El Madrid resucita al City
El equipo espa?ol, muy superior en el primer tiempo, no logra cerrar el partido, luego recula en exceso y acaba frustrado por un error arbitral Los blancos pasar¨¢n como segundos de grupo
Poco consuelo para el Madrid, que ya no ser¨¢ primero de grupo, lo que pudo haber disputado hasta la ¨²ltima jornada si no hubiera dado vida al Manchester City. El equipo espa?ol tuvo emboscado a su oponente ingl¨¦s durante todo el primer tiempo, pero luego le entreg¨® el medio campo y, como suele, dej¨® su suerte a las dos ¨¢reas. Es ah¨ª donde le gusta echar el pulso, lo que, como en el segundo tramo, en ocasiones permite resucitar a sus rivales, que ven luz en el medio campo. Lo hizo el City, que tras las funestas piruetas de su t¨¦cnico, Mancini, encontr¨® la p¨®cima con la irrupci¨®n del exmadridista Javi Garc¨ªa tras el descanso. El Madrid no cerr¨® el partido cuando tuvo la llave y el Manchester, con m¨¢s orden y adrenalina, le cerr¨® el paso hacia el primer puesto del grupo con un inexistente penalti de Arbeloa a Ag¨¹ero. Expulsado el lateral espa?ol, el Madrid, lanzado en el arranque, termin¨® colgado de sus defensas. Resisti¨® y su matem¨¢tica clasificaci¨®n como segundo le dej¨® aliviado.
M. CITY, 1 - R. MADRID, 1
Manchester City: Hart; Maicon, Zabaleta, Kompany, Nastasic, Kolarov; (Javi Garc¨ªa, m. 46), Yaya Tour¨¦, Silva, Nasri; (T¨¦vez, m. 60), Dzeko y Ag¨¹ero (Milner, m. 88). No utilizados: Pantilimon; Sinclair, Lescott y Barry.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Coentr?o; Xabi Alonso, Khedira; Di Mar¨ªa (Albiol, m. 90), Modric (Callej¨®n, m. 68), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Varane, m. 75). No utilizados: Ad¨¢n; Nacho, ?zil y Kak¨¢.
Goles: 0 - 1. M. 10. Benzema. 1-1. M. 73. Ag¨¹ero, de penalti.
?rbitro: Gianluca Rocchi (Ita). Amonest¨® a Yaya Tour¨¦, Maicon, Nasri, Zabaleta, Xabi Alonso y Ramos. Expuls¨® a Arbeloa (m. 73) por doble amonestaci¨®n.
Estadio Etihad: unos 45.000 espectadores.
El f¨²tbol no siempre se compra. Tiene un rastrillo desorbitado, s¨ª, pero ir a las subastas sin ton ni son no suele dar resultados. M¨¢s que equipos se forman pasarelas, puro vedettismo financiero, sin m¨¢s. Hay chequeras derrochonas, como la del City, que tras invertir su jeque propietario 650 millones de euros lleva dos cursos de espanto europeo, condenado a las catacumbas de la Champions. El Madrid le arroll¨® durante la primera media hora y luego le bloque¨® en busca de una contra. No hubo respuesta del cuadro local, que al inicio defendi¨® como una pandilla en el recreo, como un equipo desorganizado, nada tejido, sin orden ni concierto hasta el segundo tiempo.
Buena culpa de ello la tuvo Mancini, al que le dio un ataque de entrenador y dispuso de una l¨ªnea de tres centrales y dos laterales. La consecuencia: un boquete may¨²sculo delante del portero Hart. Lo aprovech¨® el equipo espa?ol, que pudo darse un fest¨ªn. Bien dispuesto, con las l¨ªneas enhebradas, el Madrid fue un tiro imposible para su adversario, descuartizado en cada supers¨®nico ataque visitante. En uno de ellos, un servicio lateral de Di Mar¨ªa sobrevol¨® el ¨¢rea local, donde estaba el pelot¨®n defensivo dictado por Mancini y ante el bostezo de todos, especialmente de Maicon, lleg¨® Benzema para batir a Hart. Una zaga parvularia.
El tanto del franc¨¦s abri¨® todo un repertorio de ocasiones madridistas. Una superioridad aplastante que no pudieron concretar Khedira, en tres oportunidades, y Cristiano. En su tercer asalto ante Hart, el alem¨¢n despeg¨® por el pasillo central de la defensa celeste como si fuera invisible, pero golpe¨® al suelo cuando intent¨® una cuchara ante el meta ingl¨¦s. Antes, CR, tambi¨¦n entre medias de los zagueros de Mancini, recibi¨® una buena asistencia de Alonso y se qued¨® corto en su vaselina sobre Hart. Nastasic despej¨® balo el larguero y la pelota regres¨® a Ronaldo, que se ceg¨® pese a los aspavientos de Benzema, que estaba solo y sin portero por delante. Inexplicable que el City llegara a la media hora solo con un gol a cuestas. Se fren¨® el Madrid, que se fue a la sala de espera, m¨¢s contenido. El City por fin enganch¨® la pelota ¡ªuna concesi¨®n¡ª y entonces se vieron sus costuras ofensivas. El Madrid le dej¨® tocar en zonas de recreo y de ah¨ª no pas¨®. Mancini cambi¨® a defensa de cuatro, sin frutos. Sin otro medio centro, Tour¨¨, al que le gusta descolgarse hacia la meta rival, se puso las esposas; Silva y Nasri jugaban marcha atr¨¢s para intentar que alguien diera hilo al juego, lo mismo que el Kun, que buscaba y buscaba a varias cuadras de Casillas. Y Dzeko, un rematador, sin m¨¢s, se empecinaba en caer a los costados. Fuera del ¨¢rea no tiene pies.
La entrada de Javi Garc¨ªa tras en el segundo tiempo result¨® capital para el cuadro ingl¨¦s
Por segunda vez rectific¨® Mancini, que en el descanso dio auxilio a Tour¨¨ con la entrada de Javi Garc¨ªa. Una mejor¨ªa notable para el Manchester. El Madrid, y no es la primera vez que le sucede, recul¨® y recul¨®, dej¨® participar a su adversario, al que ten¨ªa en las cuerdas. Confiado a una contra como le gusta, pero cuando un equipo se enclaustra delante de su portero el contrataque se hace kilom¨¦trico. Si alguien lo padece es Modric, futbolista para el gobierno y la posesi¨®n, para encontrar sosiego. Pero el Madrid no tiene pausa, es un esprint permanente. A mil por hora, Modric es un marciano. No le ech¨® de menos el Madrid en su buen primer acto; le hubiera requerido en el segundo, cuando los azules tocaron el tambor, pero, entonces, el croata ya estaba fundido.
Guiado por Javi Garc¨ªa, capital su aparici¨®n, el City mejor¨® su formato. Despojado del tinglado inicial de Mancini, fue un equipo m¨¢s natural, m¨¢s sim¨¦trico. Garc¨ªa logr¨® que el gobierno fuera del Manchester. Garc¨ªa y Tour¨¨ hicieron de dique, con lo que el Madrid qued¨® m¨¢s cortocircuitado en ataque. Con Garc¨ªa y Tour¨¨ al cierre, lleg¨® la mejor versi¨®n de Ag¨¹ero y Silva, dedicados a lo suyo, no a misiones impostadas. El Kun se convirti¨® en la gran amenaza y Silva en el gu¨ªa. Casillas obr¨® un milagro al desviar con la cadera un remate del argentino a dos palmos de su cara. Lanzado el City y desperdigado el Madrid, lleg¨® un soplido de Arbeloa al Kun, que se fue al suelo por el roce de una u?a, no m¨¢s, del defensa espa?ol. El desconcertante Rocchi pit¨® penalti y expuls¨® al salmantino. Doble grave error. Mourinho recurri¨® primero a Varane y luego a Albiol. Ya solo se trataba de defender el segundo puesto. Un lastre para octavos.
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