un punto de clasificarse para defender el t¨ªtulo que conquist¨® ante Argentina en 2011. Es el mejor equipo del siglo XXI, que le ha visto ganar cinco trofeos y disputar otra final, luego perdida. En Gij¨®n, sin Rafael Nadal (lesionado) y con David Ferrer a¨²n bajo los efectos de su particular jet-lag competitivo, puede llegar el s¨¦ptimo cruce decisivo en tan breve periodo: el mejor resumen de un equipo coral que ha hecho del ¨¦xito una costumbre.
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