El Atl¨¦tico sobrevive a un vendaval

Intensidad, circulaciones de bal¨®n vertiginosas del Villarreal, algunas contras da?inas del Atl¨¦tico, pocas. Juego subterr¨¢neo y pierna dura por igual. F¨²tbol competitivo en El Madrigal con los dos equipos del campeonato que m¨¢s claro tienen a qu¨¦ juegan, aunque se impuso la propuesta local. Una tralla de partido por las revoluciones a las que se jug¨®, sin tregua, con choque de trenes en cada bal¨®n suelto. Uno y otro conjunto en su verdad. El de Marcelino, picado por ese gol tempranero que encaj¨®, obligado a desatar un torrente de juego para desmontar a un rival que padeci¨® mucho, como nunca en esta Liga. Lo lograron los locales y encontraron premio con el empate en un partido que dominaron con una descarga de f¨²tbol brutal, pero que se le puso r¨¢pido en contra.

Le cruji¨® la cintura Juanfran a Cani a los dos minutos y su rosca la empuj¨® de cabeza a su propia porter¨ªa Mario ante la llegada de Koke. Despu¨¦s del gol, el equipo de Simeone, comprobando el vendaval que se le ven¨ªa encima, adopt¨® su formaci¨®n cl¨¢sica de resguardo, ese 4-4-2 con la pareja de delanteros por detr¨¢s de la l¨ªnea de un centro del campo que apenas pudo estirarse. Pocos equipos le han traqueteado tanto al Atl¨¦tico de lado a lado con circuitos de bal¨®n tan vivos y precisos. Y en medio de r¨¢fagas de toques cortos y da?inos, Bruno, mand¨®n, orillado ligeramente a la izquierda para evitar el ahogue que le ten¨ªa preparado Simeone con sus mediocentros. Desde all¨ª, Bruno imprimi¨® una velocidad endiablada al bal¨®n. Siempre buscando romper l¨ªneas, con Cani, Uche y Jonathan Pereira col¨¢ndose en los espacios libres para prolongar y no disminuir esos inicios de juego mete¨®ricos. El brazalete parece acompa?ar la madurez de Bruno, que ya no es solo aquel jugador blando de buen toque. El mediocentro, no solo juega y hace jugar, e incluso se puso imperial con un par de sombreros en el medio del campo y un ca?o a Gabi que se?alan qui¨¦n gobierna un partido. Tambi¨¦n va a hora a todas el capit¨¢n amarillo, como dej¨® constancia la venda de su cabeza tras un testarazo de Ra¨²l Garc¨ªa en una pelota a¨¦rea. Que los dos equipos quer¨ªan marcar territorio con o sin bal¨®n bien lo demostr¨® el propio Bruno devolvi¨¦ndole el golpe con el codo en la siguiente jugada.

Si el Villarreal crec¨ªa a partir de Bruno y los culebreos de Cani, muy suelto en el regate y en las paredes, el Atl¨¦tico tuvo que encomendarse a Gabi para sostenerse. Por momentos, tuvo que comportarse el capit¨¢n rojiblanco como una especie de l¨ªbero en el medio del campo para levantar un dique muy agujereado durante toda la tarde.

Bruno, imperial para dirigir, ya no solo tiene un buen toque, sino que va a todas

No pod¨ªa estirarse el Atl¨¦tico, muy bien controlado Diego Costa en los balones largos por Gabriel, que se llev¨® el honor de haber sido el primer central de este curso con el que no ha podido el goleador hispano brasile?o. Se le anticip¨® por abajo y por arriba Gabriel, ganador reconocible del duelo cuando Costa fue sustituido. Se las tuvieron tiesas, en lo que rememor¨® uno de esos viejos duelos de ariete frente a central. Tampoco hubo muchas noticias de Villa, que qued¨® desconectado. Nunca tuvo el Atl¨¦tico el control del partido y padeci¨® llegadas a granel que produjeron un disparo de Cani que silb¨® la escuadra de Courtois, un disparo cruzado de Pereira y unos cuantos pases sin rematador.

Sin God¨ªn, Alderweireld, aunque estuvo blando en el gol, medio aguant¨® el chaparr¨®n. No sucedi¨® lo mismo con Ins¨²a, al que primero sac¨® de punto Hern¨¢n P¨¦rez, ayudado por Mario, y despu¨¦s Aquino. La agresividad de los laterales del Villarreal para atacar la pelota en la presi¨®n y desplegarse hablaron de su ambici¨®n. El tanto del empate lleg¨® por esa banda izquierda del Atl¨¦tico que defend¨ªa Ins¨²a. Cuerpe¨® mejor Perbet que Alderweireld, que hab¨ªa ido al cruce, y el franc¨¦s puso un bal¨®n atr¨¢s que punte¨® Juanfran a medio palmo de su compa?ero Courtois.

El tanto premi¨® al equipo que m¨¢s da?o ha hecho al Atl¨¦tico con la pelota en lo que va de temporada. Lo movi¨® de costa a costa y lo someti¨® a un asedio del que pudo sacar un punto, pero tambi¨¦n haberse llevado la segunda derrota de la temporada.