Sochi ensalza el orgullo ruso
El presidente Vladimir Putin apenas recibe unos t¨ªmidos silbidos en una ceremonia inaugural muy patri¨®tica y que abre unos Juegos marcados por las cr¨ªticas internacionales al gobierno
M¨¢s all¨¢ de lo largas y abrumadoras que son todas las inauguraciones ol¨ªmpicas, con sus efectos especiales, las sorpresas, los momentos sentimentales y la m¨²sica atronadora, la de en Sochi miraba directamente al palco, a Vladimir Putin, el presidente que ha provocado un malestar mundial por la ley que proh¨ªbe lo que su gobierno llama propaganda homosexual en Rusia. Abandonado por algunos de sus colegas de poder, como Barack Obama, David Cameron y Angela Merkel como gesto de protesta, aunque cobijado por otros dirigentes nacionales, y hasta cuestionado por Google, que en su logotipo de este viernes homenajeaba al colectivo gay con los colores del arco¨ªris y una frase de la Carta Ol¨ªmpica.
Por eso era importante ver qu¨¦ hac¨ªa el p¨²blico, que a¨²n no llenaba el estadio pero casi, cuando el mandatario fue presentado. Fue muy al principio de una ceremonia que se alarg¨® durante tres horas. Aplausos, pero no atronadores, y unos silbidos muy aislados y que probablemente no llegaron a su destinatario. Ni al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ni al presidente chino, Xi Jiping, ni al del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, el alem¨¢n Thomas Bach, ni al del Comit¨¦ Organizador, que hace unos d¨ªas se descolg¨® con esa frase de que en Sochi no hay gais y que fue silbado de una forma m¨¢s rotunda ya hacia el final de la gala, pero tambi¨¦n minoritaria.
No se sabe si fue un gui?o, pero los organizadores hab¨ªan recurrido antes a T.a.t.u., el d¨²o de cantantes rusas que se hizo famoso a finales de los noventa por protagonizar v¨ªdeos con toques l¨¦sbicos. Como si recuperar un grupo bastara para acabar con tanto malestar no solo en la sociedad rusa, sino tambi¨¦n con gran sonoridad fuera de sus fronteras. Aunque en Sochi de momento no ha habido ning¨²n gesto de protesta, Mosc¨² ya los vivi¨® el verano pasado cuando varios atletas declararon su rechazo a la ley rusa y otros, como la saltadora Emma Green, lo demostraron pint¨¢ndose el arco¨ªris que simboliza la lucha por los derechos de los gais en las u?as.
El desfile result¨® disminuido comparado con el que abre los Juegos de Verano, lo que lo hace tambi¨¦n m¨¢s ligero sobre todo porque para entonces la noche ya era g¨¦lida.
Javier Fern¨¢ndez fue el abanderado espa?ol de una delegaci¨®n compuesta por 20 deportistas y que tiene en el sorprendente patinador a su mejor opci¨®n de medalla en una cita con poca tradici¨®n nacional. Por encima del mejor representante espa?ol tambi¨¦n sobrevol¨® la pol¨¦mica. A pregunta de un periodista en una entrevista, Javier Fern¨¢ndez aconsej¨® a los gais que ¡°se cortaran¡± en Sochi y le llovieron las cr¨ªticas de diversos organismos. ?l no tard¨® en asegurar que se le hab¨ªa ¡°malinterpretado¡± y acab¨® pidiendo perd¨®n.
Al margen de los detalles pol¨ªticos, la ceremonia fue una tormenta patri¨®tica, con la bandera rusa por todos lados, incluso formada por ni?os luminosos y proyectada en humo sobre el techo. Con efectos sorprendentes, como esa retirada del mar ante el avance de los soldados. Con 3.000 bailarines, m¨²sicos, acr¨®batas e incluso astronautas sobre una pista de hielo. Con las estrellas al final, portando la antorcha: la tenista Maria Sharapova (que vivi¨® varios a?os en Sochi), la pertiguista Yelena Isinbayeba (embarazada), el m¨ªtico luchador Alexander Karelin, la gimnasta Alina Kabaeba, la patinadora Irina Rodnina y el jugador de hockey Vladislav Tretyak, m¨¢s orgullo ruso para la apertura de estos Juegos de Invierno envueltos en la pol¨¦mica y considerados los m¨¢s caros de la historia. Fue un momento diferente a lo habitual, porque Tretiak y Rodnina llevaron la antorcha (que en noviembre hab¨ªa viajado a la Estaci¨®n Espacial Internacional) fuera del estadio, a un pebetero en el Parque Ol¨ªmpico de Sochi, cerca de las aguas del Mar Negro. De este modo acabaron 123 d¨ªas del relevo ol¨ªmpico m¨¢s largo de la historia (65.000 kil¨®metros, desde la Estaci¨®n Espacial, el Polo Norte y el Lago Baikal; 14.000 relevistas) y se encendi¨® la llama ol¨ªmpica de Sochi.
Unos Juegos que re¨²nen a unos 6.000 deportistas de 88 pa¨ªses, 87 inscritos oficialmente, ya que los atletas indios compiten bajo la bandera ol¨ªmpica debido a que su comit¨¦ ol¨ªmpico nacional est¨¢ suspendido temporalmente por injerencias pol¨ªticas.
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