Adi¨®s, ¡®mu?eca¡¯
La posesi¨®n de la pelota deja de ser indispensable para el juego singular del Barcelona del Tata Martino


El Rayo tuvo m¨¢s tiempo la pelota que el Bar?a: 51% por 49%. Aunque el f¨²tbol se explica m¨¢s a partir de las sensaciones que de los n¨²meros, hay indicativos que sirven para analizar la evoluci¨®n del juego. Ninguno como el de la posesi¨®n en el Barcelona. A excepci¨®n del amistoso de M¨²nich ante el Bayern de Guardiola, los azulgrana siempre hab¨ªan tenido m¨¢s el bal¨®n que el rival desde el 7 de mayo de 2008, cuando el decadente equipo de Rijkaard homenaje¨® al Madrid. Han sido 316 partidos desde aquel 4-1, en los que el Bar?a ha construido un relato con el culto al cuero, desmesurado de acuerdo a los resultadistas, irrenunciable seg¨²n los rom¨¢nticos.
A pesar de que las cifras resultan contradictorias en Vallecas, y algunas son favorables al Bar?a, como las de la Liga y Catalunya R¨¤dio (56%-44%), la constante en los ¨²ltimos partidos es que ya no precisa siempre la pelota, ha dejado de ser un equipo desnudo sin el bal¨®n, puede tener menos posesi¨®n ante contrarios como el Rayo, tercero de Europa el a?o pasado en el ranking con un 58,13% frente al 63,62 del Bayern y el 69,13 del Bar?a. Ninguno de los azulgrana considera que haya vulnerado el libro de estilo sino que la mayor¨ªa entiende que se adaptan a una necesidad futbol¨ªstica. Incluso se ofenden cuando se les pregunta si el equipo no se estar¨¢ desnaturalizando desde que le obsesiona dejar de ser previsible para volver a ser competitivo,
En Vallecas, tuvieron menos bal¨®n que el rival por primera vez desde 2008
Las opiniones de los jugadores abonan la incertidumbre. Acabado el partido del mi¨¦rcoles ante el Ajax (4-0), Cesc afirm¨®: ¡°En la primera parte no supimos entender el encuentro¡±. Una manifestaci¨®n sorprendente si se atiende a que el juego del Bar?a se inspir¨® en el campe¨®n de Holanda. Igualmente reveladora fue la conclusi¨®n de Messi: ¡°A veces hay que estar cerraditos e ir a la contra¡±. Los azulgrana ya no quieren ser protagonistas y llevar la iniciativa sino que han llegado a la conclusi¨®n de que se puede ganar m¨¢s y mejor sin tener siempre el bal¨®n.
El f¨²tbol del Bar?a no se entend¨ªa hasta ahora sin la pelota, indispensable incluso en la preparaci¨®n f¨ªsica. El juego se organizaba a partir del pase y el toque, del control y la pausa, de la asociaci¨®n y la combinaci¨®n, de los tri¨¢ngulos o del tercer hombre, del rondo. El efecto del pase multiplicador generaba situaciones de superioridad cuando silbaba el cuero. No hab¨ªa m¨¢s secreto para conservar la pelota y ordenarse que el juego de posici¨®n que se practicaba a diario hasta que se automatizaban los movimientos. La obra cumbre se reflej¨® en el podio del Bal¨®n de Oro de 2010 ¡ªMessi, Iniesta y Xavi¡ª y la exhibici¨®n de los centrocampistas en el Mundial de clubes de 2011.
Los de Martino pierden encanto a cambio de ser m¨¢s pr¨¢cticos y convencionales
Mengu¨® la fiabilidad del Bar?a, fuerte contra los d¨¦biles y d¨¦bil contra los fuertes, hasta que la esterilidad dio paso al escarnio de abril con el 7-0 global contra el Bayern. Espantados, los azulgrana han dejado de elaborar y reculan ante adversarios que le disputan el bal¨®n. Vald¨¦s ya no juega con el pie ni se le valora por los mano a mano sino que en Vallecas no solo par¨® mucho sino que sac¨® en largo hasta 20 veces, 16 sin tino; los centrales no cambiaron de orientaci¨®n sino que despejaron; Messi y Neymar seleccionaron sus esfuerzos para ser decisivos; ya no se presion¨® en bloque sino que se premi¨® m¨¢s la recuperaci¨®n y llegada que el juego. No se defiende ni se descansa con el cuero desde hace d¨ªas sino que se da un pase atr¨¢s, reculan las l¨ªneas y se mezcla la marca individual con la zonal en la estrategia, debilitada por la falta de altura desde la salida de Tour¨¦, Keita y Abidal. El f¨²tbol se concentra sobre todo en las ¨¢reas para suerte de los solistas y penaliza a los jugadores de equipo como Xavi, santo y se?a del estilo, como lo fue Guardiola. Aunque desde puntos diferentes, el juego siempre parti¨® del centro del campo. Ocurre que los medios son diferentes y hoy no est¨¢ clara la jerarqu¨ªa entre Xavi, Iniesta, Cesc y hasta Song.
El riesgo que corre el Bar?a es que se convierta en un equipo m¨¢s convencional con la diferencia de tener a Messi. No ser¨ªa extra?o que siguiera el mismo camino del club, que ha perdido singularidad y encanto a cambio de dinero para que el equipo sea m¨¢s competitivo. Y podr¨ªa ser tambi¨¦n que Martino tratara en el fondo de refrescar al plantel con las rotaciones, a¨²n a riesgo de que se discuta del estilo y fomente la confusi¨®n, a fin de que los mejores lleguen en plenitud cuando se jueguen los t¨ªtulos. As¨ª que ahora se tratar¨ªa de no descontar puntos, ser pragm¨¢ticos y no perder la paciencia, hasta que el Bar?a vuelva a ser reconocible como Bar?a y la pelota regrese como la mu?eca que siempre fue en el Camp Nou.
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