Histeria por los reventones

Dicen que en el f¨²tbol los partidos m¨¢s atractivos a ojos del aficionado son los m¨¢s detestados por los entrenadores, que se ponen de los nervios cuando el terreno de juego se convierte en un correcalles. Eso tambi¨¦n ocurre en la F¨®rmula 1 e incluso en mayor grado, al tratarse de una disciplina en la que el factor humano debe interactuar irremediablemente con el tecnol¨®gico. La cara de p¨¢nico de Adrian Newey, director t¨¦cnico de Red Bull, sentado en el muro a media carrera, reflejaba perfectamente la incertidumbre y el suspense que se instalaron en Silverstone, escenario de la octava prueba de un Mundial que de sopet¨®n ha aumentado de voltaje y donde, por decirlo de alguna manera, pincharon todos menos Nico Rosberg, Mark Webber y Fernando Alonso, los tres que por este orden terminaron en el podio. En un Gran Premio que te¨®ricamente deb¨ªa darle un buen empuj¨®n a Sebastian Vettel, el tricampe¨®n alem¨¢n termin¨® condenado por un problema mec¨¢nico que le hizo abandonar, en la misma medida que Alonso recibi¨® una revitalizadora dosis de ox¨ªgeno en la clasificaci¨®n mundial que le habr¨¢ sentado de maravilla.

La histeria se apoder¨® de los t¨¦cnicos de las escuder¨ªas cuando por televisi¨®n comenzaron a ver estallar compuestos. El primero y m¨¢s dram¨¢tico fue el de Lewis Hamilton, que arranc¨® desde la pole y march¨® en cabeza hasta el octavo giro, momento del revent¨®n. Los mensajes de radio dejaban claro que nadie sab¨ªa qu¨¦ estaba ocurriendo, aunque pronto comenzaron a tomarse precauciones para tratar de aislar el problema. Desde todos los garajes sin excepci¨®n, los ingenieros ordenaron a sus pilotos para que estos se mantuvieran alejados de los pianos, ante la sospecha de que en alguno de ellos pudiera haber alg¨²n perfil punzante que pudiera cortar el caucho.

Situaciones l¨ªmite como esta ofrecen detalles curiosos del proceder de unos y otros. Red Bull, por ejemplo, demuestra unos mecanismos de lo m¨¢s llamativos. Pocos minutos despu¨¦s de realizar Vettel su primera parada, Newey ya ten¨ªa en sus manos una fotograf¨ªa de uno de los neum¨¢ticos desechados del RB9, en la que se pod¨ªan leer dos mensajes escritos: ¡°Alejarse de los pianos y aumentar presi¨®n¡±. Con ello, la escuder¨ªa energ¨¦tica trat¨® de reducir un poco el riesgo de pinchar, por m¨¢s que esta vez fue otro componente el que fall¨®.

Tengo sensaciones encontradas. Hemos de recuperar terreno r¨¢pido¡± Fernando Alonso

Baby Schumi ten¨ªa la batuta a 11 vueltas para la bandera de cuadros y se dispon¨ªa a negociar una frenada anterior a un viraje a la izquierda cuando el motor de su prototipo subi¨® de vueltas antes de que el cambio de marchas quedara clavado en punto muerto. Vettel abord¨® la recta principal, aparc¨® en uno de los l¨ªmites de la pista y regres¨® andando al taller, una secuencia id¨¦ntica a la que sigui¨® el a?o pasado en Monza, su ¨²ltimo abandono hasta ahora. Sin su compatriota en el horizonte y nada m¨¢s retirarse el coche de seguridad, Rosberg dirigi¨® un reba?o de lo m¨¢s alterado y con varios leones enjaulados. En ese terreno, Alonso y Webber fueron los m¨¢s voraces y terminaron acompa?ando en el podio al corredor de Mercedes, que acumula dos triunfos en las tres ¨²ltimas citas.

Si el australiano tuvo que merendarse a casi toda la parrilla para poder subirse al caj¨®n, al espa?ol le penaliz¨® una salida calamitosa y la ¨²ltima aparici¨®n del coche de seguridad (vuelta 42), que se produjo inmediatamente despu¨¦s de reincorporarse ¨¦l. ¡°Hemos tenido mucha suerte porque terminamos terceros y no nos han afectado los problemas de neum¨¢ticos que s¨ª han sufrido otros¡±, convino el asturiano, encantado por haberle recortado un buen trecho al l¨ªder en la general, pero decepcionado por el rendimiento de su Ferrari.

¡°Me voy de aqu¨ª con sensaciones encontradas. Ha habido domingos en los que he perdido puntos pero me fui del circuito siendo m¨¢s optimista que hoy. Tenemos que recuperar el terreno y hacerlo r¨¢pido¡±, alert¨® Alonso a la Scuderia, consciente de que el domingo que viene toca correr en el trazado de N¨¹rburgring, en el Gran Premio de Alemania, y apenas hay tiempo para nada.