Novak Djokovic acecha a Nadal

As¨ª son los campeones de ¨¦poca, as¨ª compiten los deportistas que sobreviven al paso del tiempo. Como Novak Djokovic. Cuando el serbio se pone a celebrar el Masters 1000 de Par¨ªs-Bercy (7-5 y 7-5 sobre David Ferrer, que goz¨® de break de ventaja en los dos parciales y sac¨® en ambos casos para ganarlos) hace mucho m¨¢s que festejar su t¨ªtulo 40 y su victoria 200 en los torneos de la categor¨ªa. Firma una declaraci¨®n de guerra. Grita a los cuatro vientos que extender¨¢ hasta el ¨²ltimo d¨ªa del curso la pelea que le enfrenta a Rafael Nadal por ocupar el n¨²mero uno del mundo cuando acabe la temporada. Dice, por si alguien ten¨ªa dudas ¡ªy s¨ª, las hab¨ªa¡ª, que con 26 a?os aun sigue creyendo en que todo es posible. Desde que perdi¨® la final del Abierto de Estados Unidos, y luego el trono del tenis, el serbio ha celebrado los tres torneos que ha disputado (Pek¨ªn, Shangh¨¢i y Par¨ªs-Bercy), sumando 17 victorias seguidas a caballo de las semifinales de la Copa Davis. Casi nada.

Djokovic persigue el n¨²mero uno, que considera suyo. Por ahora, sus ambiciones est¨¢n en manos de Nadal. Seg¨²n la ATP, dos victorias del espa?ol en la Copa de Maestros, que arranca hoy (C+ y Tdp), aseguran el trono para el mallorqu¨ªn, independientemente de lo que haga Nole en Londres y luego en la final de la Copa Davis (Serbia-Rep¨²blica Checa). Si el espa?ol solo cuenta con una victoria en su casillero, entonces el serbio debe ganar invicto el t¨ªtulo en Londres y a?adir dos triunfos individuales en la lucha por la Ensaladera. Si Nadal no gana ning¨²n partido a los maestros, aumenta el margen de maniobra del serbio, que a¨²n as¨ª necesitar¨ªa imponerse en Londres. Dif¨ªcil. Con un campe¨®n como ¨¦l, para nada imposible.

Lo sufri¨® en sus carnes Ferrer, el n¨²mero tres del mundo, que compiti¨® a la altura del dorsal. El alicantino propuso un partido a cara de perro, duro en las formas, ag¨®nico en el fondo. Su primera rotura lleg¨® tras una dejada inspirad¨ªsima que sell¨® un largu¨ªsimo intercambio hecho de 37 golpes, una barbaridad estad¨ªstica cuando se trata de un partido en pista dura y bajo techo. Fue el aviso de lo que estaba por venir. En la defensa del t¨ªtulo conquistado en 2012, Ferrer puso cada mol¨¦cula de energ¨ªa, cada gota de sudor, cada gramo de fuerza disponible en su cuerpo. El premio a su tit¨¢nico esfuerzo, a sus derechazos, a sus recuperaciones impensables, fue verse 5-3 arriba en los dos sets que compusieron la final. El castigo a sus carreras, el precio de su desgaste, el tributo a esos metros de m¨¢s que corri¨® frente al serbio ¡ª2.062 por 1994 ya a mediados del partido¡ª, fueron las malas decisiones de cada final de parcial, fruto del agotamiento. En los momentos cumbres, Ferrer dud¨® entre levantar un muro o protagonizar arriesgadas acciones. Djokovic, que ya se hab¨ªa dado cuenta de que no le iban a llegar ataques por el lado del rev¨¦s paralelo, impuso entonces su mayor capacidad de desborde, su mayor clase pura, el talento y el instinto de los tenistas llamados a dejar huella en la historia. Como dijo Ferrer: ¡°No estar bien contra ¨¦l en los momentos clave se paga¡±. Y a?adi¨® sobre esas pelotas que se le escaparon por los pasillos: ¡°He cometido errores porque el partido estaba muy ajustado, es normal ante los mejores¡±. ¡°En los momentos importantes no logro ganarles, pero lo importante es pelear¡±.

La pelea fue muy dura, y a la postre ingrata. El valor en la lucha, su pasi¨®n por la competici¨®n, merecieron el reconocimiento de Djokovic, que se vio varias veces contra las cuerdas. ¡°Fue un partido muy dif¨ªcil para m¨ª¡±, dijo el campe¨®n, que castig¨® duramente los segundos saques de Ferrer (el serbio sum¨® el 52% de esos puntos), y acab¨® por llevarse el 44% de los peloteos disputados con el servicio del espa?ol, toda una condena para el n¨²mero tres del mundo. ¡°Fue muy duro. Me enfrent¨¦ a uno de los mejores competidores del circuito, a alguien que nunca se rinde. Fui paciente y jugu¨¦ agresivo¡±.

As¨ª se despidi¨® Nole de Par¨ªs, ya camino de Londres. Con un trofeo m¨¢s en el palmar¨¦s. Manteniendo viva la lucha por el n¨²mero uno. Con el orgullo magullado en Nueva York de nuevo lanz¨¢ndole por el camino de la caza de los grandes t¨ªtulos.