Triste adi¨®s en La Catedral
El Athletic despide las noches europeas en San Mam¨¦s con un empate anodino (0-0) ante el Sparta de Praga
En realidad el homenajeado estaba all¨ª, consciente de que su fiesta de despedida, la primera de las que le restan, ser¨ªa un mero tr¨¢mite sentimental, porque cuando los invitados no est¨¢n para muchas fiestas de nada suele servir tirar del pa?uelo emocional. San Mam¨¦s, que se desped¨ªa ayer del altavoz europeo, lo hizo con la cara lavada. El maquillaje con el que se ha engalanado durante los ¨²ltimos 56 a?os, qued¨® de lado en una noche gris, sin luces ni coloretes. Tristeza provocada por un presente almidonado a un pasado reciente, que de pura cercan¨ªa ha terminado por deslucir su ¨²ltimo cap¨ªtulo. Un partido que su inquilino, el Athletic, ya eliminado de la competici¨®n, no supo dedicarle ante un Sparta que mereci¨® m¨¢s.
Athletic, 0 - Sparta, 0
Athletic: Ra¨²l Fern¨¢ndez; Toquero (Mor¨¢n, m. 46), Ramalho, Aymeric, Castillo; San Jos¨¦, Iturraspe; Igor Mart¨ªnez, Muniain (Pe?a, m. 46), Isma L¨®pez; y Llorente (Aduriz, m. 46). No utilizados: Iraizoz; Aurtenetxe, Ibai G¨®mez y Ekiza.
Sparta de Praga: Cech; Vidlicka, Zapotocny, Svejdik, Hybs; Matejovsky (Janos, m. 87), Holek; Karerabek (Kadlec, m. 69), Husbauer, Skalak; y Kweuke (Balaj, m. 81). No utilizados: Vacklik; Grajciar, Jirasek y Polom.
?rbitro: S¨¦bastien Delferiere. Mostr¨® la cartulina amarilla a Husbauer, Zapotocny y Kadlec.
Unos 25.000 espectadores en el estadio de San Mam¨¦s.
A la nostalgia del momento, se le uni¨® la concepci¨®n actual de un equipo alterado. Adulterado en el interior e incapaz de reaccionar por m¨¢s que el camino a¨²n siga marcado en el suelo. La l¨ªnea, antes recta, ahora no lleva a casa. Y por el camino, hay quienes han decidido girar hacia otro lado. A Llorente se le recrimin¨® desde la grada su deseo de abandonar el equipo a final de temporada. Poco import¨® que su presencia fuera lo ¨²nico a lo que se agarrase un equipo de tachuelas, con Toquero de lateral derecho, y una pareja de centrales que a¨²n no ha cumplido la segunda d¨¦cada de su camino como Ramalho y Laporte. Al navarro le cay¨® sobre los hombros el peso de su futuro cada vez que recibi¨® el bal¨®n. Bielsa lo sustituy¨® en el descanso.
Antes de su marcha, solo Llorente fue capaz de intimidar al Sparta, valiente en la salida del bal¨®n y que tuvo en un remate de Skalak a bocajarro que se estrell¨® en el larguero la mejor oportunidad del partido. Por m¨¢s que el bal¨®n se alojase principalmente en el campo del Athletic, su uso quedaba resguardado en el intercambio pasivo. Al Sparta, invitado fortuito a la reuni¨®n, le apeteci¨® destacar, a pesar de que demostr¨® que no siempre la intenci¨®n es lo que cuenta. Husbauer pudo superar a Ra¨²l por dos veces, aunque sus remates terminaron lejos de los palos del portero. Por momentos pareci¨® un partido impostado, sin alteraciones, solo pendiente del desd¨¦n para salir de la monoton¨ªa. Solo Mor¨¢n con un disparo desde fuera del ¨¢rea quiso salpicar el guiso con algo de sal.
Pero la despedida no pod¨ªa alterar lo visto, m¨¢s bien lo no visto, y cumpli¨® con el triste guion. Ese en el que uno dice adi¨®s con el gesto torcido sabiendo lo que deja atr¨¢s.
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