De pronto, lleg¨® Del Bosque
Los veteranos y el ext¨¦cnico del Madrid evocan el hist¨®rico cruce con el Manchester en 2000 y el taconazo de Redondo
Los dos partidos que jug¨® el Madrid contra el Manchester el 4 y el 19 de abril de 2000 cambiaron la historia del club, y la historia del f¨²tbol espa?ol, con efectos profundos que repercuten todav¨ªa. Como ahora, el Madrid se hab¨ªa descolgado en el campeonato. Corr¨ªa la jornada 31 y el equipo iba cuarto por detr¨¢s del Depor, el Bar?a y el Zaragoza. La crisis de juego hab¨ªa provocado la destituci¨®n del entrenador, John Toshack, transformando al vestuario en un polvor¨ªn. Hasta que el Manchester se present¨® en Chamart¨ªn para revelar un cambio. Dos semanas despu¨¦s, Redondo era un mito viviente, Casillas se anunciaba como el portero del futuro y Vicente del Bosque, hasta entonces director de la cantera, demostraba que era un gran maestro de la estrategia y la persuasi¨®n. El gu¨ªa indispensable para conquistar la octava y la novena Champions.
¡°Creo que ni el madridismo esperaba que pas¨¢ramos¡±, recuerda Helguera. ¡°En Liga nos pod¨ªa ganar cualquiera, hab¨ªamos empezado mal y nos dej¨¢bamos ir¡ Era terrible. Cuando echaron a Toshack ten¨ªamos una incertidumbre enorme sobre lo que iba a pasar con todos nosotros. No ¨ªbamos a ning¨²n lado. Gan¨¢bamos partidos por la calidad individual pero jug¨¢bamos mal. Adem¨¢s tuvimos problemas en el vestuario porque cuando te va mal no te llevas ni la mitad de bien con los compa?eros ni con el entrenador. Hab¨ªa una tormenta y de pronto lleg¨® Del Bosque y nos encontramos en calma¡±.
R. MADRID, 0 - M. UNITED, 0
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado, Iv¨¢n Campo, Iv¨¢n Helguera; Karanka, Roberto Carlos; McManaman, Redondo, Savio (Baljic, m. 75); Ra¨²l y Morientes (Ognjenovic, m. 85).
Manchester United: Bosnich; Gary Neville, Stam, Berg, Irwin (Silvestre, m. 86); Beckham, Roy Keane, Scholes (Butt, m. 80), Giggs; Andy Cole y Yorke (Sheringham, m. 75).
?rbitro: Veissiere. Amonest¨® a Karanka e Irwin.
4 de abril de 2000. Unos 85.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
Hierro, el capit¨¢n, y la referencia absoluta en la defensa, estaba lesionado de gravedad. ¡°Me romp¨ª el ligamento lateral interno jugando contra el Rosenborg en Noruega¡±, recuerda Hierro. ¡°El equipo pasaba por un momento dif¨ªcil. Siempre hab¨ªamos jugado con cuatro atr¨¢s y Vicente cambi¨® de sistema y puso a Helguera, Iv¨¢n Campo y Karanka como centrales. Eso le dio mucha m¨¢s seguridad y consistencia al equipo¡±.
M. UNITED, 2 - R. MADRID, 3
Manchester United: Van der Gouw; Gary Neville, Stam, Berg (Solskjaer, m. 61), Irwin (Silvestre, m. 45); Beckham, Scholes, Roy Keane, Giggs; Andy Cole (Sheringham, m. 61) y Yorke.
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado, Iv¨¢n Campo, Helguera, Karanka, Roberto Carlos; McManaman (Julio C¨¦sar, m. 88), Redondo, Savio (Geremi, m. 64); Ra¨²l y Morientes (Anelka, m. 71).
Goles: 0-1. M. 21. Roy Keane, en propia puerta. 0-2. M. 50. Ra¨²l. 0-3. M. 52. Ra¨²l, a pase de Redondo. 1-3. M. 63. Beckham. 2-3. M. 87. Scholes, de penalti.
?rbitro: Collina. Amonest¨® a Scholes y Redondo.
19 de abril de 2000. Unos 75.000 espectadores en Old Trafford.
El Manchester no fue capaz de reaccionar a la propuesta t¨¢ctica, sobre todo en la primera hora de la vuelta. Salgado, que en principio deb¨ªa tapar las subidas de Giggs, tuvo un papel inesperadamente glorioso en Old Trafford. ¡°Arriesgamos, pero t¨¢cticamente les cogimos por sorpresa¡±, recuerda el lateral. ¡°Beckham no subi¨® tanto y Giggs se refren¨®. Los laterales hac¨ªamos much¨ªsimo da?o doblando y los laterales de ellos ten¨ªan problemas porque al jugar nosotros con un 5-3-2, con dos puntas, se met¨ªan muy adentro para no dejar un dos contra dos con los centrales. Eso abr¨ªa mucho campo en ataque para Savio y Macca, nuestros volantes. Y as¨ª lleg¨® el gol. Irving estaba de lateral, lo dobl¨¦, me abrieron el bal¨®n a banda, y vi que Morientes ven¨ªa al primer palo. Pegu¨¦ un centro raso. Roy Keane, que ven¨ªa en carrera a toda velocidad para intentar tapar, no pudo m¨¢s que meter el bal¨®n dentro de la porter¨ªa¡±.
Un regate legendario precedi¨® el 0-3: presionado sobre la raya lateral, Redondo burl¨® a Berg con el tac¨®n, alcanz¨® la l¨ªnea de fondo, y le sirvi¨® el gol a Ra¨²l. ¡°Fue el gesto de un jugadorazo¡±, recuerda Del Bosque, ¡°de un hombre con una extraordinaria personalidad como era Redondo, con esa astucia de Ra¨²l en el movimiento de desmarque. Ah¨ª te das cuenta de que los jugadores siempre est¨¢n por encima del entrenador. La picard¨ªa de Ra¨²l para darle salida a la jugada de Redondo¡ Es una obviedad: el entrenador tiene su papel, proporciona herramientas, pero los autores de todo son los jugadores¡±.
¡°El desparpajo que tuvo Redondo, la llegada de Ra¨²l, el gol¡ Est¨¢bamos defendiendo tan bien que esa jugada fue determinante¡±, cuenta Helguera. ¡°Nunca podremos olvidar ese taconazo. Redondo era muy de guardar la posici¨®n en el medio y ese atrevimiento nos inculc¨® a los dem¨¢s una convicci¨®n especial: ¡®Oye, si ¨¦l ha hecho de extremo, los dem¨¢s tenemos que demostrar que somos el Real Madrid¡¯. Nos ense?¨® el camino. Nos anim¨® a sentir que pod¨ªamos hacer cosas extraordinarias¡±.
Del Bosque hizo que los jugadores se sintieran protagonistas. ¡°Vicente no es el t¨ªpico que intenta ganar los partidos en la pizarra¡±, observa Salgado. ¡°Su principal virtud es la naturalidad. Nunca le vimos reacciones raras, ni en los triunfos ni en las derrotas. Eso le dio mucha fuerza a ¨¦l dentro del vestuario. Nosotros lo respet¨¢bamos por lo que significaba como entrenador, no porque fuera un sheriff. Las charlas eran muy claras: ¡®Yo os ordeno en el campo pero al final los que vais a ganar el partido sois vosotros. Para eso sois jugadores del Madrid¡±.
Hasta hac¨ªa tres meses antes Del Bosque hab¨ªa sido el responsable de las categor¨ªas inferiores. ¡°Creo recordar¡±, cuenta el t¨¦cnico, ¡°que le dije al se?or Onieva [exvicepresidente madridista]: ¡®Si es una situaci¨®n temporal no pasa nada, pero os pido un pel¨ªn de confianza. Que no me hag¨¢is entrenador por salir del paso, solo por coger a ese que est¨¢ aqu¨ª al lado en la cantera¡±.
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