A Nadal se le atraganta Dimitrov
El espa?ol llega a semifinales tras sufrir 6-2, 2-6 y 6-4 al prometedor b¨²lgaro, que le gana un set y cede entre calambres
Rafael Nadal llega 6-2, 2-6 y 6-4 a semifinales del masters 1000 de Montecarlo, donde le espera el franc¨¦s Tsonga, pero lo que de verdad importa es la tarjeta de presentaci¨®n que le deja Grigor Dimitrov en cuartos: el b¨²lgaro, de 21 a?os, consigue la haza?a de ganarle un set en su pista fetiche (el s¨¦ptimo que pierde Nadal en nueve a?os) y le marea con sus cambios de ritmo y altura. Se juega bajo las nubes y la pista est¨¢ pesada. Al n¨²mero cinco le cuesta mover la pelota. Dimitrov le ciega con los chispazos de sus brillantes golpes, pero el marcador se explica sobre todo a trav¨¦s de las piernas del mallorqu¨ªn, que no le llevan a donde deben ni se flexionan lo suficiente, enmara?ando as¨ª su juego. Nadal gana porque es Nadal, no porque compita a su mejor nivel. En el resultado pesa m¨¢s su leyenda que su tenis.
Resultados y emparejamientos
- Fognini-Gasquet (7-6(0) y 6-2)
- Dimitrov-Nadal (2-6, 6-2 y 6-4)
- Tsonga-Wawrinka (6-1 y 6-2)
- Djokovic-Nieminen (6-4 y 6-3)
Semifinales (s¨¢bado a partir de las 13.00)
- Nadal-Tsonga
- Fognini-Djokovic
Bajo las nubes del cielo de Montecarlo, hablan las raquetas y callan los tenistas. El b¨²lgaro dice muchas cosas con sus tiros: que le sobran clase y golpes, y que sus ojos leen el mapa de los intercambios como solo pueden hacerlo los privilegiados. Su derrota en los primeros cuartos de un master 1000 en su carrera le explica otras muchas cosas: que el tenis tambi¨¦n es sufrimiento, paciencia para no dispararse en los errores no forzados, coraz¨®n para luchar e inteligencia para identificar los peloteos clave. Todo eso lleva a la pista Nadal, que nunca se rinde. Dimitrov afronta el partido a pecho descubierto. Juega de t¨² a t¨² con el tit¨¢n de la arcilla. Ese sufrimiento en los intercambios le cuesta el partido: cuando llega al 4-4 del tercer parcial, siente un calambre, se le nublan las ideas, y paga el tributo del cansancio por haber llevado al mallorqu¨ªn hasta el l¨ªmite. Ah¨ª cede el break y el partido, que es la 80? victoria seguida de Nadal en abril, el primer mes de la gira de arcilla europea, en el que no se inclina desde 2005 (Andreev).
Nadal gana porque es Nadal, no porque compita a su mejor nivel. En el resultado pesa m¨¢s su leyenda que su tenis
Sellar esa estad¨ªstica no es empresa f¨¢cil. Acabada la primera manga, que el n¨²mero cinco disputa brillantemente, el espa?ol juega sin profundidad, no domina los intercambios y se enreda en los errores. Compite descoordinado. Dimitrov deja golpes de gran nivel, pero la racha que le da el segundo parcial (gana 13 de 17 puntos) tiene mucho m¨¢s que ver con los errores de Nadal. El espa?ol parece agobiado. Sorprendido por una situaci¨®n nunca vista: desde que domina en Montecarlo, nunca hab¨ªa perdido un set antes de las semifinales (57-0). Lucha por su 45? victoria consecutiva en el torneo sin parecerse a s¨ª mismo durante un buen pu?ado de juegos.
El segundo set de Dimitrov mejora radicalmente el primero. Ah¨ª Nadal le abre la puerta y ¨¦l compite sin ataduras, despreocupado porque est¨¢ ocurriendo lo l¨®gico, que pierda. El espa?ol cambia de estrategia, empieza a abusar de su t¨¢ctica de tirar contra el rev¨¦s del b¨²lgaro, y se mete en un problema. Desaprovecha dos 0-30 en la segunda manga, un 40-0 para mantener vivo el parcial, y, abocado al set decisivo, parece un punto angustiado. No le da tiempo para la ¨¦pica, para gritar un ¡°?Vamos!¡± y apretar el pu?o. Llega al 3-4 con solo dos puntos al resto en su haber, y tras encajar dos juegos en blanco. Entonces, Dimitrov paga el precio de ir al cuerpo a cuerpo contra el tit¨¢n de la arcilla. Se acalambra y pierde.
Nadal, siempre listo para los grandes momentos, se medir¨¢ ahora contra Tsonga, con el que se jugar¨¢ el pase a la final de Montecarlo. Llegan las rondas decisivas, y Nadal busca al gran Nadal.
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