Al Zaragoza se le escapa un tren

El Zaragoza perdi¨® una oportunidad ¨²nica para dar un gran paso hacia la salvaci¨®n. Lo evit¨® el Levante, superior en el juego, disminuido en el segundo acto por la expulsi¨®n de Diop. Resisti¨® numantinamente el conjunto granota para salvar un punto con orgullo y que le supone casi definitivamente el permanecer una nueva temporada en Primera, algo que se antoja complicado para un Zaragoza justo, plano y falto de ambici¨®n, solo mostrada al final.

Quiso el Levante espantar fantasmas. Pr¨¢cticamente salvado, el equipo granota pretende distanciarse con holgura del descenso y evitar m¨¢s pol¨¦micas despu¨¦s de las sospechas sobre su reciente encuentro contra el Deportivo. Desde entonces, Mun¨²a ha dejado la porter¨ªa y Juanlu ha desaparecido de las convocatorias, al igual que Ballesteros en los dos ¨²ltimos partidos.

Para disipar dudas, el Levante comenz¨® con ¨¢nimo el encuentro. El Zaragoza, al que no le val¨ªan especulaciones, se vio superado por la mayor intensidad y el mejor despliegue granota. Iborra y Diop impon¨ªan su poderoso f¨ªsico en el centro del campo mientras Michel se dedicaba a repartir juego a Pedro R¨ªos y Valdo, que desbordaban una y otra vez por las bandas a sus marcadores. Solo Apo?o intentaba templar el atribulado juego aragon¨¦s, directo y simple. Para el conjunto de Manolo Jim¨¦nez el partido se convirti¨® en un ejercicio de resistencia.

Pasado el sometimiento inicial, el Zaragoza comenz¨® a coger las medidas al terreno de juego, a ocupar con racionalidad los espacios y a alejar el esf¨¦rico del ¨¢rea de Roberto, que vivi¨® una primera media hora al borde de la taquicardia, aliviado porque el ¨¢rbitro no considerara punible una mano de Jos¨¦ Fern¨¢ndez dentro del ¨¢rea y que el linier apreciase que Acquafresca se encontrara en posici¨®n de fuera de juego en un remate que se aloj¨® en la porter¨ªa ma?a. El Levante se qued¨® en el casi, lo que le viene sucediendo desde la deserci¨®n de Martins.

El Zaragoza dio un paso adelante, con la complacencia del Levante, al que no le importa esperar. Poca cosa. Con el freno de mano puesto, le costaba un mundo asomarse al balc¨®n de Keylor Navas, que vivi¨® un primer acto pl¨¢cido, apenas inquietado por un par de faltas laterales botadas con cierta intenci¨®n por Apo?o. El conjunto aragon¨¦s, al que no le sobra nada, atenazado por la situaci¨®n, se march¨® al descanso satisfecho con lo poco expuesto, feliz con el marcador igualado.

Tal vez contaba Manolo Jim¨¦nez, experto en situaciones l¨ªmite, en lo impredecible que resulta el f¨²tbol, en que sucediese alguna circunstancia favorable en el juego, en alg¨²n accidente que decantara el partido hacia sus intereses. Y se produjo pasados los primeros cinco minutos de la reanudaci¨®n, cuando el Levante hab¨ªa arrancado con la misma intenci¨®n que comenz¨® el encuentro. Diop result¨® expulsado tras elevar la pierna derecha y golpear con el pie la cara de V¨ªctor Rodr¨ªguez. El senegal¨¦s no ten¨ªa intenci¨®n pero la acci¨®n result¨® temeraria.

Al Zaragoza ya no le quedaba excusa alguna. Con superioridad num¨¦rica, espant¨® el miedo. Le falt¨® determinaci¨®n y f¨²tbol, algo dif¨ªcil de encontrar a estas alturas de temporada cuando el abismo asoma. La primera ocasi¨®n ma?a lleg¨® tras un despeje de Navarro hacia su porter¨ªa, que evit¨® Keylor Navas. Resisti¨® el Levante ante un impotente Zaragoza que solo al final se dio cuenta de que le iba la vida en el partido. Y el Ciutat de Val¨¨ncia se lo record¨® con c¨¢nticos de ¡°a Segunda¡±.