Diego Costa y la mirada de la calle
El delantero, que desafi¨® a Terry en la ida, espera ma?ana un Chelsea m¨¢s abierto
No se hab¨ªan cumplido 10 minutos de juego en el Vicente Calder¨®n cuando Diego Costa aguardaba de espaldas, cerca de la frontal del ¨¢rea, para recibir un bal¨®n. La pelota le lleg¨® a media altura y not¨® la rodilla de John Terry en sus costillas. Al notar el impacto, el delantero del Atl¨¦tico se gir¨® y le sostuvo la mirada al capit¨¢n del Chelsea durante unos segundos en los que el tiempo pareci¨® detenerse. Aislados de todo durante esos instantes, ni uno ni otro pesta?earon. Fue uno de esos desaf¨ªos para marcar territorio que no necesitan de palabras ni de aspavientos. Fue una mirada callejera, desafiante, de ojos clavados. Con ninguno de los dos dispuesto a rebajarse ante ese volc¨¢n de expresividad muda. No hubo vencedor. ¡°Fue para com¨¦rmelo¡±, bromea Costa, que recuerda perfectamente el lance porque entiende que no fue con un jugador cualquiera.
Los dos entendieron ese agresivo di¨¢logo visual a la perfecci¨®n, y reconocieron los c¨®digos de los duelos de toda la vida entre un central y delantero. Terry escupi¨® al suelo y sigui¨® a lo suyo, retrocediendo para recuperar la posici¨®n con aires de viejo cacique de ¨¢rea y la mirada al frente, avisado por la mirada retadora que desprend¨ªan los ojos de Costa de que estaba ante un delantero al que descubri¨® irreverente. El goleador rojiblanco tambi¨¦n percibi¨® la misma sensaci¨®n guerrera de su contrincante cuando se fue hacia ¨¦l y provoc¨® un choque de pectorales que fue correspondido con firmeza por Terry. Fue una especie de envite entre dos machos alfa para dirimir qui¨¦n gobernaba el ¨¢rea. Uno m¨¢s viejo y resabiado (33 a?os), seguro de s¨ª mismo por mil batallas vividas de ese cariz macarr¨®nico; el otro con la intenci¨®n de hacerse respetar en su primer a?o en primera l¨ªnea del escaparate del f¨²tbol internacional.
Ambos reconocieron los c¨®digos de los duelos de siempre entre delantero y central
¡°Para Diego Costa esta semifinal es un pasito m¨¢s en su crecimiento y en su carrera¡±, asegura Tiago, una especie de consejero del hispanobrasile?o. ¡°Ante este tipo de partidos no necesita motivaci¨®n, tiene una ilusi¨®n enorme¡±, abunda el mediocentro portugu¨¦s. No tiene claro Costa si ma?ana se ver¨¢ las caras con Terry, aunque en el Atl¨¦tico piensan que s¨ª jugar¨¢. En cualquier caso, espera otro partido de mucho contacto tanto con Cahill o con David Luiz si finalmente Terry no juega. ¡°Son muy duros por arriba¡±, esboza mientras camina por la hierba del Calder¨®n despu¨¦s de atender a una televisi¨®n que patrocina la gira del club por Sudam¨¦rica de este verano. ¡°No estoy nervioso, es un partido lindo, vamos a jugar y a disfrutar¡±, asegur¨®.
En la ida, tanto Cahill como Terry le sometieron a un estrecho marcaje. El planteamiento de Mourinho, que no concedi¨® espacios para el contragolpe, le oblig¨® a jugar mucho de espaldas. Fue una pelea constante con los dos centrales por ganar la posici¨®n. ¡°El partido va a ser distinto, creo que tienen que salir un poco m¨¢s, pero si no lo hacen buscaremos la forma porque tenemos elementos para hacer algo grande¡±, responde Costa cuando se le pregunta por la defensa del Chelsea.
No tuvo reparo el goleador hispanobrasile?o en aclarar otra situaci¨®n que se dio cuando abandonaba el Calder¨®n al t¨¦rmino del partido de ida y que tiene que ver con su futuro por el empe?o que tiene Jos¨¦ Mourinho en ficharle. Por motivos de seguridad, los seguidores del Chelsea a¨²n permanec¨ªan en las gradas cuando le vieron caminar hacia la salida del estadio que se encontraba justo debajo de sus localidades. La hinchada blue core¨® ¡°Te veremos el a?o que viene¡± y fue correspondida con su saludo. ¡°No entend¨ªa, escuchaba mi nombre y salud¨¦, pero aqu¨ª estoy muy feliz¡±, dijo antes de se?alar a la primera fila, donde se encontraban el director deportivo, Jos¨¦ Luis P¨¦rez Caminero, el consejero del club, Clemente Villaverde, y el presidente, Enrique Cerezo. ¡°Ah¨ª esta el presidente, preguntadle a ver si quiere que est¨¦ aqu¨ª m¨¢s o no¡±, brome¨®.
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