Esplendor del Madrid al contragolpe

Higua¨ªn, Kak¨¢, Cristiano y ?zil alternaron obras magistrales para romper la notable resistencia del Levante en el Bernab¨¦u. La hinchada asisti¨® a un duelo vibrante, conducido con oficio por el equipo visitante, que consigui¨® adelantarse y dar guerra mientras preserv¨® sus se?as de identidad. Hasta los diez minutos finales, cuando el Levante abandon¨® la trinchera para lanzarse a buscar el empate, el Madrid se encontr¨® con un panorama ¨¢spero. Solo cuando el Madrid pudo contragolpear brillaron en todo su esplendor las figuras. ?zil invent¨® pases, Cristiano arremeti¨®, e Higua¨ªn apareci¨® en todas partes.

El resultado final apenas refleja el proceso laborioso que debi¨® cursar el Madrid. Pocos equipos en el campeonato se han caracterizado por un estilo tan definido como el Levante y pocos le han dado m¨¢s problemas a su rival. Desde su ascenso en 2010 el Levante ha cambiado una vez de entrenador y ha renovado media plantilla, pero su juego responde al mismo patr¨®n. Organizarse alrededor de su ¨¢rea, formar dos l¨ªneas de cuatro, entregar el bal¨®n al rival, y esperar sin impacientarse al error ajeno para lanzar contragolpes es una f¨®rmula poco habitual en la cultura del f¨²tbol espa?ol contempor¨¢neo. Abanderados por Ballesteros, Iborra y Juanfran, los jugadores del equipo valenciano han asumido su particularidad con una persistencia inusual. Bajo la supervisi¨®n de Juan Ignacio Mart¨ªnez el equipo ha hecho ajustes que han mejorado el funcionamiento. El Madrid lo sufri¨® en la primera media hora.

Mientras tuvo fuerzas para correr, el Levante cerr¨® todas las v¨ªas de acceso a su porter¨ªa. M¨ªchel y Aquafresca persiguieron a Modric y Alonso dificult¨¢ndoles el trabajo, y los otros ocho jugadores se ocuparon de cortar l¨ªneas de pase para contragolpear a la m¨ªnima ocasi¨®n. Jugaron r¨¢pido y con precisi¨®n, aprovechando todos los carriles para sorprender a la defensa del Madrid con el despliegue de R¨ªos y Rub¨¦n por afuera, Aquafresca metido entre los centrales, y M¨ªchel oficiando de administrador. El 1-0 fue una maniobra perfecta: Lell arranc¨® para M¨ªchel, que filtr¨® el pase a R¨ªos para que desbordara por la derecha y devolviera. M¨ªchel remat¨® a gol sin que Pepe pudiera cerrar.

La profundidad y la riqueza t¨¦cnica de la plantilla madridista no tiene igual en Europa. Las rotaciones que Mourinho hizo pensando en la ¡®Champions¡¯ no solo no empeoraron el juego de su equipo sino que produjeron algunos efectos positivos, sobre todo en el medio campo. Repostaron Coentr?o, Khedira, Di Mar¨ªa y ?zil, y entraron Marcelo, Modric, Callej¨®n y Kak¨¢. El nuevo cuarteto, en conjunto, desahog¨® el trabajo de Alonso ante la dif¨ªcil tarea de abrir una defensa encajonada. En el lateral izquierdo, Marcelo se comport¨® como un auxiliar de lujo a la hora de salir jugando; en la banda derecha, Callej¨®n ofreci¨® gran movilidad e intuici¨®n para jugar en espacios cerrados; Modric mueve mejor el bal¨®n que Khedira; y Kak¨¢ no tiene el pase de ?zil pero su primera parte fue un cat¨¢logo de desmarques entre l¨ªneas y conducciones desequilibrantes. Kak¨¢ fue el mejor jugador del Madrid en la peor fase de su equipo porque supo desmarcarse como nadie para recibir la pelota en posiciones exasperantes para el Levante. Ni Iborra ni Diop consiguieron anticiparle y cuando arrancaba parec¨ªa imparable.

Kak¨¢ brill¨® principalmente a la salida de los c¨®rners contrarios: el Levante provoc¨® cuatro y no remat¨® ni uno solo en la primera parte. El Madrid aprovech¨® los contragolpes para intentar crear los desequilibrios que no consigui¨® mediante el ataque elaborado. El 1-1, sin embargo, lleg¨® cuando el Levante esperaba en guardia. Fue producto del genio improvisador m¨¢s que de una construcci¨®n colectiva ejercitada. Alonso se volc¨® a la derecha para cruzar un centro impecable, con la tensi¨®n y la curva justa. El bal¨®n super¨® a Ballesteros por alto antes de que Higua¨ªn se perfilara de espaldas a la porter¨ªa para engancharlo de volea y mandarlo como un balazo pegado al palo. Imposible para Mun¨²a.

El Madrid no tard¨® ni cinco minutos en adelantarse. Kak¨¢ intent¨® cambiar de orientaci¨®n, el bal¨®n rebot¨® en Diop, y Lell lo toc¨® con la mano en el ¨¢rea. El propio Kak¨¢ meti¨® el penalti. El gol cambi¨® el signo del partido porque permiti¨® que el Madrid alcanzara el descanso con ventaja cuando su adversario comenzaba a dar muestras de cansancio. Mourinho hurg¨® en la herida sustituyendo a Callej¨®n por Cristiano, y preparando el terreno para intercambiar papeles. Poco a poco, dej¨¢ndose llevar por las ganas de conseguir un punto, el Levante fue perdiendo sus rasgos caracter¨ªsticos.

Se despleg¨® para atacar pero no se reagrup¨® cuando perdi¨® la pelota. Permiti¨® que sus l¨ªneas se separasen. Alonso comenz¨® a tocar con espacios, y atr¨¢s Ballesteros se fue quedando solo, demasiado rodeado por los espacios vac¨ªos. Fue el momento de ?zil, que entr¨® por Benzema para reventar el partido en los ¨²ltimos diez minutos. Cristiano, a pase de Higua¨ªn, y ?zil por dos veces, culminando dos contragolpes de libro, llenaron el expediente y pusieron rumbo a Estambul.