Los goles del Tri tambi¨¦n se gritan en Estados Unidos
La comunidad mexicana en Chicago celebra el triunfo de la Selecci¨®n de M¨¦xico sobre Croacia
Paul tiene ocho a?os, viste un jersey verde, el de la Selecci¨®n Mexicana. Naci¨® en Chicago, y sus padres en el Distrito Federal. Mira atento una pantalla de 90 pulgadas en Casa de Michoac¨¢n, un centro comunitario de apoyo a inmigrantes y actividades culturales situado en Pilsen, el barrio mexicano m¨¢s grande de la ciudad. ¡°Quiero que gane M¨¦xico¡±, dice seguro antes de posar sonriente para una fotograf¨ªa.
Chicago es la tercera ciudad con m¨¢s habitantes de origen mexicano de EE UU despu¨¦s de Los ?ngeles y Houston. Y Pilsen, el barrio paradigm¨¢tico para la comunidad local, tiene el nombre de una comunidad checa porque de ah¨ª provinieron sus primeros habitantes, que llegaron a finales del siglo XIX. Los de origen latino comenzaron a habitar sus calles hasta mediados del siglo XX.
A unos pasos de la estaci¨®n de metro del barrio (18th street), hay un mercadillo de frutas (Meztisoy), una tienda de deportes llena de jerseys de equipos de la liga mexicana y un estudio de fotograf¨ªas. A la pregunta de d¨®nde ver¨¢ el partido, el due?o de un restaurante de comida t¨ªpica michoacana (la mayor comunidad de Chicago), responde: ¡°A m¨ª me toca trabajar, pero voy a ver si puedo acomodar una tablet para echarle un ojo¡±.
Los m¨¢s j¨®venes aprovechan la salida de la escuela para asistir a una discoteca que transmitir¨¢ el encuentro. ¡°30 d¨®lares y puedes beber y comer lo que quieras¡±, explica Zuleyma. Est¨¢ de verde, arreglada y confiada. No muy lejos, Salvador Neri, de Guerrero (sureste de M¨¦xico), abre la puerta de su casa y enuncia: ¡°Estoy seguro de que vamos a calificar¡±. Atr¨¢s de ¨¦l se asoma una pantalla que ya est¨¢ sintonizada en la se?al que transmite, en espa?ol, el partido.
Hasta hace unos seis o siete a?os, Pilsen era un barrio bravo. ¡°Los gangueros [pandillas] eran comunes y hab¨ªa hasta dos o tres muertes al d¨ªa¡±, recuerda Marco Antonio Puente Nambo, profesor y director de teatro, de Sanambo, Michoac¨¢n, y vecino de Chicago desde hace 28 a?os. La tasa de asesinatos ha ca¨ªdo en un 70% en los ¨²ltimos 10 a?os.
El barrio ha cambiado mucho. Ahora abundan los caf¨¦s, los sitios de teatro experimental, las exposiciones de arte. ¡°Hay cuatro o cinco galer¨ªas independientes en menos de cuatro manzanas¡±, explica Puente.
En Casa Michoac¨¢n, Paul y un grupo de mexicanos quedaron para ver el partido en una pantalla como muchos otros en el barrio. Tras un primer tiempo ag¨®nico contra los croatas, dos anotaciones (una del michoacano Rafael M¨¢rquez y otra de Andr¨¦s Guardado), los gritos de alegr¨ªa cimbraron en el edificio, asomaron a la calle y viajaron a unos miles de kil¨®metros del pa¨ªs vecino del sur. Paul sonr¨ªe y dice que est¨¢ contento porque gan¨® el pa¨ªs en que nacieron sus padres. Nunca ha puesto un pie en M¨¦xico.
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