A Europa de golazo en golazo

El factor mental es clave en el f¨²tbol. Los partidos se ganan a veces con el coraz¨®n y tambi¨¦n con el empuje de la hinchada. De eso anduvo sobrada la Real para sacar adelante su partido contra el Olympique de Lyon, un grande de Europa. Pero las grandes victorias, aquellas que colocan a los equipos entre los privilegiados de la Liga de Campeones, se consiguen fundamentalmente desplegando un buen f¨²tbol. Y de esto la Real tambi¨¦n derroch¨® casi todo. Aunque vino de Francia con la eliminatoria muy a su favor (0-2), el cuadro realista agrand¨® su figura con un juego digno de los mejores campeones.

Una salida intimidadora del Olympique, un comienzo demasiado condescendiente de la Real, estaba previsto en el guion. Dos equipos en su papel. Los franceses, apremiados por las prisas y la necesidad de remontar un resultado muy desfavorable de la ida; los donostiarras, excesivamente retrasados, pero sin perder la compostura. Pero las urgencias de aquellos trajeron las oportunidades para estos. Una arrancada de Seferovic por la izquierda, alternando el puesto con Griezmann, permiti¨® hilvanar un contragolpe de libro que el jugador franc¨¦s quiso resolver como mandan las grandes ocasiones, con una vaselina que cay¨® como un copo de nieva en las manos de Lopes.

Los de Arrasate consiguieron equilibrar el choqe en cuanto Xabi Prieto, Zurutuza y Griezmann comenzaron a recibir balones. La consigna era aprovechar la endeblez defensiva y la querencia atacante de los franceses. En cuanto los blanquiazules tomaron la pelota, despert¨® la genialidad de Vela y Seferovic. Zurutuza traz¨® un pase al mexicano, que busc¨® un desmarque casi en el ¨¢rea peque?a, burl¨® al portero con un pase elevado a Seferovic, pero su cabezazo se encontr¨® con un defensa, el ¨²nico obst¨¢culo que ten¨ªa delante. Despu¨¦s llegaron sendos disparos, muy ajustados, de Vela y Griezmann, y un posible penalti al mexicano.

Una apisonadora que unas veces entraba por la derecha con Vela; tambi¨¦n por la izquierda con Griezmann y siempre con un Seferovic que se ofrece y cae a las bandas para abrir huecos, con la repetidora preparada para ajusticiar. La Real reencontr¨® su f¨²tbol, oblig¨® al Olympique a tomar m¨¢s precauciones, alejarse de las zonas donde Grenier, Benzia y Gourcuff se encuentran c¨®modos y son muy peligrosos. Y puso al descubierto las carencias defensivas del Lyon. Hab¨ªa que evitar el desorden y poner en pr¨¢ctica la orden de la pizarra de Arrasate: ¡°Salimos de cero¡±.

Se esperaba la salida en tromba del Olympique en la segunda mitad, un equipo que otrora paseaba su potencial en la Champions, que fue bestia negra del Real Madrid y ganaba los campeonatos de su pa¨ªs de carril. Pero fue la Real la que sigui¨® con el mismo comportamiento tras el descanso, superior al rival, con m¨¢s alternativas, y m¨¢s valientes, para buscar la porter¨ªa contraria.

A Gourcuff, sus seguidores solo le vieron lanzando desde la esquina. Fue el jugador franc¨¦s que mejores ocasiones cre¨®¡­ para la Real. Cuando el Lyon sub¨ªa en un c¨®rner, los blanquiazules ten¨ªan preparada su estrategia para salir por los tres carriles del campo hacia la porter¨ªa rival. As¨ª lleg¨® un zarpazo de Seferovic, con un martillo en la bota izquierda, que dio en el poste tras una veloz triangulaci¨®n a la contra de Bergara y Vela. Y otro lanzamiento del delantero suizo tras una carrera por relevos entre Vela y Griezmann.

Hasta que lleg¨® el m¨¢s listo de la clase, el pillo, el futbolista m¨¢s inteligente, un jugador que emplea la picard¨ªa y la intuici¨®n en todos sus movimientos. En un c¨®rner, Vela, uno de los jugadores m¨¢s chatos del campo, se alz¨® en el ¨¢rea peque?a, desafiando a tres gigantones defensores y al portero, para cabecear el primer tanto del partido. Y cuando Anoeta celebraba con palmas y c¨¢nticos su regreso a la Copa de Europa diez a?os despu¨¦s, Vela logr¨® el segundo. De vaselina (la tercera vez que lo intentaban as¨ª los blanquiazules) tras una poderos¨ªsima cabalgada, un cambio de ritmo zigzagueante que dej¨® tirados a tres defensas franceses. Solo pod¨ªa terminar con una genialidad as¨ª.