Espa?a pega el petardazo
La selecci¨®n se conf¨ªa en exceso ante Finlandia y cede un empate que empina su clasificaci¨®n
El equipo 87? del mundo dej¨® en una delicad¨ªsima situaci¨®n al gran campe¨®n de estos tiempos, que se lo crey¨® y pag¨® con creces el aflojar antes de lo debido. Una lecci¨®n para Espa?a, que tard¨® en derribar la numantina defensa de Finlandia y cuando lo hizo al comienzo del segundo tramo se blande¨® de mala manera y termin¨® descarriada. Puso la cabeza en Par¨ªs cuando no era el momento y ahora ya no le valdr¨¢ si quiera un empate el pr¨®ximo martes en Saint Denis para ser primera de grupo y eludir el engorro de una repesca. Francia s¨ª hizo los deberes ante Georgia (3-1). Lo contrario que el grupo de Del Bosque, v¨ªctima del azar, s¨ª, porque su oponente se estir¨® una vez, pero tambi¨¦n de su excesiva ret¨®rica, de su distensi¨®n. Le falt¨® m¨²sculo para cerrar el encuentro, se crey¨® a salvo con un simple gol y el nulo cuajo del rival. El f¨²tbol, con sus gui?os impensables, se lo hizo pagar y ahora tendr¨¢ que remar como un campe¨®n con may¨²sculas.
ESPA?A, 1 - FINLANDIA, 1
Espa?a: V¨ªctor Vald¨¦s; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqu¨¦, Jordi Alba; Busquets, Cazorla (Pedro, m. 45), Iniesta; Silva, Cesc (Mata, m. 75) y Villa (Negredo, m. 65). No utilizados: Reina, De Gea, Albiol, Monreal, Azpilicueta, Isco, Javi Garc¨ªa, Xabi Alonso, Jes¨²s Navas,? Isco.
Finlandia: Maenpaa; Toivio, Tainio (Sparv, m. 69), Moisander, Raitala; Hetemaj, Arkiuvo, Eremenko, Hamalainen, Ring y Pukki (Halsti, m. 94). No utilizados: Joronen, Hradeeky, Sumusalo, Ojala, Arajuuri, Schuller, Hurme, Kolehmainen, Petteri, Riku Risku, Kuqi y Forsell.
Goles: 1-0. M. 49. Sergio Ramos remata de cabeza un saque de esquina lanzado por Silva. 1-1. M. 78. Pukki culmina un contragolpe.
?rbitro: Ovidiu Alin Hategan. Amonest¨® a Moisander, Maenpaa y Silva, que se perder¨¢ el partido ante Francia por acumulaci¨®n de tarjetas.
El Molin¨®n, unos 24.000 espectadores.
Nada hac¨ªa presagiar el desenlace final. No es que Espa?a se enfrentara a un rival defensivo, sino a un adversario a¨²n m¨¢s ultra. Lo de Finlandia fue una muchedumbre enclaustrada en su ¨¢rea, grande o peque?a. Una, dos, tres mamparas delante de su portero. Los finlandeses no hicieron otra cosa que amurallarse; por no hacer no hicieron ni faltas, tampoco presionaron, solo recular y recular hasta exponerse como vampiros colgados del larguero. A punto estuvieron de deforestar las ¨¢reas del Molin¨®n. Ante un contrario tan extremadamente abrigado, Espa?a cometi¨® el error de cerrarse a s¨ª misma a¨²n m¨¢s el espacio. Sin un ariete, la tendencia general fue ir al toque y toque en el balc¨®n del ¨¢rea. Sin un p¨²gil para el remate, el equipo de Del Bosque se sent¨ªa obligado a llegar al gol paso a paso, letra a letra, con la pelota cosida. Tan atrincherada estaba Finlandia que no hab¨ªa resquicio para el desmarque, tan solo Arbeloa ten¨ªa un pasillo, pero el lateral no es precisamente el mejor recurso ofensivo espa?ol. Hasta Ramos y Piqu¨¦, centrales locales, pasaron la noche al pie del ¨¢rea de los n¨®rdicos. Por la zona solo falt¨® V¨ªctor Vald¨¦s, que hasta el gol del exsevillista Pukki bien pudo haber jugado con ch¨¢ndal.
La cita parec¨ªa festiva en Gij¨®n, que hac¨ªa ocho a?os que no recib¨ªa a la selecci¨®n. Era la noche del centenario de Ramos ¡ªel futbolista europeo m¨¢s joven en alcanzar las 100 internacionalidades¡ª; la jornada de Del Bosque, que con sus 69 partidos ya supera a Kubala como el seleccionador m¨¢s activo. Todo se trunc¨® con el bombazo final. Hasta entonces parec¨ªa un partido de balonmano a media cancha. Ataque contra defensa, una y otra vez. Un ejercicio de infinita paciencia. Ausentes Xavi y Alonso, Iniesta como conductor, Espa?a solo encontraba remedio en el disparo lejano, suerte que no es la que mejor domina. Por el ¨¢rea de Maenpaa solo hab¨ªa un atasco chino. Al equipo le faltaba anchura. Cazorla o Silva disfrutan como volantes, no pegados a la cal. Salvo en el descontrol espa?ol mediado el segundo tiempo, el resultado fue un partido de ida, por la misma v¨ªa y sin frutos para los espa?oles, que apenas produjeron ocasiones con su acoso.
Al descanso, Del Bosque alter¨® el guion. Cazorla dej¨® el sitio a Pedro, que se enquist¨® en la izquierda, como un extremo puro, y Villa se ubic¨® como ariete, con Cesc, el nueve postizo del arranque, a su espalda. No hubo mucho tiempo para comprobar la eficacia de la nueva partitura. A los tres minutos del segundo acto, Silva lanz¨® un c¨®rner y Sergio Ramos abri¨® el mel¨®n con un cabezazo que esquiv¨® un bosque de futbolistas. Misterios del f¨²tbol: un equipo de bajo techo que resuelve el jerogl¨ªfico por el aire. Un resuello para Espa?a, que ya deb¨ªa saber que Francia acababa de marcar por primera vez ante Georgia. Por entonces, cuando se deba por supuesta la victoria espa?ola, a expensas de lo que ocurriera el martes en Par¨ªs, la diferencia de goles pod¨ªa ser decisiva en la batalla por el primer puesto de grupo, el acceso directo a Brasil 2014. Hoy, todo es mucho m¨¢s enrevesado para la Roja.
Tampoco con el gol cambi¨® Espa?a el ritmo, de poca cadencia. Del Bosque lo percibi¨® y, para disgusto popular, Negredo relev¨® a Villa, que desde octubre de 2011 no jugaba un partido oficial como titular. No hubo remedio, poco a poco el campe¨®n se desenchuf¨®, pens¨® antes de tiempo en el reto de Saint Denis. Tanto perdi¨® el hilo que, de repente, Finlandia se vio liberada. Su objetivo inicial era evitar un atropello, una goleada que acentuara su maltrecha autoestima como colista de grupo, pero Espa?a le dio ¨¢nimo. Ni siquiera tuvo que volverse un equipo gallardo, para nada. Le bast¨® una mirada al frente para congelar a la Roja. Lo que subraya el relax local. Una selecci¨®n tan fiable casi siempre en estos tiempos a la que pudo su laxitud. Su arre¨®n final, ya por las bravas, que no es su estilo, no pudo evitar el petardazo. Un petardazo en toda regla que enreda, y de qu¨¦ manera, al menos la clasificaci¨®n directa. Francia exigir¨¢ lo mejor de Espa?a. Pese a este patinazo, cr¨¦dito no le falta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.