Espa?a y la defensa de un sue?o dorado
La selecci¨®n, con un extraordinario Sterbik y una zaga de manual en el segundo acto ante Eslovenia, llega a la final (26-22)
Con un repertorio que lejos de agotarse aumenta en cada partido, a Espa?a solo la separan ya 60 minutos de poder colocar la segunda estrella de campeona del mundo en su camiseta. Lo hizo tras desplegar su mejor arma, la defensa; con la trabajada redenci¨®n de jugadores como Sterbik y Viran; con uno de los m¨¢s virtuosos, Joan Ca?ellas, en plenitud. Una carta de presentaci¨®n inigualable ante una ocasi¨®n irrepetible. As¨ª desmont¨® a Eslovenia en semifinales y as¨ª se enfrentar¨¢ ma?ana en la lucha por el oro con Dinamarca, que derrot¨® a Croacia (30-24).
Dio cr¨¦dito de inicio Valero Rivera a los que se hab¨ªan ganado el pan en octavos y en cuartos, como Jos¨¦ Manuel Sierra, el revitalizador ante Alemania, o Gede¨®n Guardiola y Joan Ca?ellas, baluartes de este equipo en la carrera hacia la final. Una muestra m¨¢s de que el trabajo siempre acaba teniendo recompensa. Sin que ello implique una mala cara, un mal gesto, en este grupo.
ESPA?A, 26; ESLOVENIA, 22
Eslovenia: Skof, Pucelj (-), Dolenec (6, 1p), L.Zvizej (-), Gaber (1), Zorman (1), Marguc (7, 1p) --siete inicial--; Prost, Bilbija (1), Dobelsek (1), Bezjak (-), Skube (1), Bundalo (1), M.Zvizej (2), Mackovsek (1).
Parciales cada cinco minutos: ?1-2, 5-3, 8-6, 10-7, 12-8, 13-12, 15-13, 15-14, 18-14, 21-15, 24-18 y 26-22.
?rbitros: Leifsson (ISL) y Palsson (ISL). Excluyeron a Maqueda, Rivera en Espa?a y a Marguc, Zorman, Dolenec en Eslovenia.
Pabell¨®n: Palau Sant Jordi.
El guardameta del PSG recibi¨® cinco goles seguidos y Valero decidi¨® apretar la misma tecla que ante Alemania, sacando de la jaula del banquillo a un le¨®n hambriento. En los primeros 20 minutos que estuvo sobre el 40x20, Sterbik repeli¨® cinco balones que dispararon al equipo. ?l, como si nada, como acostumbra, ped¨ªa calma al banquillo, tranquilidad porque a¨²n llegar¨ªan m¨¢s paradas. Hasta las 12 finales. Fue un d¨¦ja vu el que se vivi¨® en el parqu¨¦ del Sant Jordi. Una imagen id¨¦ntica a la del Pr¨ªncipe Felipe de Zaragoza salvo porque all¨ª el p¨²blico apret¨® m¨¢s si cabe.
Ya con el de Senta, Espa?a despleg¨® la defensa de manual que tan trabajada tiene. Bloque¨® a Dolenec, el peligro esloveno en los primeros compases, y se consolid¨® en el marcador aunque no acababa de rematar el partido. Hasta cuatro ocasiones tuvieron los de Rivera de superar la barrera de los dos goles de distancia, pero prolong¨® la incertidumbre, el suspense, incapaz de sentenciar. Cuando por fin lo consigui¨®, sigui¨® calent¨¢ndose Espa?a y fue Gede¨®n Guardiola, enorme con el avance del campeonato, quien puso el 12-7 en el marcador a falta de siete minutos para que acabase el primer tiempo. Cinco goles de ventaja que adormecieron a los espa?oles. La selecci¨®n, que hab¨ªa pecado de sobreexcitaci¨®n en momentos de este Mundial, se confi¨® sobremanera, ya pensando en ma?ana, cuando a¨²n quedaban 35 minutos por delante. El dulce lo aprovecharon los de Boris Denic, bas¨¢ndose en el acierto de Marguc desde un extremo y de Skof bajo los palos.
Perder cuatro tantos de ventaja a buen seguro supuso una charla poco amistosa en el vestuario. Constancia qued¨® desde el primer gol tras la reanudaci¨®n. Un gol que llevaba impl¨ªcito muchos. Volvi¨® a encender a la selecci¨®n, pero sobrecalent¨® a uno de los jugadores que m¨¢s necesita este equipo y hab¨ªa pecado en muchos compases de estar demasiado ansioso. Viran, con un robo marca de la casa, enganch¨® el bal¨®n y galop¨® hacia el ¨¢rea contraria. Algo que hasta ahora hab¨ªa intentado en tres ocasiones siempre con nulo resultado. Pero esta vez el sino era que el bal¨®n deb¨ªa entrar. El grito de rabia con el que lo celebr¨® ¨¦l, c¨®mo aplaudi¨®, revitaliz¨® a todo el equipo, incapaz de echar a perder algo que ten¨ªa ganado. Fue la redenci¨®n de Viran, que se reencontr¨® con su mejor versi¨®n, la del mejor defensor del ¨²ltimo Europeo, la del tit¨¢n que se ha construido a s¨ª mismo. Lo hizo ante su gente, en el momento m¨¢s necesario.
Y si para el lateral supuso un impulso en el recital de la segunda parte de Espa?a, este no hubiese sido posible sin Ca?ellas, la constataci¨®n del enorme campeonato que est¨¢ haciendo el jugador del Atl¨¦tico. Le recicl¨® el seleccionador para labores defensivas, pero ante Eslovenia, con Sarmiento desacertado, tir¨® de ¨¦l en ataque, donde siempre le ha gustado desenvolverse al central, que se fue a la ducha con cinco goles, m¨¢ximo anotador del equipo.
Afinados los instrumentos de la orquesta hispana, el festival lo complet¨® Sterbik, que achic¨® la porter¨ªa espa?ola como no hab¨ªa hecho hasta ahora. Repeli¨® balones y dudas antes de la gran cita, la segunda final de la historia de una selecci¨®n que no quiere despertar del sue?o dorado y que pelear¨¢ por la gloria con la potente Dinamarca.
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