La jugada que salva al juego
Argentina a¨²n no se encontr¨® como equipo y Messi a¨²n no se encontr¨® con el f¨²tbol, hay que llevarle el bal¨®n a domicilio
Argentina a¨²n no se encontr¨® como equipo y Messi a¨²n no se encontr¨® con el juego. Mientras Argentina aparece, a Messi le basta con una jugada para demorar el debate sobre el funcionamiento del equipo y para confirmar su condici¨®n de genio. Bosnia, Ir¨¢n y Nigeria no son una unidad de medida para saber las posibilidades de Argentina en el Mundial, pero precisamente por esa raz¨®n cada partido parec¨ªa una buena oportunidad para que el equipo creciera hasta la altura de los desaf¨ªos que encontrar¨¢ a partir de octavos. Mi sensaci¨®n es que Sabella sale del laboratorio hecho un l¨ªo.
Porque hasta ahora, se ha destacado Romero como h¨¦roe por su partido ante Ir¨¢n, y no por ayudar a alcanzar la gloria sino por evitar el fracaso. Y el campeonato ha consagrado a Messi como salvador por ejercer de crack espor¨¢dicamente. Hay un buen n¨²mero de jugadores que han perdido confianza por no encontrar todo lo que buscan. Higua¨ªn busca los espacios con la inteligencia de siempre, pero no encuentra el gol; Ag¨¹ero busca la pelota con desesperaci¨®n, pero no se encuentra con Messi para crear la atractiva y eficaz sociedad que esper¨¢bamos; Di Mar¨ªa busca auxiliar con la generosidad f¨ªsica de siempre, pero no se encuentra con la pelota para darle profundidad al juego. Ellos son los alrededores de Messi y no se puede dudar de su categor¨ªa.
Hacia atr¨¢s, Mascherano cumple con las obligaciones con la puntualidad de siempre y Gago intenta darle fluidez al juego jugando a uno y dos toques. Si es encontrando a Messi, mejor, pero a Leo lo marcan como al genio que es y adem¨¢s busca espacios vac¨ªos caminando, y todos sabemos que hasta para desmarcarse hay que saber enga?ar con todos los medios que el f¨²tbol autoriza: acelerando y frenando, amagando ir para terminar volviendo, pidi¨¦ndola al pie, pero tambi¨¦n al espacio... Caminando es imposible que nada de eso ocurra. Su falta de movilidad contrasta con la claridad mental y la calidad muscular que requiri¨® la maniobra de su extraordinario gol en el minuto 91. Pero lo cierto es que a Leo hay que llevarle el bal¨®n a domicilio y eso atenta contra toda posibilidad de sorprender. Messi salva la nota con prodigios individuales que s¨®lo est¨¢n a su alcance. Los dem¨¢s, pagan con falta de espacios la falta de din¨¢mica y eso termina asfixiando el juego colectivo.
En defensa hay poco que reprochar. Conceder un par de ocasiones por partido entra dentro de lo posible a¨²n ante rivales modestos, pero siempre mundialistas. Adem¨¢s, no es por la defensa que Argentina apuntaba al campeonato. Pedirle a los del fondo que proyecten a la Selecci¨®n hacia la excelencia no es realista. Con que cumplan, alcanza.
?Por d¨®nde empezar a construir un equipo competitivo? ?C¨®mo responder a tantas expectativas? ?C¨®mo ganarse el respeto de los rivales? ?C¨®mo disimular la falta de din¨¢mica, de juego, de gol...? Hasta ahora, la respuesta a todas las preguntas es una sola: Messi. Pero el nombre que ilusiona a los argentinos y deslumbra al mundo, frustra al entrenador, que pretende que el equipo sea s¨®lido detr¨¢s de Leo para hacerlo sentir seguro y tenga movilidad delante de ¨¦l para darle opciones de asociaci¨®n. Si el entrenador logra esas respuestas colectivas podremos confiar en el juego, de lo contrario habr¨¢ que seguir esperando la jugada del 10.
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