La Real no se corta en Sevilla

Mantiene la Real Sociedad su espl¨¦ndido pulso con el Valencia por la ¨²ltima plaza que da acceso a la Liga de Campeones. Lo hizo despu¨¦s de una primera parte soberbia y una segunda en la que tir¨® de oficio. M¨¢s que suficiente para doblegar a un Sevilla digno, aunque lejos ahora de su mejor versi¨®n. La Real sigue cuarta y el Sevilla destila mediocridad. Se aleja de Europa al mismo tiempo que env¨ªa se?ales de agotamiento, de falta de recursos ante rivales que, hoy por hoy, sencillamente son mejores. Como esta magn¨ªfica Real, viva, joven, en una fant¨¢stica plenitud. En su excelente ejercicio, se vio incluso beneficiada por dos decisiones arbitrales que perjudicaron al Sevilla. Un penalti a Cala y un incre¨ªble fuera de juego pitado a Medel cuando estaba solo ante su compatriota Bravo.

La Real sobrevivi¨® al buen inicio del Sevilla y tuvo el temple de los buenos equipos, aquellos que desarrollan su juego por encima de un resultado adverso, sabiendo esperar su oportunidad y jam¨¢s renunciando a su estilo. Al Sevilla no se le puede negar su fe, pero tiene errores groseros en defensa que le acaban condenando. El mejor ejemplo fue el segundo gol de la Real, con un bal¨®n al ¨¢rea rematado por Agirretexe ante la pasividad de una zaga descolocada y de escasa calidad. Los andaluces pelearon el empate hasta el final, aunque con mimbres como Stevanovic o Bab¨¢ resulta muy complicado, sobre todo cuando Negredo no tiene su d¨ªa. La gloria, por ahora, se encuentra lejos de Nervi¨®n.

Da gusto ver jugar a la Real. Del centro del campo en adelante es un equipo din¨¢mico y valiente, con un delantero, Agirretxe, en un espl¨¦ndido momento de forma. A las gotas de calidad que destila este equipo se le une un alto grado de madurez, necesaria para afrontar un partido de mucho cuajo, en casa del Sevilla, despu¨¦s de que el Valencia metiera toda la presi¨®n del mundo despu¨¦s de su triunfo ante el Getafe. Porque el equipo andaluz se ha movido con mucha irregularidad a lo largo de la temporada, pero en casa compite siempre, va de verdad y tiene ese impulso que le mete un entrenador que no se rinde nunca, como es Emery.

Por eso el Sevilla inici¨® el partido de forma desatada, con una intensidad que desarbol¨® los buenos prop¨®sitos realistas. Rakitic meti¨® en una y otra porter¨ªa, hasta que Agirretxe hizo el segundo. Hubo acercamientos por uno y otro lado. Gan¨® la Real, exultante, mientras el consejo sevillista ahogaba los gritos de protesta de su afici¨®n subiendo los decibelios de la megafon¨ªa. Son los tiempos que corren en el Sevilla, alejados de la gloria vivida hace tan solo tres a?os. Ahora la felicidad se instala en un grupo de jugadores de poco nombre pero con un espl¨¦ndido porvenir. El futuro es de equipos tan estupendos como esta Real.