Sir Wiggins no est¨¢ a punto

Sir Bradley Wiggins fracas¨® en el Giro. Mostr¨® un miedo cerval e irracional en los descensos. Se cay¨®. Se golpe¨® la rodilla. Enferm¨®. Se retir¨® congelado y derrotado con una semana de antelaci¨®n. ¡°Para preparar mejor el Tour¡±, dijo. Para afrontar mejor, tambi¨¦n, el problema Froome, la decisi¨®n de su equipo, soberano, de que ¨¦l, el hombre del elefante amarillo en 2012, deber¨ªa ponerse al servicio del traidor cobarde que estuvo a punto de robarle su tesoro.

Pasadas dos semanas, Wiggins ni ha superado el miedo, ni la pulmon¨ªa, ni el dolor de rodilla ni el problema Froome. Hoy ha anunciado que renunciaba, que no participar¨ªa en el pr¨®ximo Tour (sale de Porto Vecchio, en C¨®rcega, el s¨¢bado 29), que ced¨ªa sin luchar el dorsal n¨²mero uno a Christopher Froome, su compatriota y poco amigo.

El llamado problema Froome parec¨ªa haberse resuelto muchos meses antes. Sin embargotro, otro sir, Dave Brailsford, el inventor y estratega jefe del Sky, el equipo llegado para cambiar el ciclismo, hab¨ªa decidido en noviembre, y de acuerdo con Wiggins, que en 2013 tocaba a Froome ir a por el amarillo, mientras el ganador del 2012 asumir¨ªa el papel de gregario de lujo. La forma de exponer el acuerdo a los medios, de todas maneras, dejaba entrever que ni los malosentendidos del a?o pasado (la subida a Peyragudes, donde Froome se fue tras Nibali) ni la disponibilidad del sir en el 2013 hab¨ªan sido plenamente discutidos.

Evans volvi¨® para defender su t¨ªtulo y? luchaba para terminar octavo. Si no puedo estar al 110%, mejor no estar¡±. Bradley Wiggins

¡°?C¨®mo ayudar¨¢ Wiggins a Froome en el Tour? Como Froome le ayud¨® a ¨¦l, peg¨¢ndose a su rueda y aprovech¨¢ndose de sus errores, si se producen¡±, explic¨® el 18 de noviembre en The Times Shane Sutton, uno de los entrenadores de Wiggo. ¡°Ser¨¢ nuestro as en la manga, como el a?o pasado pero al rev¨¦s. Brad har¨¢ un gran Tour. Seguir¨¢ a sus rivales durante tres semanas y capitalizar¨¢ cualquier error que cometan. Es Froome el que tiene la responsabilidad¡±. Y a?adi¨®: ¡°Froome no hizo nada por Brad el pasado Tour. Se limit¨® a ir a rueda de Brad. Todo el trabajo en cabeza lo hicieron Porte y Rogers¡±.

En tiempos de turbaci¨®n conviene siempre volver a los cl¨¢sicos. Al propio Wiggins, por supuesto, todo un cl¨¢sico de 33 a?os que ya anticip¨® sabiamente lo que estos d¨ªas est¨¢ sucediendo el oto?o pasado en su ¨²ltimo libro, justamente titulado Mi Tiempo, as¨ª, como refiri¨¦ndose a un tiempo ya pasado, cerrado. Unos meses de 2012 que englobaron los tres grades d¨ªas de su vida deportiva, tres, insuperables, irrepetibles, momentos: en los Campos El¨ªseos de amarillo; tocando la campana de inauguraci¨®n de los Juegos de su Londres; en el sill¨®n del palacio de Enrique VIII con el oro ol¨ªmpico de la contrarreloj colgando del cuello. Y un cuarto el ¨²ltimo d¨ªa del a?o, la creaci¨®n de manos de la reina Isabel del caballerazgo de Wiggo, un mod de Kilburn, un barrio obrero del Londres interminable, una magnificaci¨®n de sus glorias deportivas.

Un tiempo que muchos llamaron The Golden Year. Su tiempo para ofrecer las claves de la decisi¨®n anunciada hoy: ¡°No quiero ser Miguel Indurain, regresando todos los a?os al Tour hasta el fracaso, hasta darse cuenta del fin de su reino. Por muchas razones no quiero volver al Tour nunca m¨¢s. No lo necesito: siempre tendr¨¦ mi victoria de 2012. No s¨¦ si a¨²n tendr¨¦ el apetito, el deseo que alimenta los sacrificios necesarios. No lo s¨¦ y no me importa. Me podr¨ªa retirar ma?ana mismo completamente feliz con lo que he conseguido. Y si volviera al Tour sin pasi¨®n, o mal preparado, ser¨ªa un desastre. El Tour pasado contempl¨¦ c¨®mo Evans, que hab¨ªa vuelto para defender su t¨ªtulo, luchaba para terminar octavo. Eso no me vale. Si no puedo estar al 110%, mejor no estar¡±.