El cuento de la lechera del Espanyol
El equipo de Aguirre sigue con su ca¨ªda al vac¨ªo y pierde ante un Valladolid que estrecha la tabla
Hace un par de meses el Espanyol se relam¨ªa con la opci¨®n de ir a Europa, pragm¨¢tico con el bal¨®n, ¨¢spero en defensa y definitivo en el ¨¢rea rival. Pero, perdidas las se?as de identidad por el camino, anda ahora el equipo en el lodazal o en el estercolero como advirti¨® la semana pasada el t¨¦cnico Aguirre de lo m¨¢s irritado. Todo un cuento de la lechera el del Espanyol, que se destartal¨® en Zorrilla para dar aire a un rival directo ¡ªla semana pasada lo hizo con el Almer¨ªa y la pr¨®xima se mide con Osasuna para cerrar el curso en el Bernab¨¦u¡ª; alborozo de un Valladolid que aprieta la tabla. As¨ª, la angustia periquita ya es toda una realidad.
VALLADOLID, 1 ¨C ESPANYOL, 0
Valladolid: Jaime; Rukavina, Valiente, Mitrovic, Pe?a; Larsson, V¨ªctor P¨¦rez (Baraja, m. 88), Rossi (Rueda, m. 71), ?scar; Guerra y Manucho (Jeffren, m. 68). No utilizados: Mari?o; Omar, Rama y Osorio.
Espanyol: Casilla; Ra¨²l Rodr¨ªguez, Colotto, Moreno, Fuentes; David L¨®pez, V¨ªctor S¨¢nchez; Pizzi, ?lez Fern¨¢ndez (C¨®rdoba, m. 60), Sim?o (Lanzarote, m. 66); y Sergio Garc¨ªa. No utilizados: Germ¨¢n; Sidnei, Capdevila, V¨ªctor ?lvarez y Abraham.
Goles: 1-0. M. 20. Rukavina marca con un chut raso desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez. Mostr¨® la cartulina amarilla Pizzi, Rossi, Moreno. Doble amarilla a Pizzi (m. 73).
Estadio Zorrilla. Unos 18.000 espectadores.
Reclamaba ?lex Fern¨¢ndez turno en el equipo, casi siempre revulsivo de mentirijilla porque sirve para guardar el cuero, para repartirlo m¨¢s que para acelerarlo. Y jug¨® ante el Valladolid como recambio del sancionado Stuani, excelente frontera para los nervios y la ansiedad, jugador que otorga la flema que exige Sergio Garc¨ªa para ganarse luego las habichuelas. Dominador del cuerpo y del espacio como pocos, al 9 parece que cualquier pelota le vale. Como ese pase interior de Sim?o que se acomod¨® en el v¨¦rtice del ¨¢rea chica para sacar un zapatazo que cruz¨® con veneno. Pero Jaime, habitual sospechoso porque no ofrece demasiada seguridad, puso los pu?os a tiempo. No fue su mejor parada, toda vez que al abrirse el partido, el mismo Sergio baj¨® un bal¨®n que nadie quer¨ªa y se hizo un autopase para picarla ante la salida del portero. Pero Jaime puso la cara, a lo Bruce Harper, el entregado pero m¨¢s que discreto jugador de la serie ?liver y Benji.
No propuso demasiado el Valladolid, m¨¢s all¨¢ de intensidad, hambre y carreras. Pero con eso, aunado con la movilidad de Larsson, el juego de entrel¨ªneas de Javi Guerra y la cabeza de Manucho ¡ªprob¨® dos veces a Casilla sin ¨¦xito¡ª, le alcanz¨® para descontar a un rival que amas¨® el bal¨®n sin ideas. Tampoco tuvo, en cualquier caso, fiabilidad defensiva el Espanyol, que cometi¨® un error de alevines a la salida de un saque de banda. Esf¨¦rico al ¨¢rea, rechazo y nadie en el borde del ¨¢rea para evitar la segunda jugada. Y por ah¨ª apareci¨® Rukavina, que lleg¨® desde atr¨¢s y golpe¨® con fiereza con el empeine, raso y ajustado al palo, directo a gol.
Obsesionados los dos equipos con no perder el cuero en el inicio de la jugada, sobre todo porque ambos realizaron la presi¨®n adelantada, el esf¨¦rico se resisti¨® a ir por bajo, a buen seguro mareado y abollado de tantos patadones. Ni siquiera la pausa de ?lex bastaba para enlazar tres pases seguidos. Al menos al inicio, porque cuando el Valladolid flaque¨® en sus fuerzas, el Espanyol logr¨® elaborar algo de f¨²tbol, siempre pendiente de los movimientos de Sergio Garc¨ªa, el mejor buscador de pepitas de oro en la Liga. Pero no le llegaron balones, sobre todo porque el partido estaba donde quer¨ªa el Valladolid, con muchas interrupciones y poco ritmo. Tiempo para C¨®rdoba, un rebelde con causa sobre el c¨¦sped.
Tampoco fue la soluci¨®n para los blanquiazules, con el Valladolid tirando de la triqui?uela, con faltas t¨¢cticas y p¨¦rdidas de tiempo, por m¨¢s que lamentara la lesi¨®n de Manucho, que se torci¨® la rodilla al caer de un salto en el que le desequilibr¨® David L¨®pez. Toda una monta?a de hielo para el Espanyol, que se qued¨® con 10 porque el colegiado entendi¨® que Pizzi sac¨® la mano a paseo, que ya no inquiet¨® a Jaime ¡ªsolo un disparo desde fuera del ¨¢rea de Lanzarote¡ª y que ahora, despu¨¦s de sumar un punto de 18, mira hacia abajo con una angustia que jam¨¢s pens¨® que tendr¨ªa.
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