El ¡°encargo¡± del Everest
Araceli Segarra fue la primera espa?ola en hollar la cima del mundo, en 1996, como parte de una expedici¨®n que rodaba un documental
Un ¡°encargo profesional¡± se convirti¨® en 1996 para Araceli Segarra (Lleida, 1970) en la ocasi¨®n de pasar a la historia como la primera espa?ola, y 37? mujer, que pis¨® la cima del planeta, los 8.848 metros del Everest. La catalana formaba parte de un equipo internacional de alpinistas que rodaba un documental con c¨¢mara Imax. ¡°No era un reto alpin¨ªstico, no aportaba nada nuevo al monta?ismo¡±, admite Araceli, que revive su experiencia en el libro Ni tan alto ni tan dif¨ªcil (editorial Bridge, colecci¨®n La Galera). Del Everest le queda su nombre inscrito en la historia y tambi¨¦n la sensaci¨®n de que aquel resplandor de la cumbre le hizo perderse y marchar por caminos que no le convenc¨ªan.
Araceli creci¨® admirando a Nadia Comaneci. De ah¨ª salt¨® a la espeleolog¨ªa con 15 a?os y luego al esqu¨ª y a la escalada. Coron¨® en 1992 el Shisha Pangma, se diplom¨® en Fisioterapia y lleg¨® esa llamada para rodar en el Everest con un grupo en el que se encontraba tambi¨¦n Jamling Tenzing Norgay, hijo del sherpa que holl¨® con Edmund Hillary el techo del mundo en 1953. Araceli recuerda c¨®mo Jamling rezaba en la cima en recuerdo a su padre. ¡°El Everest fue sobre todo emocionante¡±, dice. ¡°Fui con la ilusi¨®n no de escalarlo, sino de hacer un documental. Como no era el estilo que m¨¢s me gusta en la monta?a, saqu¨¦ la emoci¨®n del rodaje. Era algo que no hab¨ªa hecho nunca. Filmar fue menos complicado y diferente de lo que me pensaba. Era un documental, no una historia de ficci¨®n, no hab¨ªa maquillaje, peluquer¨ªa ni dobles. Te levantabas y sal¨ªas. Nadie te ped¨ªa que fueras algo diferente a un alpinista. Represent¨¢bamos nuestra propia naturaleza¡±. Un prototipo especial de la c¨¢mara Imax, de 24 kilos, era desmontado y repartido en cinco mochilas en las espaldas de los porteadores. Algunas tomas, claro, hab¨ªa que repetirlas, y entonces tocaba subir y bajar el mismo tramo.
Subir al Everest me hizo perderme luego, desviarme de lo que quer¨ªa hacer
En paralelo a ese documental se vivi¨® tambi¨¦n una pel¨ªcula con final tr¨¢gico, las muertes que narra Jon Krakauer en su libro Mal de altura tras el descenso de la cima el 10 de mayo. Araceli encontr¨® luego cad¨¢veres en su camino. ¡°Pero no pod¨ªamos abandonar dejando la idea de que el Everest es un lugar donde la gente muere. Quer¨ªamos subir¡±, explica. Con necesidad de ox¨ªgeno artificial, eso s¨ª. ¡°Yo no quer¨ªa, pero despu¨¦s de la tragedia entend¨ª que ya est¨¢bamos cansados de sufrir. Era una expedici¨®n pesada por la filmaci¨®n, no era subir y bajar. Acept¨¦ el ox¨ªgeno, aunque me sent¨ª decepcionada por usarlo. Me hab¨ªa hecho unas ilusiones¡±.
¡°En la cima del mundo no se siente mucho. Es curioso. Es en el proceso de dos meses de la expedici¨®n cuando pasan cosas y eso no se puede cambiar por media hora en la cumbre¡±. ?Y luego? ¡°El Everest me hizo perderme un poco. Por muchas razones. Porque lo que te rodea a veces exige algo de ti y te alejas de lo que quieres, te dejas llevar por peticiones externas, por las expectativas sobre ti. Hab¨ªa una voz interna, un runr¨²n, un sentimiento que me dec¨ªa que no estaba bien. Me di cuenta de que no hac¨ªa lo que sent¨ªa¡±. Se dej¨® llevar por el espect¨¢culo, por el gancho medi¨¢tico de los ochomiles. ¡°Luego recuper¨¦ el camino. Para m¨ª el atractivo estaba en otros tipos de ascensos. Desgraciadamente, parece que el mundo del monta?ismo se rige por los ochomiles, cuando muchos grandes himalayistas no se encuentran ah¨ª¡±. Araceli acudi¨® al Kanchenjunga y al K2, y luego sali¨® de esa rueda para viajar a Ir¨¢n, Mali, Canad¨¢, L¨ªbano, Patagonia; ha sido conferenciante e ilustradora de los cuentos infantiles Los viajes de Tina; ayudante de c¨¢mara en el cine, Discovery Channel y National Geographic; ha participado en programas de televisi¨®n¡
¡°Ahora me siento a gusto escalando en roca, en hielo. Disfruto de esa soledad¡±, comenta Araceli Segarra. ¡°Que me reconozcan o no me da igual. Escalo sin ning¨²n inter¨¦s por ser protagonista. No me promociono. Si me conocen es por el Everest¡±.
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