Dejen paso al ciclismo 2.0
Las miserias ocultas del ciclismo han estallado por fin en su m¨¢xima expresi¨®n, llev¨¢ndose por delante al C¨¦sar medi¨¢tico, ojal¨¢ que por ¨²ltima vez y para empezar a construir un ciclismo s¨®lido. Cierto es que hablamos del pasado reciente, pero muy presente y actual para todos. Presente porque a¨²n muchos enga?ados, y algunos no tanto, siguen padeciendo el exilio y la exclusi¨®n mientras otros, injustamente, siguen siendo unos privilegiados. Privilegiados frente a los pillados ajusticiados y frente a los paniagua que no pasaron por el aro del dopaje. El caso Armstrong es un punto de inflexi¨®n para el deporte en general y para el ciclismo en particular. Supone un tsunami que arrasar¨¢ con cosas buenas y malas. La cuesti¨®n es qu¨¦ cosas buenas y malas quedar¨¢n para poder pelechar poco a poco.
Somos unos pocos los que nos hemos dedicado al fen¨®meno del dopaje desde la vertiente pobre, la prevenci¨®n. Y, por desgracia, habiendo conocido antes de primera mano los entresijos de un ciclismo enfermo ya fuese en unos Juegos Ol¨ªmpicos o en una carrera de pueblo. Demasiados amigos en el lado equivocado y muchos de ellos, tristemente, verdaderos enga?ados y utilizados por el sistema. Lo cierto es que, predicando y predicando, se consiguen fieles frente al denominado Efecto del Falso Consenso, que sostiene que todos se dopan. Falso. Ha sido en parte la excusa de muchos para acabar dobleg¨¢ndose. Aun as¨ª, el efecto de un tsunami como el de Lance es imponderable. Nada que ver con ir predicando en peque?os foros acerca del nuevo Ciclismo 2.0 y de las virtudes de este ciclismo basado en los valores.
Somos unos pocos los que nos hemos dedicado al fen¨®meno del dopaje desde la vertiente pobre, la prevenci¨®n
Cuando diversos estudios de investigaci¨®n pon¨ªan de manifiesto que el ciclismo ha cambiado a mejor, a m¨¢s limpio, bas¨¢ndose en velocidades medias inferiores, tiempos de ascensi¨®n a puertos m¨ªticos superiores, relaci¨®n de watios/kilo de los corredores..., llega este episodio que para algunos es a destiempo. ?Es mejor la impunidad consentida y conocida por todo el gremio que la justicia a destiempo? Para nosotros los paniagua, m¨¢s vale tarde que nunca.
As¨ª, estamos ante la oportunidad de que todos, los paniagua incluidos, seamos aficionados, corredores, entrenadores¡, creamos en un ciclismo justo. Quiz¨¢s este tsunami era lo que hac¨ªa falta para que, por fin, la UCI y los equipos se pongan las pilas, pues alguna oportunidad ya hemos perdido antes. O esto o seguir la agon¨ªa hasta una muerte en vida. De lo que no cabe la menor duda es de que, de no salir estas verdades a la luz, la denominada comisi¨®n de conciliaci¨®n que ahora se propone tendr¨ªa demasiados resquemores para poder avanzar en paz. Pero, no nos enga?emos, todav¨ªa queda alg¨²n artista, y no es ciclista precisamente, que no quiere darse por enterado. Se?ores, es tiempo de Ciclismo 2.0. Dejen paso.
Mikel Zabala es vicedecano de Ordenaci¨®n Acad¨¦mica de la Facultad de Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte de la Universidad de Granada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.