Fin del juicio, no de las dudas
La juez declara ¡°visto para sentencia¡± un proceso que tras 23 sesiones y 100 horas termina sin llegar al fondo de la actividad de los acusados
Era una ma?ana de abril, pero como si fuera febrero, por la luz, la misma a la misma hora por el cambio de hora, por la calle gris, porque las preguntas sin respuesta con las que comenz¨® el juicio hace 23 sesiones, en invierno, hace 100 horas, la distancia de un Tour, son las mismas preguntas sin respuesta con las que termin¨® ayer, en primavera.
?Las preguntas no son sobre la culpabilidad o inocencia de Eufemiano Fuentes, el hombre faro y foco, pues bien desde el primer d¨ªa el m¨¦dico de Las Palmas admiti¨® que s¨ª, que su negocio, buen negocio, consist¨ªa en preparar, congelar y conservar bolsas de sangre para deportistas de resistencia, para que su rendimiento se beneficiara del aporte de ox¨ªgeno de la sangre reinfundida la v¨ªspera de los momentos clave del a?o, etapas reina o maratones o diezmiles de medalla mundial u ol¨ªmpica. Las preguntas, secundarias para la juzgadora y para los abogados de ambos lados del tribunal, pero principales para el mundo del deporte que aguant¨® el aliento cotidianamente por si en una de estas surgiera un nombre, una respuesta: 212 bolsas de sangre pertenecientes a qui¨¦n, ?c¨®mo? ?cu¨¢ndo? ?solo ciclistas?
Las claves de la trama
23 de mayo de 2006.La Guardia Civil detiene a Eufemiano Fuentes, Ignacio Labarta y Manolo Saiz, entre otros, e interviene 212 bolsas de sangre y plasma conservadas en congeladores y refrigeradores de dos pisos de Madrid pertenecientes a decenas de deportistas, en su mayor¨ªa ciclistas, que se dopaban con ellas.
28 de enero de 2013. Comienza el juicio oral a Eufemiano, Labarta, Saiz y a otros dos acusados, Yolanda Fuentes y Vicente Belda, todos ellos o dirigentes o m¨¦dicos de equipos ciclistas.
Acusaci¨®n y petici¨®n. La fiscal¨ªa y ocho acusaciones particulares los consideran culpables de un delito contra la salud p¨²blica (en 2006 el dopaje no era a¨²n delito en Espa?a) por el sistema de autotransfusiones y de suministro de sustancias prohibidas que, seg¨²n sus investigaciones, hab¨ªan organizado. Durante semanas han declarado en la sala del juicio los acusados, ciclistas, peritos y autoridades. A los cinco, considerados o autores o cooperadores necesarios, se les pide penas que van de un a?o (lo que no supone su ingreso inmediato en prisi¨®n) a dos a?os y medio de c¨¢rcel, aparte de la inhabilitaci¨®n para ejercer su profesi¨®n.
Defensas. Aun admitiendo que sus patrocinados pudieron haber sido responsables del dopaje de los deportistas, los abogados defensores han pedido la absoluci¨®n considerando que no solo no hay delito, pues el art¨ªculo del C¨®digo Penal que les quiere aplicar habla de medicamentos y ellos creen que la sangre no es medicamento, sino que tampoco hay pruebas que permitan condenarlos aun si se consideraran delictivos los hechos.
Sentencia. Seg¨²n diversas fuentes, la juez del caso emitir¨¢ su sentencia, que ser¨¢ recurrible ante la Audiencia Provincial de Madrid, en un plazo de cuatro a seis semanas.
Las bolsas. Las acusaciones han solicitado la entrega de las bolsas de sangre para identificar con el ADN a sus presuntos due?os. La juez anunciar¨¢ en la sentencia si accede a la petici¨®n.
Y otras preguntas, m¨¢s del momento, surgidas despu¨¦s de las ¨²ltimas palabras que la juzgadora permiti¨® decir a los acusados antes del ritual visto para sentencia (sin martillazo) que cerr¨® el juicio ¡ªsolo Fuentes, protagonista hasta el ¨²ltimo segundo, aprovech¨® la ocasi¨®n: ¡°no entiendo de derecho, pero en 35 a?os como m¨¦dico no he hecho da?o a nadie, solo he buscado proteger la salud de los deportistas, no da?arla¡±¡ª, cuando el principal acusado, acosado por los medios extranjeros repart¨ªa sin parar tarjetas de visita con sus n¨²meros de m¨®vil. ?Qu¨¦ echar¨¢ m¨¢s de menos Fuentes desde hoy mismo, los s¨¢ndwiches de Rodilla que se zampaba alegre en los intermedios de la vista o la atenci¨®n period¨ªstica tan c¨¢lida que tan bien supo cultivar con promesas de informaci¨®n nunca cumplidas? ¡°Me voy r¨¢pido a Canarias¡±, anunci¨® a la carrera al abandonar por ¨²ltima vez los juzgados de Juli¨¢n Camarillo. ¡°No quiero perderme el partido de la Champions...¡±
Antes del ¨²ltimo de Fuentes, su abogado defensor, el de su hermana y el de Manolo Saiz esgrimieron sus argumentos para pedir la absoluci¨®n de sus clientes. Subrayaron antes de nada que no se les juzgaba por dopaje y que s¨ª, pod¨ªan haber cometido un delito de dopaje, pero entonces, cuando la operaci¨®n, en 2006, la palabra dopaje no figuraba en el C¨®digo Penal, y que lo sent¨ªa mucho. A?adieron que, de todas maneras, el art¨ªculo que se les quiere aplicar, el 361, habla de expender o despachar medicamentos, y que, que ellos supieran y que la ley lo se?alara, la sangre no es medicamento (y hasta en la ley que penaliza el dopaje, en el art¨ªculo 361 bis, q la sangre no se le considera m¨¢s que un m¨¦todo, no un medicamento, se?al¨® certeramente el letrado de Saiz, quien, bosquej¨® su defensor, pintaba menos que patapalo en Barcelona), y que por tanto no hab¨ªa delito, se mirara por donde se mirara.
Y ni siquiera hay medicamentos, a?adi¨® el abogado de Fuentes, quien, dado que no se procedi¨® al an¨¢lisis de los centenares de cajas con medicamentos hallados en los registros de la Operaci¨®n Puerto, lleg¨® a poner en duda incluso su existencia. ¡°Y si no hay medicamentos y si la sangre no es medicamento, no hay delito¡±, concluy¨® el letrado. ¡°Todo lo m¨¢s sus actividades se merecen una sanci¨®n administrativa¡±.
Son 212 bolsas de sangre pertenecientes a ?qui¨¦n?, ?cu¨¢ndo?, ?c¨®mo?, ?solo ciclistas?
O¨ªdo esto, quiz¨¢s, finalmente, se pueda concluir que Fuentes no echar¨¢ de menos ni su dieta de bocadillos ni la atenci¨®n de los medios ¡ªesta persistir¨¢¡ª, sino las dos m¨¢quinas congeladoras Haemonetics ACP 215, sus medios de producci¨®n como empresario: si la tesis de su abogado se impone y es absuelto, nada le impedir¨ªa una vez recuperadas las congeladoras comisadas volver a poner en marcha su negocio de banco de sangre privado, aunque ya que hacerlo con deportistas ser¨ªa delito, centrado en otros clientes, toreros o famosos.
Y el que mienta ganar¨¢
¡°Acuso a los acusadores¡±, declama con habilidad oratoria Ignacio Arsuaga, el defensor de Yolanda Fuentes, quien no se para ah¨ª e intenta convertir, con pirotecnia jur¨ªdica espectacular, a quien acusa en acusado, a los acusados en v¨ªctimas de una acusaci¨®n infundada.
Y un demonio, Jes¨²s Manzano.
¡°Pido que se procese por falso testimonio a Jes¨²s Manzano, un tramposo, un fullero, un mentiroso¡±, continu¨® el defensor transmutado en acusador para poder convertir en acusado al acusador. ¡°Por ansia de venganza, de gloria y de dinero, de nada menos que 180.000 euros, se lo ha inventado todo¡±.
Manzano, testigo y acusaci¨®n particular simult¨¢neamente en el juicio, es el ¨²nico ciclista espa?ol que al mismo tiempo que ha admitido haberse dopado a conciencia y a sabiendas ha sido capaz de denunciar el sistema, c¨®mo los dirigentes de su equipo, el Kelme ¡ªel gerente Joan Mas, fallecido, los directores Vicente Belda e Ignacio Labarta, los m¨¦dicos Eufemiano y Yolanda Fuentes¡ª, no solo consent¨ªan, sino que alentaban y organizaban el dopaje. Como dijo su abogado, Manzano, el revelador, ¡°hab¨ªa abierto el mel¨®n del dopaje¡±.
M¨¢s le habr¨ªa valido haberse quedado callado, o haber mentido de verdad, quiz¨¢s. Si hubiera hecho como el resto de ciclistas espa?oles testigos ¡ªBeloki, Etxebarria, Unai Osa, Vicioso, Serrano...¡ª, que negaron lo innegable ¡ª?Eufemiano? ?Qui¨¦n es Eufemiano?¡ª, otro gallo le habr¨ªa cantado. Claro que, entonces, quiz¨¢s nunca se habr¨ªa producido, con la fuerza que se produjo, la Operaci¨®n Puerto, y nunca habr¨ªa tenido lugar el juicio que ayer se cerr¨®. Quiz¨¢s por eso la necesidad de casi todas las defensas de atacar m¨¢s que nada la credibilidad de Manzano, el testigo que todo lo dijo.
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