¡°Solo hemos pagado los deportistas¡±
El alem¨¢n J?rg Jaksche relata su vida de ciclista dopado y denuncia la hipocres¨ªa de los responsables de los equipos: ¡°Tienen la gran ventaja de que no pasan controles y no dan positivo¡±
Durante el fin de semana, los periodistas, los observadores, los abogados, los dirigentes deportivos y, se supone, los mismos deportistas, son ni?os que cuidan una colecci¨®n de cromos y se intercambian informaci¨®n. ¡°Yo ya tengo el 16, el 14 y el 20. Y a Mar¨ªa y a Urco¡±, puede decir uno. Y otro responderle: ¡°Pues a m¨ª me faltan Klaus y 101¡±. Hablan de la lista de los clientes de Eufemiano Fuentes, de su necesidad de resolver todos los enigmas. Una actividad aparentemente inofensiva.
El m¨¦dico pon¨ªa las bolsas de sangre al ba?o Mar¨ªa para descongelarlas
El lunes, los cromos se hacen carne e imagen en movimiento. Y llega la conciencia de que quiz¨¢s coleccionar su nombre no sea una actividad tan inofensiva, que, vistas las consecuencias ¡ªnombre que sale en la prensa, persona a la que su vida se transforma para mal, a la que el cotidiano se le hace infierno¡ª, quiz¨¢s en vez de coleccionistas de cromos se sea de mariposas, cazadas y sujetas con un alfiler a un corcho para ser exhibidas.
Como las dos que testificaron. En la sala habla J?rg Jaksche (el n¨²mero 20, c¨®digo Bella, el nombre de su perro); desde Tenerife, desde el Teide en el que se est¨¢ entrenando lo hace, por videoconferencia, Ivan Basso (el 2, su perro delator se llamaba Birillo). Los dos llegan como testigos de la acusaci¨®n, pero su testimonio es radicalmente diferente. Jaksche, excluido del mundo ciclista desde 2007, vac¨ªa su alma, la ofrece c¨¢ndido a los depredadores que interrogan desde los bancos; Basso, de nuevo gran campe¨®n del ciclismo despu¨¦s de pasar una sanci¨®n de dos a?os, sigue protegi¨¦ndose detr¨¢s de la admisi¨®n m¨ªnima para seguir respirando la mentira.
El excorredor explic¨® durante casi cuatro horas los m¨¦todos de Eufemiano
As¨ª viaja la Operaci¨®n Puerto, el juicio.
La juez, Julia Patricia Santamar¨ªa Matesanz, no para de tomar notas, como una alumna de primera fila que quiere tener los apuntes m¨¢s completos de una materia incre¨ªble.
Sin levantar casi la vista del cuaderno en el que rellena p¨¢gina tras p¨¢gina, la juez anota mientras Jaksche y su int¨¦rprete imparten la lecci¨®n. Es una historia ya conocida, ya narrada por Jaksche a otros tribunales, otras polic¨ªas, m¨¢s organismos de lucha contra el dopaje, una historia que no se cansa de repetir y el mundo de escuchar. Desde 1998, su primer a?o profesional, desde los 21 a?os, el alem¨¢n, que nunca lleg¨® a ser un grande, no ha dejado de doparse. ¡°Nadie me obligaba¡±, dijo. ¡°Hac¨ªa lo que se esperaba de m¨ª¡±. As¨ª que cuando en enero de 2005 trata por primera vez con Fuentes no es un novato en la materia. Tiene ya 28 a?os y mucha experiencia y m¨¢s miedo a ser pillado porque la EPO, la sustancia imprescindible, es detectable. Por eso le alegra saber que con sangre congelada sus cuitas se acaban.
Para conservar el Giro 2006, Basso solo admiti¨® extracciones de sangre no usada
Se lo dice Fuentes, que le llama por indicaci¨®n del director de su equipo, Manolo Saiz ¡ªquien paga los gastos hasta que se enfada con Fuentes por el hematocrito de Nozal y le toca a Jaksche rascarse el bolsillo, 6.000 euros una bolsa de medio kilo, 8.000 dos¡ª, y le introduce en su programa de extracciones en hoteles, toma de EPO para recuperar el hematocrito, m¨¢s extracci¨®n, congelaci¨®n, almacenamientos, descongelado ¡ªla bolsa al ba?o Mar¨ªa, como quien calienta un biber¨®n para el ni?o, y Fuentes metiendo el dedo en el agua para ver si est¨¢ caliente¡ª, y reinfusiones en las fechas clave, y el brazo que le queda helado por la sangre fr¨ªa que empieza a correr por sus venas. As¨ª, 10-15 veces en a?o y medio. Pero no, Jaksche no puede ayudar mucho a la acusaci¨®n. No se sinti¨® realmente mal nunca ¡ªun ataque de ansiedad, una taquicardia de cinco minutos en un taxi, y mucho estr¨¦s¡ª y encima corr¨ªa m¨¢s.
Basso ayuda a la acusaci¨®n menos a¨²n, mucho menos. Si Jaksche contradice al menos la versi¨®n id¨ªlica de Fuentes de que todo se hac¨ªa para proteger su salud, Basso solo lleva la contraria a las evidencias acumuladas en decenas de documentos de Fuentes. Mientras el nombre Birillo desde los papeles de Fuentes ¡ªun planning de 2003, un fax de mediados de 2005, un listado de existencias en el arc¨®n congelador de 2004, las escuchas que hacen saber que hubo env¨ªos de sangre en mayo de 2006 al Giro que gan¨®¡ª ladra y habla de a?os de dopaje sangu¨ªneo, el italiano admite simplemente tres extracciones pensando en a?os futuros y ninguna reinfusi¨®n, pues lo quer¨ªa experimentar en el Tour 2006, su ¡°gran sue?o¡±, pero no pudo hacerlo por la detenci¨®n de Fuentes.
¡®Birillo¡¯, sin embargo, figura en los papeles de Fuentes desde febrero de 2003
Basso admite que hab¨ªa colaborado con la justicia para poder cerrar por fin una puerta a su pasado y pensar solo en el Giro pr¨®ximo. Jaksche, m¨¢s generoso con el futuro, ten¨ªa algo m¨¢s que decir, que denunciar. ¡°Los que mandan en los equipos, los mismos que nos empujan a doparnos son los que nos apuntan con el dedo cuando caemos para sentirse limpios, y tienen la ventaja de que no pasan controles y no dan positivo¡±, dijo. ¡°Solo hemos pagado los deportistas, con sanciones y con los riesgos que hemos corrido. Nadie del entorno ha pagado¡±.
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