La victoria que no cesa

Ya no hay jornadas de tr¨¢mite para el Madrid de Laso, ya no hay partidos prescindibles en el Palacio, ya no hay nadie que se quiera perder a un equipo de r¨¦cord y de leyenda que ha convertido cada una de sus actuaciones en un espect¨¢culo muse¨ªstico y en un evento social. El conjunto blanco alarg¨® su idilio con la fiesta y la enciclopedia alcanzando su 28? victoria consecutiva frente el Galatasaray. Lo hizo con r¨¢fagas brillantes y un esfuerzo por momentos agon¨ªstico, entre la fluidez y la espesura. Lo hizo sostenido por el m¨²sculo y la fibra de Darden y Slaughter, dos de los habituales secundarios que pusieron en valor el repertorio de una plantilla infinita. Entre parroquianos y devotos, 11.347 espectadores se apuntaron a otro cap¨ªtulo del equipo imbatible en el que sigue decretado el estado de optimismo.

En los proleg¨®menos del partido, el Madrid presumi¨® de trabajo de cantera, de relevo generacional y de estado de felicidad de la secci¨®n. El equipo j¨²nior, campe¨®n el pasado domingo del prestigioso torneo de L¡¯Hospitalet, recibi¨® el homenaje de su afici¨®n y se fotografi¨® con sus mayores. All¨ª estaban los chicos de Paco Redondo con Jonathan Barreiro, Kasibabu, Wally Niang, Santi Yusta, Emanuel Cate y compa?¨ªa para demostrar el lustre del baloncesto madridista. El primer equipo respondi¨® con otro triunfo, sufrido como varios de los ¨²ltimos.

Los minutos de tanteo demostraron que, incluso al trantr¨¢n, el conjunto de Laso era, por calidad y cantidad, muy superior a su rival turco. Sin embargo, la falta de br¨ªo no era suficiencia sino desgaste como se demostr¨® m¨¢s adelante. En pleno despegue de los locales (20-11, m. 8), el ¨²nico contratiempo para el subcampe¨®n de Europa fueron las dos faltas tempraneras que, como ya le ocurriera en Zaragoza, acumul¨® un destemplado Mirotic. Pero enfrente, sin Mensah Bonsu y con Arroyo y Domercant lejos de sus mejores d¨ªas, la ¨²nica amenaza del Galatasaray result¨® ser Macvan. El p¨ªvot serbio se anim¨® a rememorar sus buenas actuaciones ante el Madrid durante su etapa en el Partiz¨¢n, comenz¨® a hacer faena en la pintura y, en compa?¨ªa de su compatriota Erceg, aprovech¨® sus minutos de inspiraci¨®n para penalizar cierta galbana de los blancos con un parcial de 0-11 (20-22, m. 11).

Fue entonces cuando apareci¨® Sergio Rodr¨ªguez, la imagen de marca, el cartel promocional, la esencia y el esp¨ªritu de este equipo. El Chacho, reluciente como sus zapatillas de estreno, agit¨® la noche y espole¨® a los suyos a base de carreras e inventiva. De blanco y oro, con torer¨ªa y decisi¨®n, el base canario celebr¨® su ampliaci¨®n de contrato hasta 2018 firmada en la v¨ªspera con otra r¨¢faga de videoteca. En apenas siete minutos firm¨® nueve puntos, un rebote y dos asistencias y recoloc¨® el equilibrio de fuerzas (45-33, m. 20). No bast¨® como otras veces para sentenciar la contienda.

Con el paso de los d¨ªas y la prolongaci¨®n de la racha de imbatibilidad, el Madrid ha perdido frescura f¨ªsica y mental. Se permite par¨¦ntesis de dispersi¨®n en los que se destensa en defensa, pierde el rebote y se espesa en su sprint, pero, con m¨¢s fatiga y menos excelencia, a los de Laso les basta con los automatismos y la inercia de una rotaci¨®n inagotable para doblegar a sus oponentes por inspirados que est¨¦n. Se destap¨® de nuevo el gigant¨®n Erceg que firm¨® el partido de su vida (24 puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias) y con su buena mano desde el per¨ªmetro volvi¨® a ajustar el marcador (47-44, m. 23), pero un rato de aplicaci¨®n defensiva, con Darden y Slaughter crecidos en la faceta reboteadora, y otra dosis de magia de Sergio Rodr¨ªguez fue suficiente para que los locales se despegaran de nuevo. El trabajo silencioso de Felipe y la metralleta epis¨®dica de Carroll sirvi¨® para allanar el camino a los blancos. Un alley-oop entre El Chacho y Slaughter y un triple a tabla del base canario firmaron el 66-52 con el que se lleg¨® al final del tercer acto. Pero no acabaron ah¨ª tampoco los sobresaltos.

Sigui¨® percutiendo el Galatasaray, hurgando en el agotamiento blanco y haciendo la goma en el marcador. Un triple de Arslan coloc¨® el 80-76 a falta de 3m 34s para el final. Pero el Madrid gestion¨® la inquietud, estiro el aliento y prolong¨® una racha que por momentos parece una condena a ganar. El siguiente en intentar derrotarle ser¨¢ el Fuenlabrada.