C¨®rcega le presta amor a Contador
Dos a?os despu¨¦s, tras cumplir la suspensi¨®n por dopaje, el espa?ol regresa al Tour como el agitador contra la monoton¨ªa del Sky y Froome
Quien necesitara una imagen de la melancol¨ªa hermosa solo ten¨ªa que entrar en un viejo dos h¨¦lices en el aeropuerto de Niza y su bruma, y mirar al frente, donde, apoyada contra la puerta del piloto, la azafata morena de Air-Corsica y sus ojos verdes donde sumergirse en la tristeza sin fondo mira ausente. Solo al bajar la escalerilla despu¨¦s de abrir la portezuela y solo despu¨¦s de tener que cerrar los ojos fuerte contra el sol salvaje que abrasa el pobre aeropuerto de Figari, ya en su isla, sonri¨® la azafata, que hab¨ªa pasado de la bruma al amor, como Ren¨¦e, que es corsa pero le gusta hablar italiano y le gustar¨ªa llamarse Renata y hace juegos de palabras. ¡°V¨¦lo [bicicleta en franc¨¦s] es Love, es amor¡±, dice po¨¦tica en su oscura oficina de responsable de equipaje perdido en el aeropuerto. Y despu¨¦s confiesa: ¡°Pero estoy harta ya del Tour y de tantas maletas como trae la gente que desbordan el aeropuerto, y de tantas bicicletas¡±. Pero en sus ojos brillantes y oscuros como su piel no hay tristeza en la que sumergirse. En C¨®rcega un mediod¨ªa de verano, con ese sol, no hay d¨®nde ponerse triste, podr¨ªa decir su eslogan tur¨ªstico, y seguramente lo firmar¨ªa Alberto Contador, que vuelve al Tour.
¡°El ganador de este a?o habla ingl¨¦s¡±, ha dicho el director de la ronda, Prudhomme
Del suyo, del crack espa?ol, se podr¨ªa decir que es tambi¨¦n un viaje de la melancol¨ªa al amor. De las brumas grises de los Alpes en la ¨²ltima Dauphin¨¦ y las dudas de los que le ve¨ªan al sol de C¨®rcega, tan fuerte al mediod¨ªa que mata tambi¨¦n las sombras. Al comienzo de la ¨²ltima grande boucle en la que particip¨®, la de 2011, lleg¨® el chico de Pinto como n¨²mero uno, como ¨²nico ganador en activo (y dos veces seguidas), como encarnaci¨®n del Tour, que arranca ma?ana con una etapa llana de 213 kil¨®metros, entre Porto-Vecchio y Bastia. A su retorno despu¨¦s de la suspensi¨®n por el clembuterol y de la desposesi¨®n del Tour de 2010, le recibe una declaraci¨®n inquietante de Christian Prudhomme, el director de la carrera, en el peri¨®dico local ¡ª¡°el ganador de este Tour habla ingl¨¦s¡±, lee, y sonr¨ªe internamente, pues ¨¦l ya habla ingl¨¦s aun con acento de Pinto¡ª, y una marea de periodistas anglosajones ¡ªtantos australianos e ingleses¡ª que no le persiguen a ¨¦l: al que le toca este a?o mirar a la masa con ojos de no ver nada es a un keniano rub¨ªsimo y delgad¨ªsimo, con tipo de tubo de pasta dent¨ªfrica y unos ojos azul¨ªsimos llamado Chris Froome.
Lo que empez¨® a crecer en la ausencia de Contador con Brad Wiggins ha fermentado con Froome, y eso ya se lo esperaba Contador, pues en todas las ¨²ltimas entrevistas que le han hecho siempre le preguntaban lo mismo: ?Y c¨®mo se siente no siendo el favorito? ?C¨®mo se siente viendo que todo el mundo solo habla de Froome? Y a Contador esa pregunta le dejaba melanc¨®lico, si no triste, un recuerdo de lo que fue, un recordatorio de lo que ya no era a los ojos de muchos. Y as¨ª iba ayer su primera conferencia de prensa hasta que entendi¨® que detr¨¢s de esa pregunta se escond¨ªa una esperanza, una subpregunta, algo as¨ª: el m¨¦todo Sky es un aburrimiento, el Tour de Wiggins fue el m¨¢s pe?azo de la historia, le necesitamos, Contador, ?ser¨¢ usted el ¨²nico que pueda romper la monoton¨ªa y el conformismo? Echamos tanto de menos sus ataques en monta?a, sus provocaciones y contraataques¡ Y Contador responde que s¨ª, que por supuesto, que ¨¦l ser¨¢ el emboscado de todos, que conf¨ªen¡ Y sus ojos oscuros como los de Renata brillan como solo pueden brillar en C¨®rcega, y con amor, que lo necesitaba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.