Los futbolistas dan sosiego al Madrid
Los blancos, muy l¨²cidos, golean a un M¨¢laga con muchas calamidades y aplazan el alir¨®n cul¨¦
En estos d¨ªas de turbulencias en Chamart¨ªn, el Real Madrid encontr¨® sosiego con el f¨²tbol, con el bal¨®n por el medio, con el juego como ¨²nico catalizador. La pelota por encima de los narcisos y sus cuitas. Abucheado Mourinho y ovacionado Iker Casillas, lleg¨® el partido, lo futbol¨ªstico como relato. La hora de los futbolistas y su gente. En lo esencial, Madrid y M¨¢laga despacharon un duelo divertido, trepidante y accidentado, sobre todo para el cuadro de Pellegrini, maltrecho por una merecida expulsi¨®n de Sergio S¨¢nchez ¡ªy una posterior de Demichelis ya con 5-2¡ª, la lesi¨®n de su gran guardameta Willy Caballero y la nulidad de un ¨¢rbitro en la inopia. Tampoco se libr¨® del azote de Cristiano, el lazo de un equipo que jug¨® bien, con un registro poco habitual: activados Modric y ?zil, para lo que suele ser habitual el Madrid tir¨® pases hasta el delirio. Pulveriz¨® al M¨¢laga a la contra, como es sello de la casa, y tambi¨¦n en los ataques est¨¢ticos. Un buen Madrid, inalcanzable para un adversario mod¨¦lico por ganarse en el campo lo que le privan en los despachos.
REAL MADRID, 6 - M?LAGA, 2
Real Madrid: Diego L¨®pez; Nacho, Varane, Albiol, Coentr?o (Fabinho, m. 76); Essien, Xabi Alonso; ?zil, Modric (Di Mar¨ªa, m. 64), Cristiano; y Benzema (Higua¨ªn, m. 68). No utilizados: Casillas; Carvalho, Kak¨¢ y Callej¨®n.
M¨¢laga: Willy Caballero (Kameni, m. 41); Sergio S¨¢nchez, Lugano, Demichelis, Antunes; Camacho; Portillo, Baptista (Iturra, m.27), Isco, Eliseu (Onyewu, m. 76); y Santa Cruz. No utilizados: Duda, Joaqu¨ªn, S. Fern¨¢ndez y Saviola.
Goles: 1-0. M. 3. Albiol. 1-1. M. 15. Santa Cruz. 2-1. M. 26. Cristiano. 3-1. M. 33. ?zil. 3-2. M. 36. Antunes. 4-2. M. 46. Benzema. 5-2. M. 63. Modric. 6-2. M. 91. Di Mar¨ªa.
?rbitro: Gil Manzano. Expuls¨® con roja directa a Sergio S¨¢nchez (m. 21) y por doble amarilla a Demichelis (m. 73). Amonest¨® a Iturra, Cristiano y Santa Cruz.
53.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Protagonista sin querer por la censura del m¨¢nager a Pepe, Albiol no tard¨® en ponerse bajo los focos. Y para bien. A los tres minutos, este central silencioso y profesional, cumplidor cuando se le requiere, cabece¨® el primer c¨®rner de los blancos, ejecutado por Modric. Un mazazo para los de Pellegrini, zarandeados todo el curso por un sinf¨ªn de calamidades. Pero Isco dio un do de pecho y el Madrid se pertrech¨® m¨¢s a la caza de un contragolpe. Pellegrini prefiri¨® reforzar el macizo central de su ataque con Baptista y Santa Cruz en detrimento de Joaqu¨ªn. Con Isco al viol¨ªn, bien auxiliado por Portillo, el M¨¢laga encontr¨® la recompensa por la misma v¨ªa que su oponente. Un saque de esquina lanzado por el propio Isco fue cabeceado por Lugano en el primer palo y remachado por Santa Cruz en el segundo.
La respuesta local fue contundente. Al Madrid le tocaba remar en el territorio que menos domina, medirse a un rival que le concede la iniciativa. De forma inopinada, el equipo tuvo lucidez sin necesidad de v¨¦rtigo. Al toque de Alonso, Modric, ?zil y Benzema, pase a pase y siempre con Cristiano a la vista, los blancos encontraron accesos hacia Caballero. Trenzaba y trenzaba el Madrid, y muy bien, y muy arriba. Hasta que ?zil conect¨® con Cristiano, un tit¨¢n, que irrumpi¨® en el ¨¢rea como un regimiento y Sergio S¨¢nchez le fren¨® con un enganch¨®n. Penalti y expulsi¨®n. Ah¨ª empez¨® el calvario malaguista. Una noche torcida. Para colmo, Caballero rechaz¨® con el pie el remate centrado de Ronaldo, pero el pie izquierdo del portero, suspendido en el aire, sin apoyos, se retorci¨® por el impacto. Willy qued¨® lastimado. El meta argentino reclam¨® al ¨¢rbitro que detuviera el juego. Ni caso. Los jugadores del Madrid no se apercibieron y en la continuaci¨®n de la jugada Camacho cort¨® una jugada de Benzema dentro del ¨¢rea. La pelota sali¨® en direcci¨®n a Caballero, que se hab¨ªa puesto en pie a duras penas. El colegiado, el mismo que no hab¨ªa indultado a Willy, le castig¨® con un libre indirecto por una cesi¨®n que no fue tal y que se lanz¨® donde no se deb¨ªa. Cristiano revent¨® la red, con la barrera dislocada, y anot¨® su gol 200 con el Madrid al grito de ¡°yo aqu¨ª, yo aqu¨ª¡±.
M¨¢s que nunca, Alonso, Modric y ?zil tiraron y tiraron pases, con CR como tit¨¢n
Demasiados infortunios para los de Pellegrini, que con diez recurri¨® a Iturra por Baptista. Para acentuar su desconsuelo, el Madrid le pill¨® en una contra descomunal, con Cristiano a todo gas, inalcanzable. El portugu¨¦s filtr¨® la pelota para ?zil, que resolvi¨® en el ¨¢rea como si fuera un buitre. Donde abundan las tiritonas, el alem¨¢n se fren¨® en seco, despej¨® a un adversario con un recorte sigiloso y, sin precipitaci¨®n, ajust¨® el disparo. Un golazo. Mucha clase. Como el que anot¨® poco despu¨¦s Antunes, que alivi¨® la tormenta justo antes de que Willy no pudiera m¨¢s con su tobillo y le sustituyera Kameni, que se tom¨® lo suyo para acicalarse como portero. Todo lo contrario que Cristiano, que no se demora casi nunca. En un suspiro, mientras los malaguistas reclamaban un fuera de juego que no pareci¨®, ret¨® cara a cara a Kameni, vio por el rabillo a Benzema y generoso le invit¨® al gol.
Los de Pellegrini acabaron con nueve y su guardameta titular lesionado
Destartalado el M¨¢laga, el segundo tiempo fue una fiesta para los madridistas, que se dieron un fest¨ªn muy democr¨¢tico, con goles de seis jugadores diferentes, solo alterado por la lesi¨®n de ?zil a ¨²ltima hora. Nada le hac¨ªa m¨¢s falta al club que un banquete de f¨²tbol, lo que de verdad le da sentido y le puede garantizar un futuro prometedor. El f¨²tbol de los futbolistas, los que anoche dieron sosiego a una instituci¨®n desquiciada por un entrenador de salida, convertido en s¨ª mismo en un campo de minas. Con Mourinho a otra cosa, los jugadores brindaron con su p¨²blico y aplazaron el alir¨®n azulgrana. No hay mejor discurso que el buen f¨²tbol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.