Calor para Iker, fr¨ªo para Mou
El Bernab¨¦u vuelve a arropar al meta y a silbar al entrenador luso
?La suplencia de Casillas ante el M¨¢laga y la del domingo pasado ante la Real han realzado la figura del speaker del Bernab¨¦u. Esa decisi¨®n de Mourinho ha convertido al animador en un inesperado director de orquesta del plebiscito instaurado en el coliseo blanco, que se reafirm¨® en las opiniones que ya expres¨® hace tres d¨ªas. De esa convulsi¨®n instalada se ha creado una expectaci¨®n inusual en el recite de las alineaciones. Cuando por megafon¨ªa se escuch¨® el nombre de Casillas, la ovaci¨®n fue atronadora y mayoritaria. Cuando pronunci¨® el nombre del entrenador portugu¨¦s, de nuevo la pitada fue un¨¢nime. La mayor¨ªa del madridismo quiere ver a su portero y capit¨¢n bajo palos. No comprende la grada el cuestionamiento a que ha sido sometido por su t¨¦cnico un jugador al que siente como suyo por todo lo que representa.
Cuando sali¨® de la zona t¨¦cnica, el entrenador se llev¨® otro estallido de disconformidad
El refer¨¦ndum continu¨® cuando Casillas se dirigi¨® al fondo norte tras el sorteo de campos. Mientras caminaba hacia la porter¨ªa tron¨® ese Iker, Iker, Iker que no dej¨® lugar a dudas de d¨®nde est¨¢ cada uno, entrenador y capit¨¢n, en las preferencias de los aficionados merengues, que no hicieron m¨¢s que confirmar que el f¨²tbol es de los jugadores. Preguntado una vez Bernd Schuster por el desinfle, tambi¨¦n en la campa?a posterior al t¨ªtulo logrado, de aquel Real Madrid que bajo la batuta de John Toshack se proclam¨® campe¨®n de la Liga 89-90 con un r¨¦cord goleador de 107 tantos, respondi¨® que ¡°los entrenadores nunca pueden ser m¨¢s importantes que los jugadores y en aquel Madrid estaban la Quinta, Hugo, Gordillo¡±. Al igual que Casillas, Cristiano tambi¨¦n fue coreado nada m¨¢s embocar ese derechazo imposible. Tambi¨¦n hubo ovaciones en algunos de los detalles t¨¦cnicos que exhibi¨® Modric. La rapidez con la que el Madrid solvent¨® la eliminatoria relaj¨® a los casi 60.000 aficionados que se dieron cita en Chamart¨ªn, pero no evit¨® otro estallido de disconformidad contra su t¨¦cnico cuando sali¨® a la zona t¨¦cnica en el segundo tiempo. Si Casillas fue ovacionado en cada ocasi¨®n en la que hubo una oportunidad, su t¨¦cnico tuvo que soportar la reacci¨®n inversa del personal. Cuando fue apoyado por el fondo sur, tambi¨¦n afloraron los pitos.
Si se hab¨ªa generado expectaci¨®n por ver la reacci¨®n del p¨²blico al escuchar los nombres de Casillas y de Mourinho, antes la hubo por saber si el t¨¦cnico se iba a atrever a sentar de nuevo al capit¨¢n, lo que hubiera sido un desaf¨ªo y una afrenta para los seguidores blancos. El entrenador luso cumpli¨® con lo anunciado el s¨¢bado de que el guardameta que no ocupara la porter¨ªa ante la Real ser¨ªa titular en Copa. Finalmente fue Casillas quien se encontr¨® con el calor del madridismo, sobre todo en un final de encuentro en que realiz¨® tres grandes paradas. El Bernab¨¦u no est¨¢ dispuesto a cuestionar a su gran icono.
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