El drama de ¡®Johnny Bravo¡¯
Cristiano, motejado por sus compa?eros como el desdichado personaje de Cartoon Network, se la juega ante Ghana sin apenas esperanzas
Rui Faria, el preparador f¨ªsico del cuerpo t¨¦cnico de Jos¨¦ Mourinho, se las ingeni¨® durante un tiempo para persuadir a Cristiano Ronaldo de que no hiciera tantas pesas argumentando que el exceso de carga podr¨ªa restarle cualidades. Jorge Valdano, el exdirector general deportivo del Madrid, pensaba que el goleador portugu¨¦s trabajaba la musculatura del tren superior por razones psicol¨®gicas, porque la coraza lo hac¨ªa sentirse m¨¢s seguro dentro del campo. Futbol¨ªsticamente, ensanchar los dorsales o los pectorales, no ten¨ªa tanto sentido. Pero se fue Rui Faria y el a?o pasado Cristiano volvi¨® a redoblar sus sesiones en el press de banca, en la dorsalera, y en las dem¨¢s m¨¢quinas del gimnasio de Valdebebas. Ah¨ª le ve¨ªan sus compa?eros machac¨¢ndose con entusiasmo, cuando no lo hac¨ªa en el gimnasio de su propia mansi¨®n, en La Finca. Divertidos ante la hipertrofia del colega, los jugadores practicaron una vieja afici¨®n del gremio: motejar. Cristiano se convirti¨® as¨ª en Johnny Bravo.
Johnny Bravo es el personaje central de la comedia de dibujos animados producida por el canal Cartoon Networks. Se trata de un joven de tup¨¦ prominente, torso desproporcionado y piernas cortas, que vive en un estado de permanente angustia narcisista, anhelando conquistas que nunca se concretan. En esto comienza a parecerse al Cristiano de Brasil. El hombre lleva a?os so?ando con exhibirse en la Copa del Mundo y ahora que le llega la hora todo amenaza con derrumbarse a su alrededor. Portugal, su selecci¨®n, necesita cumplir con tres condiciones para quedar segunda en el grupo G: ganar a Ghana, esperar que Alemania derrote a Estados Unidos en el otro encuentro, y salvar la diferencia de cuatro goles en contra, ya sea metiendo m¨¢s de tres goles a Ghana o esperando que Alemania golee a los norteamericanos.
Dicen sus compa?eros madridistas que la obtenci¨®n de su segundo Bal¨®n de Oro, en enero pasado, cambi¨® el car¨¢cter de Cristiano. De pronto comenz¨® a mostrarse fastidioso y exuberante. Como si sobreactuara su propia vida. La semana pasada en la expedici¨®n de Portugal hubo jugadores que se molestaron cuando, tras empatar (2-2) con Estados Unidos le oyeron decir p¨²blicamente que no eran favoritos. ¡°No hay que esperar ser campeones¡±, dijo. ¡°Nosotros llegamos aqu¨ª porque fuimos al ¡®playoff¡¯ contra Suecia y pas¨® lo que pas¨®¡±.
¡°Lo que pas¨®¡± fue que Cristiano revent¨® a Suecia. Hizo cuatro goles que le dieron la clasificaci¨®n mundialista a su equipo y a ¨¦l le permitieron conseguir el Bal¨®n de Oro. En Manaos, el jugador record¨® a la gente que sin sus haza?as Portugal no es nada. El comentario, casi un reproche despu¨¦s de una derrota y un empate que casi supone la eliminaci¨®n, result¨® inoportuno, en opini¨®n de un grupo cada vez m¨¢s numeroso de jugadores portugueses. ?ltimamente Cristiano se ha rodeado de su s¨¦quito: su Pepe, su Coentr?o, su fisioterapeuta, su m¨¦dico, su secretario. Los compa?eros de Portugal le observan con distancia, y hasta con desagrado, como cuando le vieron gesticular despectivo durante la goleada (4-1) ante Alemania. Al seleccionador Paulo Bento tampoco le gustaron estas muecas acusatorias.
El dolor contribuye a alienar a Cristiano. Su rodilla izquierda, con una tendinitis grave, le tiene torturado. En el vestuario del Madrid creen que el aumento de la masa muscular en el tren superior de Cristiano es bueno para los reportajes fotogr¨¢ficos en ¡®Vogue¡¯ pero no para sus articulaciones. Dicen que las rodillas soportan un peso adicional innecesario cada vez que imprime potencia en carrera, cuando gira, frena o cambia de direcci¨®n. El doctor Alfonso del Corral, que fue m¨¦dico del primer equipo madridista, opina que las pesas son necesarias pero con control: ¡°Es muy recomendable fortalecer el tren superior pero sin coger peso. Cada jugador tiene que someterse a un estudio antropom¨¦trico que le indique d¨®nde est¨¢n las proporciones. Si el precio de coger masa muscular es ganar m¨¢s de cinco kilos, no conviene hacerlo¡±.
El m¨¢ximo goleador de Europa corre el riesgo de abandonar Brasil sin haber metido un solo gol. A sus 29 a?os es dudoso que llegue a brillar en otra Copa del Mundo. Este torneo es implacable con las figuras consagradas. Pero con ninguna es m¨¢s cruel que con Johnny Bravo.
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